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Cambio Climático

Cambio climático: EL PASADO SI CUENTA

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El cambio climático actual es antropogénico (de origen humano). El consenso sobre ello en el ámbito científico que se dedica a la investigación del clima es absoluto. Sin embargo, para alcanzar este acuerdo ha sido necesario contextualizar el momento presente respecto a una escala de tiempo mucho mayor con el fin de poder determinar la excepcionalidad del cambio climático que estamos viviendo.


Para ello, la comunidad científica que trabajamos en paleoclimatología (estudio del clima del pasado) utilizamos archivos naturales y documentales de todo el mundo…

La variabilidad climática depende de factores naturales y antropogénicos. Entre los primeros hay un gran rango de escalas temporales que van de millones (movimientos tectónicos) a decenas de años (actividad solar o vulcanismo). Por el contrario, los factores antropogénicos, como es obvio, sólo se dan a escala humana y mucho más intensamente en las últimas décadas del período industrial.

Para obtener reconstrucciones climáticas fiables, los registros basados en indicadores indirectos (proxies, en inglés) procedentes de archivos naturales deben cumplir ciertos requisitos:

  • Ser sensibles a variables climáticas (por ejemplo a cambios en la temperatura o precipitación).
  • Ser capaces de registrar estos cambios de modo que se puedan interpretar en la actualidad.
  • Ser lo más continuos posible para no perder información y cubrir amplias ventanas temporales.
  • Mantener una relación indicador-clima constante a lo largo del tiempo (principio de uniformismo).
Archivos climáticos del Cuaternario

Cuanto más antiguos son los registros, más difícil es obtener información fiable de ellos, ya que la incertidumbre es mayor, en parte a causa del propio clima que se encarga de ensombrecer o borrar las señales que dejó en el pasado. Por ello, el período de tiempo más estudiado en paleoclimatología es el Cuaternario, o, lo que es lo mismo, aproximadamente los últimos 2,6 millones de años.

El cuaternario es también el periodo geológico en que la distribución de continentes y océanos y los patrones de circulación atmosférica globales más se asemejan a los que conocemos hoy en día. Y este hecho nos facilita la interpretación y estudio del clima durante este período.

Para reconstruir el clima a lo largo del cuaternario se utilizan diversos archivos naturales. Estos archivos presentan distintas características según su naturaleza. Si comparamos estos registros con las páginas de un libro, podríamos decir que cada tipo de archivo está escrito en un idioma distinto, un idioma que la comunidad paleoclimatológica nos encargamos de descifrar…

Aunque hay muy diversos tipos de archivos, veamos a continuación los más comunes.

Testigos de sondeos de hielo

El hielo que se encuentra en las zonas polares y de alta montaña de la Tierra se ha acumulado a lo largo de los diversos ciclos glaciares que ha habido durante el Cuaternario. Las sucesivas capas de hielo albergan información muy valiosa, para períodos muy largos de tiempo y con una resolución que puede llegar a ser anual.

Las pequeñas burbujas de aire que quedan atrapadas en las masas de hielo durante su formación son pequeñas muestras de la composición atmosférica de aquel momento que podemos estudiar en la actualidad. Por ejemplo, sabremos la concentración de dióxido de carbono (CO2) que había en aquel momento. Sin embargo, a pesar de su potencial para reconstruir con precisión largos períodos de tiempo, son archivos que se encuentran en zonas muy remotas y de difícil acceso y, además, su conservación es muy delicada y costosa.

 
Corales

Los corales forman sus esqueletos mediante la precipitación de carbonato cálcico, el cual almacena información de las condiciones de temperatura del medio, en este caso acuático, en el que se ha formado. Así, aunque los períodos de tiempo que se pueden reconstruir con estos archivos son relativamente cortos (generalmente inferiores a 1 000 años), su resolución puede llegar a ser estacional (< 1 año). Estos archivos suelen estar limitados a regiones tropicales.

 
Anillos de los árboles.

Los anillos de los árboles son probablemente el archivo más utilizado en reconstrucciones paleoclimáticas para el último milenio. Este hecho se debe a su excelente precisión.

El crecimiento de los anillos de los árboles es estacional, lo que permite una cuantificación muy exacta de la edad del registro. Además, estos archivos son muy sensibles a los cambios ambientales, registrando muy bien la señal climática. Su continuidad temporal y su distribución prácticamente global son también responsables de su uso tan extendido.

Sedimentos marinos y lacustres

Los sedimentos tanto de los fondos marinos como de los fondos de los lagos son excelentes archivos paleoclimáticos. Se encuentran distribuidos a lo largo de toda la Tierra. Suelen ser secuencias muy largas en el tiempo, llegando hasta cientos de miles de años, y en algunos casos, como en sedimentos varvados (laminaciones de tipo estacional), con una resolución inferior a anual.

Por contra, estos archivos suelen estar alterados por el impacto humano y la fiabilidad de sus cronologías. Aunque está mejorando, no siempre es todo lo preciso que sería deseable.

Espeleotemas

Los espeleotemas incluyen las estalactitas y estalagmitas que se forman en las cuevas. Estos archivos permiten obtener registros climáticos de alta resolución para largos períodos de tiempo: decenas y cientos de miles de años. También permiten reconstruir el clima en una gran variedad de ambientes hidrológicamente muy distintos (desde zonas áridas a zonas de alta pluviosidad).

Los métodos de datación que se utilizan para estos archivos suelen ser altamente fiables, pero suelen presentar registros discontinuos. Además, al encontrarse en cuevas puede existir cierta incongruencia entre el clima en superficie y el registrado dentro de la cueva.

Fuentes documentales

Los documentos históricos como son los cuadernos de bitácora, las hojas parroquiales o los registros agrícolas de floración y cosecha también son útiles para reconstruir el clima más allá de los registros instrumentales. Lo que hace más interesantes a estos archivos es la variedad de fuentes, el buen control cronográfico y su precisión. La mayoría de estos archivos se concentran en el Atlántico Norte y el Pacífico.

Es labor de la paleoclimatología emplear los distintos registros y compararlos entre sí para obtener una reconstrucción coherente del pasado. Como hemos ido viendo, cada uno de los archivos tiene sus puntos fuertes y sus debilidades, pero combinados como un gran puzzle climático nos ayudan a reconstruir de forma certera el clima del pasado.

Gracias a esta aproximación, podemos demostrar que la velocidad y las características del cambio climático actual difieren de los cambios climáticos de origen natural del Cuaternario. De este modo, y sin miedo a equivocarnos, podemos decir que en el estudio del cambio climático el pasado tiene mucho que contarnos.



Fuente/The Conversation
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Cambio Climático

Contaminantes Medioambientales: 10 CONTAMINANTES MUY PELIGROSOS, PUEDEN ESTAR EN CUALQUIER SITIO

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Por acción del ser humano hay contaminantes medioambientales muy peligrosos en muchos sitios del mundo. El agua, los suelos y el aire del planeta están siendo bombardeados diariamente, con miles de productos tóxicos, que pueden persistir por siglos y envenenar a quienes viven en los ecosistemas afectados (desde una bacteria a un humano). Estos materiales causan millones de muertes de seres vivos, cada año.


10 contaminantes medioambientales muy peligrosos

Baterías de plomo-ácido

Estas baterías están compuestas de ácido sulfúrico y placas de plomo. Además de la toxicidad propia de los componentes, estos se oxidan cuando quedan expuestos, generando más contaminantes medioambientales muy peligrosos.

Productos de la minería

La mayoría de los desechos de la minería y del procesamiento de los minerales son tóxicos y afectan a más de 2 millones de personas en todo el mundo. Los químicos más peligrosos que son contaminantes medioambientales muy peligrosos, que se encuentran cerca de estos sitios son: arsénico, plomo, cromo, mercurio y cadmio.

Desechos del carbón

Los altos niveles de mercurio presentes en el aire son una grave amenaza para la salud de todos los seres vivos. Originados por las centrales eléctricas alimentadas con carbón, son capaces de viajar miles de kilómetros por el aire. Una vez que ingresa en el organismo es bioacumulable y altamente tóxico.

El dióxido de azufre (SO2) tiene el mismo origen (la quema de combustibles fósiles) y forma de expansión que el mercurio y es causante de graves afecciones como la bronquitis crónica, enfisemas, asma y cáncer de pulmón. Por eso es uno de los principales contaminantes medioambientales muy peligrosos

Mercurio del oro

El proceso de extracción de oro (que generalmente se realiza al aire libre) libera más mercurio, que cualquier otro sector industrial a nivel mundial. El mercurio vaporizado es un potente neurotóxico que causa trastornos en el desarrollo y afecta el sistema nervioso central. Las aguas contaminadas por mercurio son muy difíciles de recuperar.

Fundición de plomo

Cada vez que se funde el plomo para producir diversos productos secundarios, se liberan varios elementos tóxicos (como el hierro o el zinc), puesto que la eliminación de las impurezas se hace por calor extremo y agregado de químicos y los gases y partículas contaminantes residuales, afectan a la salud de 2.5 millones de personas.

Plaguicidas

Tanto la producción, como el almacenamiento y la aplicación de este tipo de agentes químicos, resultan de alta peligrosidad para la salud. De hecho, es un elemento letal para los parásitos (hongos, insectos, etc.) pero puede acabar en las aguas, suelos, aire y hasta en un plato de ensalada. Sus efectos para la salud van desde una irritación, hasta el cáncer.

Arsénico

El arsénico que se ha filtrado hacia las aguas subterráneas, tras varias décadas de empleo para varios usos que hoy están prohibidos, es un grave problema. En muchos sitios del sur de Asia hay personas que aún beben estas aguas con contaminantes medioambientales muy peligrosos y tiene problemas de salud tales como disfunciones circulatorias y cáncer.

Aguas residuales industriales

Se llama agua residual, a aquella que ha sido objeto de procesos industriales y se drena hacia otras corrientes. Si no existe un proceso de recuperación de las mismas, previo al volcado, estas pueden contener todo tipo de contaminantes medioambientales muy peligrosos, que pueden ser letales (agentes patógenos, metales pesados, toxinas, etc.).

Cromo

Si bien el cromo es un elemento imprescindible para el cuerpo humano, el que emplea la industria del tinte (agregar color a los materiales) y las curtiembres (tratamiento de los cueros), el cromo IV es altamente contaminante y tan tóxico, que puede resultar mortal para los seres vivos y para la naturaleza.

Herbicidas

Si los pesticidas se emplean para eliminar plagas de origen generalmente animal, esos productos se aplican para matar las “malas hierbas”. El tristemente célebre Glifosato es el más vendido del mundo. Aun habiendo sido declarado “probable cancerígeno”, la UE sigue planteándose la posibilidad de permitir su uso. Por estas razones es tan importante controlar estos contaminantes medioambientales muy peligrosos.


Fuente/Ecoticias 
Chile Desarrollo Sustentable.cl / www.chiledesarrollosustentable.cl
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