Conversación
LOS TÓXICOS QUE ENTRETEJEN NUESTRA ROPA

Desde los tejidos que vestimos a los que cubren nuestros muebles y ventanas o los geotextiles que dan estabilidad a una carretera, todos son esenciales para nuestra comodidad y estilo de vida.
Sin embargo, su fabricación implica frecuentemente el uso de químicos que pueden tener efectos nocivos, tanto para la salud humana como para la naturaleza. Su impacto es alarmante, considerando su amplio uso y el contacto constante con la piel, lo que resalta la urgencia de regular y minimizar su uso.
Por ello, es necesario un debate que impulse métodos de producción más sostenibles y seguros para el consumidor y el planeta. Pero… ¿podemos encontrar textiles saludables?
Folmaldehído en la ropa
En la industria textil, los químicos contaminantes –entendidos como causantes de efectos nocivos para la salud y el medioambiente– se utilizan por diversas razones.
Mientras que los colorantes aportan colores vivos y duraderos a las telas, los acabados proporcionan características adicionales como resistencia al agua o a las arrugas. Finalmente, los suavizantes mejoran la textura y facilitan el manejo y la comodidad de las prendas.
Entre los compuestos de mayor preocupación, se encuentra el formaldehído –utilizado en resinas para acabados permanentes–, que puede causar irritaciones y alergias severas.
Por su parte, los ftalatos –empleados para aumentar la flexibilidad de los plásticos en cortinas de baño y ropa impermeable– son disruptores endocrinos que pueden afectar los sistemas reproductivos.
Tintes peligrosos
Además, los metales pesados como el plomo y el cadmio, a menudo presentes en los colorantes, son altamente tóxicos y pueden acumularse en el cuerpo humano y el medio ambiente, causando desde daño neurológico hasta problemas renales y óseos, principalmente a los trabajadores de la industria textil. También se han relacionado con alergias e irritaciones.
Encima, cuando el color no queda bien fijado, se puede desprender durante el uso con el sudor o saliva, así como en el lavado. Ello implica la contaminación de agua, suelos y ecosistemas, no solo durante la fase de producción, sino también durante el mantenimiento.
Transformación de la industria
Ante este panorama, la industria textil está adoptando alternativas menos tóxicas para minimizar su impacto ambiental y mejorar la seguridad de sus productos.
Así, el uso de colorantes naturales, derivados de plantas, minerales y otros recursos biológicos, está ganando popularidad debido a su menor toxicidad comparada con los sintéticos.
Al mismo tiempo, poco a poco se imponen procesos de fabricación sostenible, como el empleo de agua reciclada, energía renovable y técnicas de producción que reducen los residuos químicos.
En el aspecto legislativo, la Unión Europea, a través del Reglamento REACH, ha liderado la regulación de químicos peligrosos, exigiendo pruebas rigurosas y la gradual eliminación de las sustancias más nocivas.
Esta clase de regulaciones fomentan una mayor transparencia y responsabilidad y obligan a la industria a buscar vías más seguras.
Consumidores informados
Europa tiende a utilizar menos productos tóxicos en textiles debido a sus regulaciones más rigurosas, pero no puede decirse lo mismo de otros países, con normas más flexibles. Un dato que el ciudadano debería tener en cuenta al examinar el lugar de origen o fabricación de la tela que compra.
Para los consumidores, elegir textiles menos tóxicos implica estar informados sobre los materiales y procesos utilizados en su fabricación. Una clave es optar por ropa certificada por sellos como Oeko-Tex, que garantizan bajos niveles de sustancias nocivas.
Este tipo de certificado puede referirse a la composición del producto ( Standard 100) o al proceso de fabricación (Made in Green), entre otros aspectos.
Asimismo, apoyar a empresas que practican la sostenibilidad y exigir mayor claridad en el etiquetado de los productos pueden contribuir significativamente a promover un consumo más responsable y consciente.
Invertir en sostenibilidad
Una prenda no tóxica implica que sea respetuosa tanto para la salud humana como para el medioambiente. Puede ser más costosa debido a la utilización de procesos de producción éticos, el uso de materiales orgánicos, el cumplimiento de certificaciones rigurosas, los salarios justos y la implementación de medidas para asegurar la transparencia en toda la cadena de suministro.
Estos costos adicionales reflejan una inversión en prácticas ambientales responsables y condiciones laborales equitativas, valoradas por compradores conscientes.
Si, como consumidores, nos preocupamos de las características de un teléfono, una televisión, etc., ¿por qué no lo hacemos con los textiles? La concienciación social obligará a los productores a aumentar la oferta de textiles certificados y dejará en nuestras manos la decisión de invertir en opciones responsables que protejan la salud y el medio ambiente.
Fuente/TheConversation Chile Desarrollo Sustentable www.chiledesarrollosustentable.cl www.facebook.com/pg/ChiledesarrollosustentableCDS twitter.com/CDSustentable #CDSustentable , #Sostenible #DesarrolloSostenible #MedioAmbiente #ChileDesarrolloSustentable, #ECOXXI
Conversación
EL CONOCIMIENTO SESGADO SOBRE LOS ECOSISTEMAS DE LA ANTÁRTIDA DIFICULTA SU CONSERVACIÓN

Este estudio, liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales y el Instituto de Investigación en Cambio Global de la Universidad Rey Juan Carlos, establece la pauta para obtener una visión completa de lo que se sabe y desconoce en este continente. Aunque hay mucha información sobre pingüinos y focas, falta conocimiento sobre microinvertebrados, microorganismos y plantas.
Hoy se publica en Science un estudio internacional que analiza nuestro grado de conocimiento sobre la biodiversidad antártica, caracterizando tanto los avances en la investigación como las lagunas todavía existentes, identificando así las grandes incógnitas por resolver sobre su ecología y evolución.
Los resultados muestran que, aunque se conoce bastante sobre la biología de vertebrados marinos que se reproducen en la costa como pingüinos y focas, aún hay un gran desconocimiento sobre gran parte de la diversidad y el funcionamiento de los ecosistemas terrestres del continente helado.
Los investigadores destacan la necesidad de invertir más en estudios taxonómicos sobre grupos crípticos, monitorización de poblaciones, muestreos regionales en zonas menos exploradas, y la caracterización de rasgos funcionales y respuestas fisiológicas. Según apuntan el estudio, liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y el Instituto de Investigación en Cambio Global de la Universidad Rey Juan Carlos (IICG-URJC), es igualmente necesaria la estandarización de métodos e integración y accesibilidad de datos.
“Este estudio nos ha permitido por primera vez tener una visión completa del nivel de conocimiento ecológico para todo un continente, estableciendo la pauta para exportar este tipo de estudios a Europa y otros territorios con mucha más complejidad” señala Luis R. Pertierra, líder de este estudio. “Esto es, saber lo que sabemos, y lo que no, como base para identificar lo que aún nos queda por conocer”.
“La investigación en el continente helado comenzó hace apenas dos siglos y su estudio ha revelado importantes descubrimientos acerca de la evolución y el funcionamiento de la vida en lugares tan aislados y con unas condiciones climáticas tan extremas”, comenta la investigadora.
“Además, se trata de ecosistemas que realizan importantes funciones, como la regulación del clima y, por tanto, es clave entender cómo se están viendo afectados por los efectos del cambio global”, puntualiza Leopoldo García Sancho investigador de la Universidad Complutense de Madrid.
Muchas especies por descubrir
Este estudio confirma que se han descrito ya más de 2.000 especies de fauna, microbiota y flora terrestre para un sistema aparentemente inerte y rodeado de hielo, pero que faltan muchas más por descubrir. A esto se suma la dificultad de acceder a decenas de miles de microorganismos (tales como bacterias y virus) que previsiblemente están bajo el hielo. Como resultado, lo que sabemos de las propiedades de estos organismos es mucho más escaso aún, y muy variable entre diferentes grupos.
“Estamos en un punto crítico en el que es necesario parar y analizar qué conocemos y qué falta por descubrir sobre este fascinante continente para dirigir los siguientes esfuerzos de investigación.”, comenta Pertierra. Es por eso que científicos de distintas partes del mundo se han reunido en este trabajo para analizar las lagunas en el conocimiento de la biodiversidad antártica.
Entre sus autores está Andrés Barbosa, miembro destacado del Comité Científico para la Investigación en la Antártida (SCAR) y quien también fue coordinador de la investigación española en este continente, tristemente fallecido hace ahora dos años y a quién se dedica este estudio.
Este grupo internacional de investigadores ha recopilado y analizado la información recogida en las principales bases de datos globales sobre biodiversidad; “grandes repositorios como GBIF, que compila datos de ocurrencia espacial, o GenBank, que reúne información genética, nos permiten tanto examinar la distribución de la biodiversidad, como identificar huecos en nuestro conocimiento sobre ella” comenta Cristina Ronquillo, coautora del estudio que trabaja en el MNCN.
Mayor conocimiento de vertebrados
El análisis de estos datos masivos muestra que, dentro de los animales (casi 400 especies) el protagonismo se lo llevan en gran medida una veintena de vertebrados, con un conocimiento minoritario, pero creciente, en invertebrados. “Es de resaltar que este conocimiento sistematizado está principalmente encaminado a describir las tolerancias climáticas de las especies”, subraya Miguel Ángel Olalla Tárraga, investigador en el IICG-URJC.
Esto probablemente es debido a que “tenemos una demanda acuciante de información sobre estas tolerancias para entender las respuestas de las especies al incremento de temperaturas”, como comenta Pablo Escribano, también de la URJC. En cambio, apenas conocemos la estructura de las redes tróficas en los ecosistemas antárticos. “Básicamente nuestro conocimiento está limitado a una idea aproximada de quién come a quién”, apunta Pertierra.
Falta también mucha información sobre los rasgos funcionales de la mayoría de las especies, lo que dificulta identificar los mecanismos que les permiten adaptar su fisiología a condiciones extremas.
En el caso de la flora tenemos una amplia comprensión sobre su distribución, cada vez mejor gracias a mediciones satelitales que identifican manchas de vegetación en imágenes de alta resolución. Pero de nuevo este conocimiento no se ve arropado por avances en otras disciplinas. “Por ejemplo, apenas sabemos nada de sus relaciones evolutivas, o la naturaleza de sus interacciones”, comenta Pertierra.
Desequilibrio en la información
El desconocimiento sobre los microorganismos es aún mucho mayor. “Los recientes estudios sobre el funcionamiento y flujos de nutrientes en comunidades de microorganismos, así como el movimiento de éstos de unas zonas a otras nos da pistas de cómo se desarrolla la vida microscópica en un clima tan extremo”, añade Antonio Quesada, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid.
En el trabajo se hace hincapié en que ese desequilibrio en el conocimiento de la biología de tantos grupos de organismos impide comprender cómo se desarrollan los procesos ecológicos en la Antártida, algo clave para poder guiar medidas de conservación de cara al cambio global.
“Los análisis de las lagunas de conocimiento sobre la biodiversidad nos permiten identificar las principales necesidades de investigación en los próximos años. En el caso de la Antártida, es necesario invertir en investigación taxonómica, monitorizar las poblaciones, identificar especies modelo, estandarizar los métodos de estudio que utilizamos e integrar los datos que vamos obteniendo. Estas son algunas de las medidas que proponemos para resolver las incógnitas que tenemos sobre este importante y fascinante territorio”, concluye Joaquín Hortal, también investigador del MNCN.
Referencia:
Pertierra LR, Convey P, Barbosa A, Biersma EM, Cowan D, et al. «Advances and shortfalls in the knowledge of Antarctic terrestrial biodiversity». Science.
Derechos: Creative Commons.
Fuente/SINC/Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC)
Chile Desarrollo Sustentable
www.chiledesarrollosustentable.cl
www.facebook.com/pg/ChiledesarrollosustentableCDS
twitter.com/CDSustentable
#CDSustentable , #Sostenible #DesarrolloSostenible #MedioAmbiente #ChileDesarrolloSustentable, #ECOXXI
Conversación
El poder del“Marketing”: LA MAYORÍA DE LOS JÓVENES IGNORA LOS RIESGOS DE LAS BEBIDAS ENERGÉTICAS

El consumo de bebidas energéticas se ha disparado en los últimos años, especialmente entre adolescentes y jóvenes. Estos productos, promocionados como potenciadores de energía y asociados a un estilo de vida dinámico y emocionante, esconden riesgos para la salud que pasan desapercibidos para la mayoría.
En un estudio publicado este año hemos analizado los hábitos y actitudes de jóvenes españoles de entre 14 y 34 años hacia estas bebidas. Los resultados son preocupantes: casi el 40 % de los encuestados consumen bebidas energéticas, una cifra que alcanza el 50 % entre los adolescentes de 14 a 18 años. Sin embargo, solo el 9 % de este grupo reconoce los riesgos asociados, lo que evidencia una preocupante falta de conciencia sobre los efectos adversos.
¿Qué hay en esas latas?
Las bebidas energéticas combinan cafeína, taurina, azúcar y vitaminas del grupo B para proporcionar un impulso rápido. Sin embargo, estos ingredientes pueden causar efectos secundarios como insomnio, ansiedad, taquicardias e hipertensión. Su consumo excesivo está vinculado a problemas cardiovasculares graves, adicción a la cafeína y aumento del riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 debido a su alto contenido de azúcar.
Más preocupante aún es su relación con comportamientos de riesgo. El 15 % de los consumidores mezcla estas bebidas con alcohol, cifra que sube al 32 % entre adolescentes. Esta combinación aumenta el consumo de alcohol, ya que las bebidas energéticas enmascaran sus efectos, incrementando la probabilidad de intoxicaciones, accidentes y conductas imprudentes.
Riesgos sexuales y otras conductas peligrosas
El consumo de bebidas energéticas también está relacionado con comportamientos sexuales de riesgo. Diversos estudios han demostrado que los consumidores frecuentes son más propensos a prácticas como el sexo sin protección o con múltiples parejas, especialmente cuando se combinan estos productos con alcohol. Esto expone a los jóvenes a enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
Además, el estudio encontró que los consumidores de bebidas energéticas tienen 3,8 veces más probabilidades de vapear que quienes no las consumen. Esta relación sugiere un patrón de conductas de riesgo que puede tener consecuencias perjudiciales para la salud a largo plazo.
El éxito de estas bebidas entre los jóvenes no es casual. Las marcas han diseñado estrategias publicitarias agresivas que vinculan sus productos con valores aspiracionales como diversión, aventura y éxito social. Redes sociales como Twitch, YouTube y TikTok están inundadas de contenido promocional, muchas veces protagonizado por influencers populares entre adolescentes.
Un estudio reveló que el 78,4 % de los usuarios de Twitch en España identificaron publicidad de bebidas energéticas durante transmisiones en vivo.
Esta constante exposición refuerza la idea de que consumir estas bebidas es parte de un estilo de vida moderno y emocionante. A pesar de las advertencias de expertos en salud, los jóvenes tienden a subestimar sus riesgos, en gran parte debido a este marketing sofisticado.
Un problema de salud pública
El consumo de bebidas energéticas representa un desafío importante para la salud pública. Numerosos estudios han demostrado su relación con trastornos del sueño, problemas psicológicos como ansiedad, y enfermedades metabólicas.
En respuesta, algunos países han tomado medidas regulatorias. Polonia, por ejemplo, ha prohibido la venta de estas bebidas a menores de 18 años.
En España, el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda limitar el tamaño de las latas a 250 mililitros para reducir la exposición a sustancias nocivas como la cafeína y la taurina.
Sin embargo, estas medidas no son suficientes. Las bebidas energéticas también están relacionadas con otros comportamientos de riesgo como el vapeo. Este patrón sugiere que estos productos no solo afectan la salud física, sino que también fomentan conductas perjudiciales a largo plazo.
La educación como herramienta clave
Además de las políticas regulatorias, la educación desempeña un papel fundamental para prevenir el consumo desmedido de bebidas energéticas. La adolescencia es un período crítico donde las decisiones de salud están fuertemente influidas por la presión social y las tendencias. Es crucial informar a los jóvenes sobre los efectos negativos de estas bebidas y fomentar un pensamiento crítico frente al marketing.
Nuestro estudio subraya la necesidad de campañas educativas que aborden temas como la autoimagen y la influencia de la publicidad. Los adolescentes son especialmente vulnerables a mensajes que asocian el consumo de estas bebidas con el éxito social y físico. Promover talleres en escuelas que desmitifiquen estos mensajes puede ayudar a los jóvenes a tomar decisiones más informadas.
Un cambio necesario
A pesar de las crecientes evidencias sobre sus riesgos, las bebidas energéticas siguen siendo populares entre los jóvenes. Esto plantea un desafío urgente para gobiernos y profesionales de la salud.
Se necesita un enfoque multifacético que combine regulaciones más estrictas, educación integral y un control más riguroso del marketing dirigido a menores. Proteger a las nuevas generaciones de los riesgos asociados a estas bebidas es una inversión en su bienestar futuro.
Es hora de actuar, tanto desde las políticas públicas como desde la educación, para proteger a nuestros jóvenes y promover hábitos más saludables. Al final, cada sorbo cuenta.
Fuente/TheConversation
Chile Desarrollo Sustentable
www.chiledesarrollosustentable.cl
www.facebook.com/pg/ChiledesarrollosustentableCDS
twitter.com/CDSustentable
#CDSustentable , #Sostenible #DesarrolloSostenible #MedioAmbiente #ChileDesarrolloSustentable, #ECOXXI
Conversación
POR QUÉ NECESITAMOS UN PROTOCOLO GLOBAL CONTRA LA CONTAMINACIÓN POR PLÁSTICOS

Si algo tienen en común las oscuridades más profundas del océano, los picos más altos del Himalaya y las partes más íntimas de nuestro cuerpo se trata, sin duda alguna, de la presencia de microplásticos.
El plástico es un polímero cuyas propiedades parecen casi mágicas: resulta extremadamente versátil, barato y prácticamente indestructible. El plástico aguanta relativamente bien las embestidas del tiempo, que logra reducirlo a partículas demasiado diminutas para nuestros ojos, pero en realidad requiere de miles de años para su destrucción real. De hecho, esta indestructibilidad lo ha convertido en un creciente problema de salud pública y ecotoxicidad.
Escribo estas líneas cuando se acerca la conferencia de las Naciones Unidas en Busán (Corea del Sur), que busca alcanzar un protocolo internacional sobre el plástico. A continuación, trataré de explicar por qué necesitamos este tratado.
La mayoría acaba en el medio ambiente
Anualmente se producen más de 400 millones de toneladas de plástico, en un negocio que roza los 700 mil millones de euros anualmente, pero apenas el 9 % de la producción se recicla. Una parte pequeña del plástico producido es incinerado, pero la mayor parte acaba en el medio ambiente, donde se acumula.
¿Constituye un problema para la salud?
Consumimos microplásticos por diversas vías. A través de los productos embotellados y envasados, de los productos cosméticos y de higiene personal, pero también los inhalamos por las fibras plásticas de la ropa y la contaminación de las ciudades.
Los microplásticos están asociados con distintas patologías. En los pulmones, por ejemplo, su presencia se ha asociado con cáncer de pulmón. Interfieren con la microbiota intestinal y cobijan disruptores endocrinos (que pueden alterar la función de las hormonas del cuerpo), entre otros muchos problemas, algunos de los cuales apenas conocemos.
La investigación sobre los efectos para la salud está aún en la infancia, pero sería deseable aplicar el principio de precaución: empezar a tomar medidas, ya que la acción no se puede demorar varias décadas, hasta que tengamos un conocimiento más completo sobre los efectos de los microplásticos.
Las mayores concentraciones de microplásticos se encuentran en los niños, por ser el sector poblacional más expuesto. Esto es, donde más se usan los plásticos en la alimentación y ropa.
¿Es mejor el plástico de múltiples usos que el de usar y tirar?
Cuando un bebé toma un litro de leche con un biberón de plástico, de propina puede llegar a ingerir hasta 16 millones de partículas de microplástico. Esto es porque los biberones se van degradando con el tiempo, sobre todo con las esterilizaciones a temperatura elevada. Con este ejemplo pretendo ilustrar cómo los plásticos duraderos no son necesariamente más seguros que los de usar y tirar.
¿Cuáles son las principales fuentes de microplásticos?
La principal fuente de microplásticos proviene del plástico que se acumula en el medio ambiente. Las bolsas o botellas de plástico, por ejemplo, pero también las fibras que emanan de nuestra ropa o las ruedas de los coches.
De hecho, las ruedas de los coches son una fuente particularmente importante, y cabe recordar que las de los aparentemente inocuos coches eléctricos tienen un mayor desgaste. Estos vehículos eléctricos son más pesados que los de combustión, y aportan un 20 % más de microplásticos.
Seguidamente aparecen los plásticos que se añaden a productos como las pinturas o los productos de higiene.
¿Constituyen un problema para el medio ambiente?
Los microplásticos constituyen un problema de salud pública, pero también generan un problema de salud ambiental. Si consideramos la “triple crisis” ambiental originada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, los plásticos pueden desestabilizar diferentes componentes de la biosfera, de manera que amplifican esta triple crisis.
En relación a la pérdida de la biodiversidad, por ejemplo, los microplásticos pueden favorecer las acumulaciones de metales pesados, que luego pasan a las plantas, y de ahí a los herbívoros (o humanos, cuando se trata de plantas cultivadas).
¿Qué podemos hacer?
Más allá del reciclaje, que es necesario pero no suficiente, y de la reutilización del plástico, que resulta problemática cuando es con fines alimentarios, nos quedan dos opciones: reducir el consumo y la sustitución por otros materiales.
En algunas ocasiones, reducir el consumo es fácil. Por ejemplo, las fibras plásticas de los textiles se pueden dejar de usar con pocos problemas y los biberones de plástico se pueden reemplazar por los de cristal.
En otros casos, la sustitución resultará más difícil. Para solucionar este problema se está experimentando con la creación de nuevos polímeros desarrollados, por ejemplo, a partir de la madera. Se trata de una línea de trabajo a potenciar, ya que podría financiar por ejemplo las actividades forestales necesarias para reducir los incendios forestales, pero todavía se encuentra en fase experimental y lejos de ser implementada a gran escala.
También cabe regular la presencia de productos químicos en los plásticos, con un etiquetado transparente y efectivo, para que sean más seguros y circulares. Y también debemos invertir en la educación de la sociedad en este sentido.
¿Qué podemos esperar de la conferencia de Busán?
Necesitamos un protocolo global, ya que de poco sirve que unos países sigan unas normas más estrictas si otros adoptan legislaciones más laxas. No estamos hablando de prohibir su producción, algo que podría resultar contraproducente, sino de regular su uso para que los plásticos resulten seguros.
La cumbre de Busán se abrirá tras la clausura de la cumbre de cambio climático (COP29) en Azerbaiyán. Si bien no teníamos las expectativas muy altas al comienzo de la COP29, cabe por ahora cierto lugar para el optimismo en Busán. El problema de reducir la producción y el consumo de plásticos es más sencillo, hasta cierto punto, que el del cambio climático.
El cambio climático está ocasionado por la fuente de energía, mientras que los plásticos son solo un material que, en muchas ocasiones, no resulta imprescindible.
En cualquier caso, probablemente veremos presiones del sector de los combustibles fósiles, y de los gobiernos que los favorecen, en contra de regulaciones estrictas. De hecho, los grupos de presión del sector proplástico, incluyendo los del reciclaje, han tenido una presencia creciente en estas cumbres, por lo que buscarán fortalecer su posición y torpedear las medidas ambiciosas.
Chile Desarrollo Sustentable www.chiledesarrollosustentable.cl www.facebook.com/pg/ChiledesarrollosustentableCDS twitter.com/CDSustentable #CDSustentable , #Sostenible #DesarrolloSostenible #MedioAmbiente #ChileDesarrolloSustentable, #ECOXXI
Conversación
Informe de Riesgos Globales 2025: CONFLICTOS, MEDIO AMBIENTE Y DESINFORMACIÓN, PRINCIPALES AMENAZAS.

Los conflictos bélicos son el principal riesgo inmediato para 2025, según una cuarta parte de los encuestados, reflejo de las crecientes tensiones geopolíticas y de una mayor fragmentación global.
La manipulación informativa y las noticias falsas (misinformation & disinformation) son el primer riesgo en el corto plazo, con capacidad para incrementar aún más la inestabilidad actual y la desconfianza en las instituciones, complicando la necesidad urgente de cooperación para abordar crisis globales.
Los riesgos ambientales dominan el medio y largo plazo (10 años), encabezados por eventos climáticos extremos, pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas.
La 20ª edición del Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, publicado hoy, revela un panorama global cada vez más fracturado, donde los desafíos geopolíticos, ambientales, sociales y tecnológicos en aumento amenazan la estabilidad y el progreso. Si bien los riesgos económicos tienen menos prominencia inmediata en los resultados de la encuesta de este año, siguen siendo una preocupación, interconectados con las tensiones sociales y geopolíticas.
Los conflictos armados entre Estados son el riesgo global inmediato más crítico para 2025, y la mayor preocupación para una cuarta parte de los expertos consultados en el informe.
La desinformación, las noticias falsas y deliberadamente erróneas siguen representando los principales riesgos a corto plazo por segundo año consecutivo, lo que subraya su amenaza persistente para la cohesión social y la gobernanza, al erosionar la confianza y agravar las divisiones dentro y entre naciones. Otros riesgos a corto plazo incluyen eventos climáticos extremos, polarización social, ciber espionaje y guerra cibernética.
Los riesgos ambientales dominan el largo plazo, con eventos climáticos extremos, pérdida de biodiversidad y colapso de los ecosistemas, cambios críticos en los sistemas del planeta y escasez de recursos naturales, liderando el rankings de riesgos a 10 años. El quinto riesgo ambiental en el top 10 es la contaminación, que también se percibe como un riesgo principal a corto plazo (sexto lugar). Es significativo el reconocimiento de la contaminación (aire, agua y tierra) como riesgo urgente por su grave impacto en salud y los ecosistemas. Además, los eventos climáticos extremos fueron identificados como riesgos críticos, tanto inmediatos, como a corto y largo plazo.
El panorama a largo plazo también se ve empañado por los riesgos tecnológicos relacionados con la desinformación, la información errónea y los resultados adversos de las tecnologías de IA.
«Las crecientes tensiones geopolíticas, la fractura de la confianza global y la crisis climática están poniendo a prueba el sistema global como nunca antes», dijo Mirek Dušek, Director Ejecutivo del Foro Económico Mundial. «En un mundo marcado por divisiones cada vez más profundas y riesgos en cascada, los líderes globales tienen una elección: fomentar la colaboración y la resiliencia, o enfrentar una inestabilidad creciente. Las apuestas nunca han sido tan altas.»
Sistemas fracturados, futuros frágiles
El informe, que se basa en las opiniones de más de 900 expertos en riesgos globales, responsables políticos y líderes de la industria encuestados en septiembre y octubre de 2024, pinta un panorama sombrío de la próxima década. Los encuestados son mucho menos optimistas sobre las perspectivas a largo plazo que a corto plazo. Casi dos tercios de los encuestados anticipan un panorama global turbulento o tormentoso para 2035, impulsado en particular por desafíos ambientales, tecnológicos y sociales cada vez más intensos.
Más de la mitad de los encuestados esperan cierta inestabilidad en los próximos dos años, reflejando la fractura generalizada de la cooperación internacional. Las proyecciones a largo plazo señalan desafíos aún mayores, ya que se espera que los mecanismos de colaboración enfrenten una presión creciente. Los riesgos sociales como la desigualdad y la polarización de la sociedad ocupan un lugar destacado tanto en las clasificaciones de riesgo a corto como a largo plazo. Las crecientes preocupaciones sobre la actividad económica ilícita, las crecientes cargas de deuda y la concentración de recursos estratégicos resaltan las vulnerabilidades que podrían desestabilizar la economía global en los próximos años. Todos estos problemas corren el riesgo de exacerbar la inestabilidad interna y erosionar la confianza en la gobernanza, complicando aún más los esfuerzos para abordar los desafíos globales.
Los 33 riesgos en el ranking aumentan en puntuación de gravedad a largo plazo, reflejando las preocupaciones de los encuestados sobre la mayor frecuencia o intensidad de estos riesgos a medida que se desarrolla la próxima década.
«Desde conflictos hasta el cambio climático, nos enfrentamos a crisis interconectadas que exigen una acción coordinada y colectiva», dice Mark Elsner, Jefe de la Iniciativa de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial. «Se necesitan con urgencia esfuerzos renovados para reconstruir la confianza y fomentar la cooperación. Las consecuencias de la inacción podrían sentirse durante generaciones venideras.»
Una década decisiva: la colaboración como clave para la estabilidad
A medida que las divisiones se profundizan y la fragmentación remodela los paisajes geopolíticos y económicos, la necesidad de una cooperación global efectiva nunca ha sido más urgente. Sin embargo, con un 64% de los expertos anticipando un orden global fragmentado marcado por la competencia entre potencias medias y grandes, el multilateralismo enfrenta una tensión significativa.
Sin embargo, volverse hacia adentro no es una solución viable. La próxima década presenta un momento crucial para que los líderes naveguen por riesgos complejos e interconectados y aborden las limitaciones de las estructuras de gobernanza existentes. Para evitar una espiral ascendente de inestabilidad y, en su lugar reconstruir la confianza, mejorar la resiliencia y asegurar un futuro sostenible e inclusivo para todos, las naciones deben priorizar el diálogo, fortalecer los lazos internacionales y fomentar condiciones para una colaboración renovada.
Sobre el Informe de Riesgos Globales
El Informe de Riesgos Globales es la publicación insignia del Foro Económico Mundial sobre riesgos globales, ahora en su 20ª edición. Producido por la Iniciativa de Riesgos Globales en el Centro de la Nueva Economía y la Sociedad del Foro, el informe aprovecha las ideas de la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales, que se basa en las opiniones de más de 900 líderes globales de los sectores empresarial, gubernamental, académico y de la sociedad civil. El informe identifica y analiza los riesgos más urgentes en los horizontes inmediato, a corto y largo plazo, con el objetivo de dotar a los líderes de una visión anticipada para abordar los desafíos emergentes. Sirve como un recurso clave para comprender el panorama de riesgos globales en evolución y fomentar la acción colectiva para construir un futuro más resiliente.
Sobre la Reunión Anual 2025
La Reunión Anual del Foro Económico Mundial 2025, que se llevará a cabo en Davos-Klosters del 20 al 24 de enero, convoca a líderes globales bajo el tema Colaboración para la Era Inteligente. La reunión fomentará nuevas alianzas y perspectivas para dar forma a un futuro más sostenible e inclusivo en una era de avance tecnológico rápido, centrándose en cinco áreas clave: Re imaginando el Crecimiento, Industrias en la Era Inteligente, Inversión en las Personas, protección del Planeta y Reconstrucción de la Confianza. Haz clic aquí para obtener más información.
Chile Desarrollo Sustentable
www.chiledesarrollosustentable.cl
www.facebook.com/pg/ChiledesarrollosustentableCDS
twitter.com/CDSustentable
#CDSustentable , #Sostenible #DesarrolloSostenible #MedioAmbiente #ChileDesarrolloSustentable
Conversación
2024 FUE EL PRIMERO EN QUE SE SUPERARON LOS 1,5 °C, EL NÚMERO QUE ASUSTA A LA CIENCIA

El 2024 fue el más cálido registrado en el mundo y el primer año natural en que la temperatura media mundial superó en 1,5 °C su nivel preindustrial, según ha confirmado el Servicio de Cambio Climático del programa europeo Copernicus. Los expertos asocian este calentamiento con fenómenos como la DANA o los incendios que arrasan en estos momentos California.
En 2024, la temperatura media del planeta superó por primera vez los 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales, un umbral que se estableció en el Acuerdo de París de 2015. En aquella cumbre de Naciones Unidas, las partes firmantes se comprometieron a “proseguir los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 ºC con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático”, recuerda Ernesto Rodríguez Camino, meteorólogo superior del Estado y miembro de la Asociación Meteorológica Española, en declaraciones al SMC España.
La mala noticia ha sido hecha pública hoy por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, el programa de la Unión Europea para monitorizar el planeta vía satélite. Era solo cuestión de tiempo ya que, aunque el último informe del IPCC señalaba que esto no sucedería hasta principios de la década de 2030, los últimos datos no invitaban al optimismo.
“Todas las bases de datos de temperaturas globales muestran que 2024 ha sido el año más caliente desde que los registros empezaran en 1850”, afirma Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus.
“Hace ya varios meses que vemos noticias de este tipo: que 2024 ha sido el año más caluroso hasta ahora”, explica al SMC Anna Cabré, científica del clima asociada a la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos). “El hecho de que el límite de 1,5 °C se haya alcanzado por primera vez le da aún más urgencia a la situación”.
Múltiples causas
Que la llegada al temido umbral de 1,5 ºC se haya acelerado obedece a varios motivos. Aunque el principal sigue siendo que las emisiones de gases de efecto invernadero no se han ralentizado en los últimos años, existe otra causa notable: El Niño, la fase cálida de un patrón climático que afecta a ambos hemisferios.
“El año 2024 ha sido muy cálido, tanto en cuanto a la temperatura del aire como la de la superficie del mar, además de la contribución adicional de la fase positiva de El Niño a la tendencia subyacente al calentamiento causado por el continuo incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero”, indica Rodríguez Camino.
Hay que matizar también que los límites de 1,5 °C o 2 °C establecidos en el Acuerdo de París sobre el cambio climático “no se refieren a un único año específico, como ha sucedido en 2024, sino al promedio en un cierto número de años que filtre las oscilaciones anuales debido a fenómenos como El Niño”, dice el meteorólogo, que aboga por evitar que esta cifra se convierta en una nueva norma a largo plazo.
“Un solo año con temperaturas 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales no significa que hayamos alcanzado 1,5 °C de calentamiento global”, aclara también Joeri Rogelj, director de Investigación del Instituto Grantham de Cambio Climático y Medio Ambiente del Imperial College, al SMC británico. “Sin embargo, sí significa que nos estamos acercando peligrosamente. Cada fracción de grado —ya sea 1,4, 1,5 o 1,6 °C— conlleva más daños para las personas y los ecosistemas, lo que subraya la necesidad permanente de recortes ambiciosos de las emisiones”.
La solución pasa por descarbonizar
Para Friederike Otto, profesora titular del Centro de Política Medioambiental del Imperial College de Londres, “este récord tiene que ser un baño de realidad. El clima se está calentando hasta niveles que llevamos años intentando evitar porque los países siguen quemando enormes cantidades de petróleo, gas y carbón”.
El informe de Copernicus señala que el aumento de 1,5 ºC ha podido agravar las catástrofes provocadas en el último año por las condiciones meteorológicas extremas, y pone como ejemplo las inundaciones de Valencia, los huracanes en Estados Unidos, los tifones en Filipinas o la sequía que afecta al Amazonas.
“Esto subraya la necesidad de invertir más en adaptación y, sobre todo, de no perder de vista el objetivo de 1,5 °C y utilizarlo como una motivación para avanzar de manera más decidida hacia las soluciones”, apunta Cabré. “Antes de que los extremos sean demasiado peligrosos o lleguemos a los puntos de no retorno”.
Los expertos consultados coinciden en el camino a seguir para evitar que este récord se convierta en una tendencia a peor. Los patrones climáticos son inevitables, pero no así la descarbonización de los países y sus economías.
“Aunque el año más caluroso jamás registrado es alarmante, la necesidad de actuar tiene más sentido que nunca: el coste de la energía solar y eólica está disminuyendo rápidamente y ahora es más barata que los combustibles fósiles en muchos países”, dice Rogelj.
Mensajes realistas
A diferencia de hace unos años, ahora la comunidad científica está tratando de huir de un mensaje catastrofista para centrarse en las soluciones al problema.
“El mundo no necesita inventar una solución mágica para evitar que las cosas empeoren en 2025”, coincide Otto. “Sabemos exactamente lo que tenemos que hacer para abandonar los combustibles fósiles, detener la deforestación y hacer que las sociedades sean más resistentes a los cambios climáticos que vemos tan claramente en este informe”.
De acuerdo con Buontempo, “la humanidad está a cargo de su propio destino, pero cómo respondamos a los retos del clima debería estar basado en la evidencia. El futuro está en nuestras manos”.
Fuente/Agencias SINC
Chile Desarrollo Sustentable
www.chiledesarrollosustentable.cl
www.facebook.com/pg/ChiledesarrollosustentableCDS
twitter.com/CDSustentable
#CDSustentable , #Sostenible #DesarrolloSostenible #MedioAmbiente #ChileDesarrolloSustentable, #ECOXXI
-
Desarrollo Sostenible1 semana ago
IMPLEMENTARÁN HIDROLINERA PARA MICROMOVILIDAD A HIDRÓGENO VERDE EN LA REGIÓN DE COQUIMBO
-
Business1 semana ago
Hacia un sistema eléctrico sostenible: LOS AVANCES DE CHILE EN DESCARBONIZACIÓN
-
Desarrollo Sostenible7 días ago
LATAM ES INCLUIDO EN EL SUSTAINABILITY YEARBOOK 2025 DE STANDARD & POOR’S
-
Medio Ambiente1 semana ago
BOMBEROS DE SANTIAGO REFUERZA SU FLOTA CON LLEGADA DEL PRIMER CARRO BOMBA ELÉCTRICO DE LATINOAMÉRICA
-
Desarrollo Sostenible5 días ago
Día Internacional de la Energía: UN LLAMADO A LA SOSTENIBILIDAD Y LA ACCIÓN CLIMÁTICA
-
Innovación2 días ago
STARTUP BIOBÍO CONVOCA A CUARTA GENERACIÓN DE EMPRENDEDORES