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El ignorado potencial de los «Cerros Islas » para aumentar las áreas verdes del gran Santiago
Espacios relegados en varias comunas:
La capital tiene un grupo de colinas emplazadas en medio de la ciudad, que, si se recuperaran, podrían transformarse en una red de parques urbanos sin precedentes. Basta con alzar la mirada, repasar visualmente nuestro entorno y redescubrir el potencial que muchos cerros tienen para la capital.
Y pese a que habitamos un país repleto de accidentes geográficos, pareciera que en muchas ciudades hay cerros invisibles. Pasa en Puente Alto, con el cerro Las Cabras, una enorme colina de casi veinte hectáreas que yace casi abandonado. O pasa en el cerro Renca, donde extensas laderas de pasto verde han desaparecido bajo la basura. También en Las Condes o Lo Barnechea, donde algunas montañas han cedido ante el avance de las constructoras y hoy muchas áreas verdes son parte de un panorama que ya no existe.
«Debemos aprender a apreciar estos cerros no solo por su valor paisajístico o ecológico, sino que además por su aporte a la ciudad», dice la arquitecta Dominique Mashini, parte de la organización «Santiago Cerros Isla». La entidad, que nació bajo una investigación de profesionales de la UC, realizó un completo catastro de estos espacios en la capital y su potencial como áreas verdes.
«La gran mayoría de los «cerros isla» de la capital son un patrimonio en riesgo. Además, son paños que tienen la posibilidad de ser extensos parques, especialmente en barrios vulnerables. Su aporte a la calidad de vida de los santiaguinos sería incalculable», agrega Fernanda Ruiz, parte del equipo de investigación, que entre otras cosas, devela contribuciones notables al recuperar estos espacios. Tal como Benjamín Vicuña Mackenna proyectó el cerro Santa Lucía durante el siglo XIX.
«El problema es que muchos municipios no materializan áreas verdes porque no tienen los recursos para mantenerlas. Entonces ahí se genera un problema enorme, porque el espacio está y se está perdiendo», sentencia la arquitecta Antonia Besa, aludiendo al artículo 59 de la Ley General de Urbanismo, que especifica que si un cerro no se consolidó como parque público en cinco años, a partir de abril de 2005, su uso de suelo puede cambiar. «Abriendo la puerta a inmobiliarias, privados o simplemente al abandono», agrega la experta.
Paisaje desigual
Rodeado de predios agrícolas, recintos militares, industrias y casas, el cerro Chena de San Bernardo es un buen ejemplo de la diversidad en el uso del suelo que representan los «cerros isla» de la capital. Con vastos terrenos sin utilizar, acá se aprecian los vestigios de un Santiago rural que ya casi no existe. Y, pese a esa multiplicidad de usos y territorios, al menos este cerro tiene un proyecto de recuperación importante: el Parque Metropolitano Sur, que ha dotado este lugar de áreas verdes y mobiliario urbano de calidad.
«Sin embargo, si se recuperara gran parte del espacio, el aporte de áreas verdes para la ciudad sería gigantesco», explica Antonia Besa.
En Recoleta, muy cerca del Cementerio General, se ubica el cerro Blanco , una plaza en altura que ofrece un amplio espacio de áreas verdes, juegos y máquinas de ejercicios. Su buena mantención se podría complementar, según las expertas de la UC, con una conexión directa al Parque Metropolitano, pero el proyecto nunca se ha concretado.
Varios kilómetros al norponiente se ubica el popular cerro Renca . Su cruz y su consigna «Renca la lleva», una señalética estilo hollywoodense que costó $58 millones, dominan la cumbre y la vista general del cerro, caracterizada por tener una escasa «superficie verde».
Según la investigación, esta realidad es una generalidad en gran parte de los «cerros isla», ya que muchos no sobrepasan el 30% de cobertura arbórea y el cerro Renca, uno de los más grandes en superficie de la capital, no supera el 10%.
De hecho, sus laderas no solo terminan en muchos terrenos baldíos, sino que también en casas, canchas y plazas, que en su mayoría carecen de mantención. A esto se suman varios caminos aledaños sin pavimentar y microbasurales que aumentan la inseguridad de los vecinos.
Un factor común en los «cerros isla» del sector oriente del Gran Santiago es su alto nivel de urbanización. De hecho, casi todos corresponden a terrenos privados, que de a poco han dado paso a las inmobiliarias. Es lo que sucede mayormente en el cerro Calán y Apoquindo de Las Condes, y en el cerro Del Medio, en Lo Barnechea. En todos ellos hay amplios y lujosos sectores residenciales, con cierres perimetrales que generalmente obstruyen el paso hacia los sectores no urbanizados.
Su contraparte, al menos en el aspecto económico, está a pocos kilómetros. Se trata del c erro 18 de Lo Barnechea, una montaña repleta de viviendas sociales, calles angostas y aires porteños, que presenta un buen nivel de conservación de sus áreas verdes.
Algo muy distinto es lo que sucede al sur de la capital, específicamente en el cerro Las Cabras de Puente Alto.
Además de una desmedida extracción de áridos, este cerro está rodeado de terrenos particulares, basura, zonas baldías y el sector de Bajos de Mena, una de las zonas más vulnerables de la capital.
«Este caso es lamentable. No se trata quizás de reforestar el cerro completo, pues también tenemos que apreciar la naturaleza esclerófila de la región, sino que se podría transformar en un gran parque urbano para sus vecinos», explica Mashini.
El cerro Navia no solo le da el nombre a una comuna, sino también es parte importante de la identidad de la zona poniente de Santiago. Transformado en una gran plaza de juegos y áreas verdes, este cerro igual mantiene algunos puntos bajos: sus accesos son precarios y sus calles aledañas tienen algo de basura. Sin embargo, el espacio es tremendamente valorado por sus vecinos y usuarios.
Beneficios
Si Pudahuel recuperara sus «cerros isla», ganaría 47,5 m {+2} de áreas verdes por persona. Hoy el índice de esta comuna es de 0,7 m {+2} por cada habitante. En Recoleta dicha ganancia sería de 25,2 m {+2} , en Quilicura 19,9 m {+2} y en Renca de 18,8 m {+2} .
Además de su investigación , el grupo de profesionales de la UC lanza hoy un sitio dedicado al potencial ignorado de estos lugares, cuya dirección es santiagocerrosisla.cl
POR Sebastián Sottorff
Fuente:diario.elmercurio
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