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Cerro Chena de San Bernardo: ¿UN NUEVO ATRACTIVO TURÍSTICO PARA SANTIAGO?
Hace algunos días la Intendencia de la Región Metropolitana aprobó una inversión de más de 10 mil millones de pesos para la ejecución de un proyecto urbano en el Cerro Chena de San Bernardo.
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El proyecto fue seleccionado entre otros tres cerros urbanos como ganador del concurso “Cerros Islas”, con el objeto de generar más áreas verdes a la ciudad de Santiago y transformar este cerro en un nuevo parque metropolitano. Con esta inversión, se hace realidad un sueño para los vecinos de San Bernardo, que por más de 20 años, se han organizado para transformar este cerro en un área verde que mejore su calidad de vida.
El proyecto es ambicioso y de gran envergadura. Considera la reforestación de cerca de 60 hectáreas, la conformación de tres lagunas, la puesta en valor del pucará de Chena, anfiteatro, mirador, senderos y un teleférico para unir San Bernardo con el Cerro.
Aún cuando esta iniciativa ha sido diseñada desde una perspectiva de mejoramiento urbano, no se puede dejar de reflexionar por los impactos que podría tener desde la perspectiva turística, ¿constituyen las áreas verdes por si mismas un espacio atractivo para el turismo? ¿La intervención proyectada transforma al Cerro Chena en un producto turístico? No hay lugar a dudas que estamos frente a un oportunidad para el turismo pues, aun cuando la generación de áreas verdes no necesariamente implica el nacimiento de un nuevo producto turístico, si otorga las oportunidades de desarrollarlo, especialmente cuando existen en el lugar atractivos preexistentes y con enorme potencial como el pucará Chena, una fortaleza y centro ceremonial Inca, que permitiría generar una interesante oferta de turismo cultural, potenciado por la puesta en valor del folklore que la municipalidad de San Bernardo ha impulsado por años en la comuna.
¿Queremos con este proyecto convertir al Cerro Chena en un lugar turístico o queremos que sea un espacio destinado a los vecinos? Aun reconociendo la oportunidad turística que presenta esta proyecto, previo a tomarla y desarrollarla, resulta fundamental cuestionarse el interés existente al respecto, pues para que un producto turístico sea exitoso requiere de un compromiso de la comunidad, ya que finalmente son los vecinos quienes reciben a los turistas y es el municipio el que tiene que generar las condiciones adecuadas que faciliten el turismo en la comuna.
Si consideramos que efectivamente queremos darle una connotación turística como hoy lo tiene el Cerro San Cristóbal, ¿cuáles son los aspectos que podemos y queremos desarrollar turísticamente? ¿Cuál es la oferta de valor (turística) que queremos entregar? ¿Vamos a orientarnos a un visitante nacional o también a los extranjeros? ¿Queremos que sea visitado masivamente o se requiere controlar el acceso para preservar el lugar? ¿Vamos a permitir el acceso directo a los atractivos a través de buses o se implementará un recorrido que permita a los visitantes el contacto con la naturaleza y desarrollar la actividad física mientras recorren el lugar? ¿Se incorporarán elementos para hacerlo accesible para personas de la tercera edad y con alguna discapacidad? Las respuestas a estas interrogantes no son indiferentes a la hora de construir un producto turístico, el cual debe responder a un trabajo planificado, con objetivos y estrategias claras.
Un proyecto urbano responde a objetivos y necesidades propias y es necesario que así sea. No podemos perder el foco que el objetivo principal de esta iniciativa es la generación de áreas verdes en una zona de la ciudad que carece de ellas. Las autoridades pueden equivocarse al pensar que por el hecho de tener un mirador, un teleférico o restaurar el pucará, han abordado los aspectos turísticos del proyecto, éstos son sólo la base de algo mayor.
Si queremos desarrollar un producto turístico, debemos abordar el desafío con seriedad, a través de una adecuada planificación, haciéndose las preguntas claves y generando un trabajo conjunto con quienes ejecutarán el proyecto, permitiendo la participación de actores claves como la comunidad, las autoridades locales y prestadores de servicios turísticos, como los tour operadores.
Tenemos que desarrollar un producto que sea efectivo en la entrega de la oferta de valor y que satisfaga las expectativas del visitante que queremos atraer. Esa es la mejor forma de promocionarlo. Para ello tenemos que mirarnos a nosotros mismos y ponernos en el lugar de nuestros invitados. El rol de la municipalidad será clave en este proceso.
Aquí tenemos una oportunidad. Veamos quién la recoge y cómo.
Por Simone Hartard, abogada.
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