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Chile es más exitoso que el promedio mundial en convertir riqueza en bienestar
Según un estudio de BCG, el coeficiente local de renta a bienestar es de 1,09 punto, frente a la media global de 1 punto. De las 10 dimensiones analizadas, el país destaca en educación y gobernabilidad. El punto débil es la desigualdad de ingresos.
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Cuando alguien analiza el desempeño económico de un país, generalmente toma como referencia la tasa de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) o el nivel de ingresos de dicha nación. Sin embargo, ninguno de estos indicadores lograr evidenciar el bienestar de los ciudadanos.
En un esfuerzo para medir este componente, la consultora The Boston Consulting Group (BCG) creó en 2012 la Evaluación de Desarrollo Económico Sostenible (SEDA, su sigla en inglés), que a través de 10 dimensiones -ingreso, estabilidad económica, empleo, salud, educación, infraestructura, igualdad de ingresos, sociedad civil, gobernabilidad y medio ambiente- examina cuán efectivos son los países en convertir la riqueza en bienestar.
Para esto, los expertos se enfocaron en dos coeficientes: en primer lugar, el de riqueza a bienestar, que compara la puntuación del nivel actual de bienestar con el puntaje que se esperaría dado el PIB per cápita. Este indicador muestra cuán bien un país ha convertido la renta nacional en bienestar.
En segundo lugar, consideraron el coeficiente de crecimiento a bienestar, que contrasta la puntuación del progreso reciente con el puntaje que se esperaría dada la tasa de expansión del PIB. Esta medida expone cuán bien una nación ha traducido el alza de los ingresos en mejoras de bienestar.
En su edición 2016, que abarcó datos entre 2006 y 2014 de 163 territorios, el reporte reveló que Chile es más exitoso que el promedio mundial en esta materia, ya que el país alcanzó un coeficiente de riqueza a bienestar de 1,09 punto y un coeficiente de crecimiento a bienestar de 1,10 unidades.
Una puntuación superior a 1 significa que la nación está entregando mayores niveles de bienestar y de mejoras que lo esperado según su renta y crecimiento.
En ambos casos, el país aparece en el segundo quintil más alto a nivel global.
“En comparación con el mundo, Chile está por encima del comportamiento promedio en estas dimensiones”, comentó Enrique Rueda-Sabater, principal autor del informe y experto en América Latina.
Nivel actual
En una escala de 0 a 100, Chile alcanzó 65,4 puntos en cuanto a nivel actual de bienestar, siendo el líder de América Latina. Más atrás quedaron Uruguay (62,9 unidades) y Barbados (62,5 puntos).
De las 10 dimensiones evaluadas, el país registró un mejor puntaje que el resto del mundo en nueve de ellas. La gobernabilidad y la estabilidad económica aparecen como las principales fortalezas, con 83 y 81 puntos, respectivamente, mientras que educación y gobernabilidad poseen la mayor brecha respecto del promedio global.
El gran punto débil doméstico es la igualdad de ingresos, área en la que Chile obtuvo 21 puntos, frente a la media global de 53,7 puntos.
“En el desagregado de las dimensiones, Chile está por arriba en todas salvo en distribución del ingreso, donde está muy por debajo”, aseguró Jorge Becerra, socio senior de BCG. “Esta es una mochila muy pesada que Chile aún acarrea, más allá de todos los esfuerzos, y que hay que gestionar”, agregó.
Rueda-Sabater complementó que, en diversos aspectos, el país está “muy bien” comparado con el promedio mundial, pero la desigualdad económica “sigue llamando la atención como algo que hay que prestarle más énfasis”.
Progreso reciente
En cuanto a los avances logrados en la última década, el país anotó un puntaje de 57,8 unidades, con lo que se posicionó octavo en la región.
Chile supera el promedio global en seis de las 10 dimensiones, con empleo y educación siendo los más sólidos con 75 y 68 puntos, respectivamente. Estas dos categorías son las que muestran las diferencias más abultadas con el resto del planeta.
En contraste, salud es el elemento con peor rendimiento, con 18 puntos, y también es el más rezagado frente a la media internacional. La proporción relativamente alta de población malnutrida u obesa, la baja densidad de médicos por cada 1.000 habitantes y la tasa de mortalidad bajo los 5 por cada 1.000 personas son algunos de los indicadores en los que Chile se ha quedado atrás.
“Cuando miras el progreso que se ha conseguido en salud en la última década, es menos del que hubiera sido deseable”, acotó Rueda-Sabater.
Desafíos a futuro
Al mirar hacia adelante, Becerra cree que el país tiene un doble reto: mantener el buen desempeño que ha tenido en tres o cuatro pilares básicos y abordar de manera más profunda la “asignatura pendiente” de la distribución del ingreso.
En esa línea, los especialistas aconsejan seguir el ejemplo de los mercados industrializados. “Chile ha destacado en tantas dimensiones por muchos años en la región, pero tiene que seguir observando y aprendiendo de lo que otros países más desarrollados están haciendo”, expresó Becerra.
Rueda-Sabater también manifestó que debemos apuntar a las posiciones del mundo avanzado. “Está claro que en el caso de Chile esas altas miras no están en la región, porque Chile es la envidia del resto de los países” del bloque, remató.
Fuente:La Tercera www.chiledesarrollosustentable.cl