Un banco de microbios

Chile posee el único banco de microorganismos de Latinoamérica. A cargo del Inia, el centro, ubicado en Chillán, busca utilizar estas especies como controladores naturales en la producción agrícola y también como una fuente de preservación.

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En todo el mundo, solo 23 países poseen un banco para depositar microorganismos susceptibles de ser patentados como invención o para investigar futuros usos en la agricultura, la medicina, la biominería y cualquier otra área de relevancia económica en la que se requiera alguna cualidad de estos seres vivos.

Actualmente, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) posee uno de ellos en Chillán, en el Centro Regional de Investigación Quilamapu. Este Banco de Recursos Genéticos Microbiano es el único de Latinoamérica que tiene la categoría de Autoridad Internacional de Depósito (IDA) de Microorganismos que entrega la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)

En él, existe una colección de recursos genéticos microbianos compuesta por más de 2 mil hongos y nemátodos (un tipo de gusano microscópico) que habitan en el territorio, cumpliendo con normas de infraestructura, experiencia e investigación, para la conservación fuera del hábitat natural (ex situ).

Jorge Castro, doctor en bioquímica y curador de este banco, explica que su objetivo es “conservar, en el largo plazo y de la mano de la criopreservación y liofilización, nemátodos y hongos microscópicos, por los usos que tienen en actividades productivas, o porque se encuentran en riesgo de desaparecer, por acciones humanas como la construcción de caminos, represas, contaminación, etc., o por situaciones naturales como erupciones volcánicas, inundaciones, sequías, maremotos, entre otras razones”.

Conservar todos estos microorganismos con sus características inalteradas en el tiempo no es sencillo. “Se utilizan muy bajas temperaturas para la conservación (-196°C en el caso de la criopreservación) o una deshidratación en frío a muy baja presión (liofilización). “Someter a este tipo de microorganismos a estas condiciones, por lo general, los destruye. Es necesario tomar ciertas precauciones, usar sustancias criopreservantes y osmoprotectoras para que la congelación no produzca el colapso de las células. También hay que tener cuidado de no contaminar los microorganismos”, explica el curador del banco del Inia.

Lo que más tienen en el banco son hongos patógenos que enferman a las plantas, hongos que controlan ciertos gusanos, de uso industrial y otros que controlan algunas plagas.

Depósitos microscópicos

El banco también recibe “depósitos” de microorganismos, los que pueden ser públicos, privados o con fines de patentamiento (depósitos IDA que deben permanecer 30 años). En el caso de los depósitos públicos o de donación, el depositante puede acceder a ellos hasta cinco veces al año en forma gratuita, pero renuncia a los derechos de la cepa en custodia. Si otra persona quiere utilizarla, debe cancelar por descongelación, cultivo y despacho del material solicitado.

Para los depósitos privados existe un costo asociado por la mantención anual de la cepa, y por el periodo que establezca el depositante.

En el banco también se realiza investigación para buscar qué tipo de microorganismo se pueden utilizar como control de plagas o enfermedades que afectan a los cultivos agrícolas.

Como parte de procesos industriales, investigan compuestos o cepas que puedan optimizar los procesos de la industria minera (procesos de biolixiviación), la industria alimenticia y la forestal, por ejemplo.

Biocombustibles

Incluso debido a la crisis energética mundial, se investiga la generación de biocombustibles por medio de microorganismos. “Éstos constituyen aliados importantes en la lucha contra la contaminación, ya que han sido utilizados en el tratamiento de aguas servidas y en los procesos de remediación de suelos contaminados con hidrocarburos o altos contenidos de residuos de pesticidas fosforados, carbamatos y piretroides”, explica Castro.

Fuente:La Tercera 
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