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El Mes de las Empresas B: INNOVACIÓN Y SOSTENIBILIDAD PARA UN FUTURO MEJOR

En un mundo donde los desafíos ambientales, sociales y económicos son cada vez más urgentes, el Mes de las Empresas B se ha convertido en una celebración global que destaca el papel crucial de las empresas comprometidas con el triple impacto: beneficio económico, bienestar social y cuidado del medio ambiente.
Este movimiento, liderado por Sistema B, busca visibilizar y promover el modelo de las Empresas B, aquellas que han certificado su compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social. A lo largo de este artículo, exploraremos el origen de este mes, su importancia, hitos relevantes, proyecciones y los beneficios que aporta al medio ambiente, al desarrollo sostenible y al planeta.
¿Por qué existe el Mes de las Empresas B?
El Mes de las Empresas B nace como una iniciativa para concientizar a la sociedad, los gobiernos y el sector privado sobre la necesidad de un nuevo paradigma empresarial. Tradicionalmente, las empresas han operado bajo un modelo que prioriza el beneficio económico por encima de todo. Sin embargo, este enfoque ha contribuido a problemas como la desigualdad social, la degradación ambiental y el agotamiento de los recursos naturales.
Las Empresas B surgen como una respuesta a esta crisis. Estas empresas no solo buscan ser rentables, sino también generar un impacto positivo en la sociedad y el planeta. El Mes de las Empresas B, celebrado anualmente, tiene como objetivo difundir este modelo y demostrar que es posible combinar el éxito financiero con la responsabilidad ambiental y social.
Importancia y Relevancia del Mes de las Empresas B
Este mes es relevante por varias razones:
- Visibilización del modelo B: A través de eventos, campañas y actividades, se da a conocer el concepto de las Empresas B y su impacto positivo. Esto inspira a otras empresas a adoptar prácticas más sostenibles.
- Concientización: El mes sirve como un recordatorio de la urgencia de actuar frente a problemas globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desigualdad.
- Fomento de la colaboración: Durante este período, se promueve la creación de alianzas entre empresas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para impulsar soluciones colectivas.
- Reconocimiento: Se destacan las historias de éxito de empresas que han logrado un impacto significativo, sirviendo como ejemplos a seguir.
Hitos Importantes del Movimiento B
El movimiento de las Empresas B ha alcanzado hitos significativos que han marcado su trayectoria:
- Creación de la Certificación B: En 2006, se lanzó la certificación B Corp, que evalúa el desempeño social y ambiental de las empresas. Hoy, más de 5,000 empresas en 80 países han obtenido esta certificación.
- Expansión global: El movimiento ha crecido rápidamente, con presencia en América Latina, Europa, Asia y África. En países como Chile, Argentina y Colombia, las Empresas B han ganado un reconocimiento notable.
- Legislación de Empresas de Beneficio e Interés Colectivo (BIC): Varios países han adoptado marcos legales que reconocen a las empresas con propósito, permitiéndoles operar bajo un modelo de triple impacto.
- Campañas de impacto: Iniciativas como «B the Change» y «B Climate Collective» han movilizado a miles de empresas para abordar desafíos específicos, como la reducción de emisiones de carbono.
Sostenibilidad de las Empresas B
La sostenibilidad es el corazón del modelo B. Estas empresas se comprometen a:
- Reducir su huella ambiental: Implementan prácticas como el uso de energías renovables, la reducción de residuos y la conservación de recursos.
- Promover la equidad social: Garantizan condiciones laborales justas, fomentan la diversidad y apoyan a comunidades vulnerables.
- Generar impacto económico inclusivo: Crean empleos de calidad y contribuyen al desarrollo local.
Además, las Empresas B miden y reportan su impacto de manera transparente, lo que les permite mejorar continuamente sus prácticas.
Proyecciones del Movimiento B
El futuro del movimiento B es prometedor. Algunas proyecciones incluyen:
- Crecimiento exponencial: Se espera que el número de Empresas B siga aumentando, especialmente en regiones en desarrollo.
- Influencia en políticas públicas: Las Empresas B están impulsando cambios legislativos que favorecen la economía sostenible.
- Innovación tecnológica: Muchas Empresas B están liderando el desarrollo de tecnologías limpias y soluciones innovadoras para problemas ambientales.
- Educación y formación: El movimiento está creando programas educativos para formar a futuros líderes en sostenibilidad.
Beneficios para el Medio Ambiente, el Desarrollo Sostenible y el Planeta
Las Empresas B ofrecen múltiples beneficios:
- Protección del medio ambiente: Al adoptar prácticas sostenibles, reducen su impacto ecológico y contribuyen a la conservación de los ecosistemas.
- Desarrollo sostenible: Promueven un crecimiento económico que no compromete los recursos de las futuras generaciones.
- Resiliencia climática: Muchas Empresas B están a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático, implementando estrategias de mitigación y adaptación.
- Conciencia global: El movimiento B inspira a individuos y organizaciones a adoptar un estilo de vida más sostenible.
Conclusión
El Mes de las Empresas B es una oportunidad para reflexionar sobre el poder transformador de las empresas que priorizan el bien común. Este movimiento no solo está cambiando la forma en que hacemos negocios, sino también cómo entendemos el éxito. Al apoyar a las Empresas B, estamos construyendo un futuro más justo, sostenible y próspero para todos. El planeta nos necesita, y el modelo B demuestra que es posible responder a este llamado con innovación, compromiso y acción colectiva.
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¿’QUO VADIS’, ODS?

Cuando se cumplen dos tercios del tiempo previsto para lograr los diferentes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos en la Agenda 2030 de la ONU, se avecinan momentos de incertidumbre.
A día de hoy, aún queda un alto porcentaje de metas por alcanzar, mientras que sólo un pequeño número de objetivos están bien encaminados. Concretamente, según un reciente informe de la organización que analiza más de un centenar de objetivos, sólo un 15 % están bien encauzados, un 48 % se encuentran moderadamente retrasados y un 37 % están estancados o en serio peligro de no conseguirse.
En este contexto, es fundamental destacar que, desde una perspectiva científica, un análisis exhaustivo de la sostenibilidad de procesos, productos y servicios genera beneficios económicos, ambientales y sociales. Esto se debe a que repensar y rediseñar implica detenerse a reflexionar, evitando la aplicación automática de mecanismos sin un análisis crítico.
Visión global
La Unión Europea (UE) ha desarrollado una página web dinámica que permite conocer la situación de cada país en relación con los ODS. A tal efecto define dos indicadores:
- Estatus de país: representa la agregación de todos los indicadores del objetivo específico en comparación con la media de la UE.
- Puntuación de progreso: se basa en las tasas medias de crecimiento anual de todos los indicadores evaluados dentro de un objetivo específico durante los últimos cinco años.

Estado del cumplimiento de los ODS a nivel mundial (ONU, 2023) y en España. Comisión Europea, CC BY-SA
Cambio climático
Una de las principales preocupaciones de la sociedad es el calentamiento global, un desafío abordado de manera transversal en distintos ODS (ODS7, ODS9, ODS11, ODS12, ODS13).
Tres factores son clave en la emisión de gases de efecto invernadero causantes del aumento de la temperatura global: la generación y el consumo de energía, la producción y el consumo de alimentos y la movilidad de personas y bienes de consumo.
A nivel mundial, las emisiones de CO₂ equivalente (en toneladas per cápita) se han mantenido constantes en un valor de 4,7 tCO₂e (toneladas de dióxido de carbono equivalente) durante el período 2015-2023. Sin embargo, la evolución varía significativamente entre países. En España, por ejemplo, las emisiones se redujeron en un 20 %, pasando de 5,92 a 4,94 tCO₂e, aunque aún superan la media global.

Variación de emisión de tCO₂e per cápita para el período 2015-2023. Banco Mundial, CC BY-SA
El binomio energía-desarrollo económico ha sido ampliamente evaluado, pero la clave radica en lograr un desempeño energético óptimo. Esto implica actuar tanto en la generación de energía, promoviendo fuentes menos contaminantes, como en su uso eficiente, minimizando pérdidas y sobreconsumos innecesarios.
Por otro lado, el crecimiento de la población mundial representa un desafío para la seguridad alimentaria. Si bien la descarbonización de la producción de alimentos es un objetivo en constante desarrollo, debe ir acompañada de una gestión responsable por parte de todos los actores de la cadena de valor, con el fin de reducir el desperdicio alimentario.

Despilfarro alimentario doméstico por zonas geográficas. UNEP, 2024, CC BY-SA
No sobrepasar los umbrales de 1,5 ºC y 2 ºC de calentamiento por encima del promedio de la era preindustrial (1850-1900) son hitos definidos para minimizar los impactos del cambio climático. Que se hayan cruzado temporalmente (por ejemplo, en enero de 2025) esas marcas no significa necesariamente que se hayan incumplido los objetivos, pero sí indica que estamos peligrosamente cerca de ese punto.
Gestión del agua
El agua es un recurso esencial para la vida tal como la conocemos hoy en día. De ahí que uno de los ODS (ODS6) sea garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. En muchos países, su acceso es una cuestión de supervivencia: 800 millones de personas carecen de acceso a agua potable en el mundo y 2 200 millones no disponen de un servicio de gestión segura de agua potable.
Entre 2015 y 2022, el porcentaje de la población con acceso a agua potable segura aumentó aproximadamente un 5 %, alcanzando el 73 % a nivel mundial, una cifra aún lejos de la cobertura universal. La desigualdad entre norte-sur es evidente, siendo el África subsahariana una de las regiones más afectadas y con mayor necesidad de apoyo.

Salud global
Una nutrición adecuada está estrechamente vinculada a un mejor estado de salud general. Sin embargo, el número de personas que padecen hambre e inseguridad alimentaria ha aumentado de forma constante.
En 2022, aproximadamente el 9,2 % de la población mundial, es decir, alrededor de 735 millones de personas, sufría hambre crónica. La pandemia de covid-19 tuvo un impacto claramente negativo en el cumplimiento de las metas de salud global establecidas en 2015 (ODS1, ODS2).
A pesar de ello, se han logrado avances significativos en algunos ámbitos:
- La mayoría de los países, con excepción del África subsahariana, han alcanzado el umbral fijado para la mortalidad infantil en menores de 5 años.
- El tratamiento eficaz del VIH ha reducido en un 52 % las muertes relacionadas con el sida a nivel mundial desde 2010.
Por el contrario, los avances en la reducción de la mortalidad materna y la ampliación de la cobertura sanitaria universal siguen estando lejos de los objetivos deseados. Estos indicadores están estrechamente relacionados con el PIB de cada país y tienen un impacto directo en la esperanza de vida.

Esperanza de vida versus PIB per cápita. El tamaño de la burbuja representa la población y el color el continente. The Global Economy, CC BY-SA
Igualdad
La educación y la igualdad (recogidas en los ODS4, ODS5, ODS8, ODS10) están estrechamente relacionadas y contribuyen a mejoras en todos los ámbitos de la sostenibilidad. A nivel global, sólo uno de cada seis países alcanzará la meta de finalización de la enseñanza secundaria para 2030, y aproximadamente 300 millones de estudiantes carecerán de competencias básicas en aritmética y alfabetización.
El desempleo femenino es un indicador clave de igualdad y está directamente vinculado a la tasa de pobreza entre las mujeres. Un alto nivel de desempleo femenino puede incluso aumentar el riesgo de pobreza infantil.
Según un estudio que publicamos varios investigadores en 2021, una tasa inferior al 14 % se considera un punto de partida adecuado para la sostenibilidad. Sin embargo, la situación actual dista mucho de este objetivo, ya que las mujeres jóvenes tienen más del doble de probabilidades de estar desempleadas (32,1 %) en comparación con los hombres jóvenes.
Además del acceso al empleo, la igualdad también implica alcanzar puestos de toma de decisiones, como la representación en los parlamentos nacionales. A principios de 2023, la proporción mundial de mujeres en los parlamentos nacionales alcanzó el 26,5 %, lo que representa una leve mejora de un 4,2 % desde 2015.

Presencia porcentual de mujeres en los parlamentos nacionales según el área geográfica a comienzos de 2023. CC BY-SA
Biodiversidad
La biodiversidad del planeta (ODS14, ODS15) se encuentra seriamente amenazada. El aumento de la eutrofización, la acidificación, el calentamiento de los océanos y la contaminación por plásticos deterioran su salud, que debe reconducirse con una gobernanza basada en la equidad.
En tierra, la creciente tendencia a la pérdida de bosques, la degradación de los suelos y la extinción de especies suponen una grave amenaza para el planeta. Por ejemplo, la cobertura forestal mundial disminuye paulatinamente; en el año 2000 el planeta poseía un 31,9 % (4 200 millones de hectáreas) y al final del 2020 se había reducido al 31,2 % (4 100 millones de hectáreas).
El riesgo de extinción de especies de mamíferos, aves, anfibios, corales y cícadas aumentó aproximadamente un 5 % para el período 2013-2023.
Democracia y digitalización
Los ODS16 y 17 aluden a promover la paz y el acceso universal a la justicia y al establecimiento de alianzas para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El índice del Estado de derecho (-2,5 débil; 2,5 fuerte) evalúa diversos factores como, por ejemplo, la ausencia de corrupción, la justicia civil y penal y los límites al poder gubernamental. Desde 2018 sigue una línea descendente, con un valor medio mundial en 2023 de -0,04 puntos (el valor más alto corresponde a Finlandia, 1,97; y el menor para Somalia, -2,21).
No cabe duda de que las tecnologías digitales permiten una mejor conectividad, lo que fomenta, en líneas generales, sin desechar los problemas derivados de las noticias falsas, los procesos democráticos. El uso de internet alcanza a dos tercios de la población mundial, pero persisten diferencias entre géneros y conectividad. Se calcula que aproximadamente 5 300 millones de personas –el 67 % de la población mundial– utilizaron internet en 2023 frente al 40 % de cobertura en 2015.
En conclusión, el avance hacia el cumplimiento de los ODS ha perdido el impulso inicial. Tras una etapa prometedora, los logros alcanzados se han estancado, con sólo un 15 % de las metas progresando de manera satisfactoria.
Aunque desde un punto de vista técnico las metas planteadas son alcanzables y factibles, el verdadero desafío radica en fomentar una mayor conciencia social sobre la importancia de proteger nuestro planeta. Su consecución implica además un componente fundamental de voluntad política. Sólo a través de un cambio profundo en la mentalidad colectiva podremos garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
Fuente/The Conversation / (La versión original de este artículo ha sido publicada en la revista Telos, de Fundación Telefónica.)
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EL CONOCIMIENTO SESGADO SOBRE LOS ECOSISTEMAS DE LA ANTÁRTIDA DIFICULTA SU CONSERVACIÓN

Este estudio, liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales y el Instituto de Investigación en Cambio Global de la Universidad Rey Juan Carlos, establece la pauta para obtener una visión completa de lo que se sabe y desconoce en este continente. Aunque hay mucha información sobre pingüinos y focas, falta conocimiento sobre microinvertebrados, microorganismos y plantas.
Hoy se publica en Science un estudio internacional que analiza nuestro grado de conocimiento sobre la biodiversidad antártica, caracterizando tanto los avances en la investigación como las lagunas todavía existentes, identificando así las grandes incógnitas por resolver sobre su ecología y evolución.
Los resultados muestran que, aunque se conoce bastante sobre la biología de vertebrados marinos que se reproducen en la costa como pingüinos y focas, aún hay un gran desconocimiento sobre gran parte de la diversidad y el funcionamiento de los ecosistemas terrestres del continente helado.
Los investigadores destacan la necesidad de invertir más en estudios taxonómicos sobre grupos crípticos, monitorización de poblaciones, muestreos regionales en zonas menos exploradas, y la caracterización de rasgos funcionales y respuestas fisiológicas. Según apuntan el estudio, liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y el Instituto de Investigación en Cambio Global de la Universidad Rey Juan Carlos (IICG-URJC), es igualmente necesaria la estandarización de métodos e integración y accesibilidad de datos.
“Este estudio nos ha permitido por primera vez tener una visión completa del nivel de conocimiento ecológico para todo un continente, estableciendo la pauta para exportar este tipo de estudios a Europa y otros territorios con mucha más complejidad” señala Luis R. Pertierra, líder de este estudio. “Esto es, saber lo que sabemos, y lo que no, como base para identificar lo que aún nos queda por conocer”.
“La investigación en el continente helado comenzó hace apenas dos siglos y su estudio ha revelado importantes descubrimientos acerca de la evolución y el funcionamiento de la vida en lugares tan aislados y con unas condiciones climáticas tan extremas”, comenta la investigadora.
“Además, se trata de ecosistemas que realizan importantes funciones, como la regulación del clima y, por tanto, es clave entender cómo se están viendo afectados por los efectos del cambio global”, puntualiza Leopoldo García Sancho investigador de la Universidad Complutense de Madrid.
Muchas especies por descubrir
Este estudio confirma que se han descrito ya más de 2.000 especies de fauna, microbiota y flora terrestre para un sistema aparentemente inerte y rodeado de hielo, pero que faltan muchas más por descubrir. A esto se suma la dificultad de acceder a decenas de miles de microorganismos (tales como bacterias y virus) que previsiblemente están bajo el hielo. Como resultado, lo que sabemos de las propiedades de estos organismos es mucho más escaso aún, y muy variable entre diferentes grupos.
“Estamos en un punto crítico en el que es necesario parar y analizar qué conocemos y qué falta por descubrir sobre este fascinante continente para dirigir los siguientes esfuerzos de investigación.”, comenta Pertierra. Es por eso que científicos de distintas partes del mundo se han reunido en este trabajo para analizar las lagunas en el conocimiento de la biodiversidad antártica.
Entre sus autores está Andrés Barbosa, miembro destacado del Comité Científico para la Investigación en la Antártida (SCAR) y quien también fue coordinador de la investigación española en este continente, tristemente fallecido hace ahora dos años y a quién se dedica este estudio.
Este grupo internacional de investigadores ha recopilado y analizado la información recogida en las principales bases de datos globales sobre biodiversidad; “grandes repositorios como GBIF, que compila datos de ocurrencia espacial, o GenBank, que reúne información genética, nos permiten tanto examinar la distribución de la biodiversidad, como identificar huecos en nuestro conocimiento sobre ella” comenta Cristina Ronquillo, coautora del estudio que trabaja en el MNCN.
Mayor conocimiento de vertebrados
El análisis de estos datos masivos muestra que, dentro de los animales (casi 400 especies) el protagonismo se lo llevan en gran medida una veintena de vertebrados, con un conocimiento minoritario, pero creciente, en invertebrados. “Es de resaltar que este conocimiento sistematizado está principalmente encaminado a describir las tolerancias climáticas de las especies”, subraya Miguel Ángel Olalla Tárraga, investigador en el IICG-URJC.
Esto probablemente es debido a que “tenemos una demanda acuciante de información sobre estas tolerancias para entender las respuestas de las especies al incremento de temperaturas”, como comenta Pablo Escribano, también de la URJC. En cambio, apenas conocemos la estructura de las redes tróficas en los ecosistemas antárticos. “Básicamente nuestro conocimiento está limitado a una idea aproximada de quién come a quién”, apunta Pertierra.
Falta también mucha información sobre los rasgos funcionales de la mayoría de las especies, lo que dificulta identificar los mecanismos que les permiten adaptar su fisiología a condiciones extremas.
En el caso de la flora tenemos una amplia comprensión sobre su distribución, cada vez mejor gracias a mediciones satelitales que identifican manchas de vegetación en imágenes de alta resolución. Pero de nuevo este conocimiento no se ve arropado por avances en otras disciplinas. “Por ejemplo, apenas sabemos nada de sus relaciones evolutivas, o la naturaleza de sus interacciones”, comenta Pertierra.
Desequilibrio en la información
El desconocimiento sobre los microorganismos es aún mucho mayor. “Los recientes estudios sobre el funcionamiento y flujos de nutrientes en comunidades de microorganismos, así como el movimiento de éstos de unas zonas a otras nos da pistas de cómo se desarrolla la vida microscópica en un clima tan extremo”, añade Antonio Quesada, investigador de la Universidad Autónoma de Madrid.
En el trabajo se hace hincapié en que ese desequilibrio en el conocimiento de la biología de tantos grupos de organismos impide comprender cómo se desarrollan los procesos ecológicos en la Antártida, algo clave para poder guiar medidas de conservación de cara al cambio global.
“Los análisis de las lagunas de conocimiento sobre la biodiversidad nos permiten identificar las principales necesidades de investigación en los próximos años. En el caso de la Antártida, es necesario invertir en investigación taxonómica, monitorizar las poblaciones, identificar especies modelo, estandarizar los métodos de estudio que utilizamos e integrar los datos que vamos obteniendo. Estas son algunas de las medidas que proponemos para resolver las incógnitas que tenemos sobre este importante y fascinante territorio”, concluye Joaquín Hortal, también investigador del MNCN.
Referencia:
Pertierra LR, Convey P, Barbosa A, Biersma EM, Cowan D, et al. «Advances and shortfalls in the knowledge of Antarctic terrestrial biodiversity». Science.
Derechos: Creative Commons.
Fuente/SINC/Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC)
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LOS TÓXICOS QUE ENTRETEJEN NUESTRA ROPA

Desde los tejidos que vestimos a los que cubren nuestros muebles y ventanas o los geotextiles que dan estabilidad a una carretera, todos son esenciales para nuestra comodidad y estilo de vida.
Sin embargo, su fabricación implica frecuentemente el uso de químicos que pueden tener efectos nocivos, tanto para la salud humana como para la naturaleza. Su impacto es alarmante, considerando su amplio uso y el contacto constante con la piel, lo que resalta la urgencia de regular y minimizar su uso.
Por ello, es necesario un debate que impulse métodos de producción más sostenibles y seguros para el consumidor y el planeta. Pero… ¿podemos encontrar textiles saludables?
Folmaldehído en la ropa
En la industria textil, los químicos contaminantes –entendidos como causantes de efectos nocivos para la salud y el medioambiente– se utilizan por diversas razones.
Mientras que los colorantes aportan colores vivos y duraderos a las telas, los acabados proporcionan características adicionales como resistencia al agua o a las arrugas. Finalmente, los suavizantes mejoran la textura y facilitan el manejo y la comodidad de las prendas.
Entre los compuestos de mayor preocupación, se encuentra el formaldehído –utilizado en resinas para acabados permanentes–, que puede causar irritaciones y alergias severas.
Por su parte, los ftalatos –empleados para aumentar la flexibilidad de los plásticos en cortinas de baño y ropa impermeable– son disruptores endocrinos que pueden afectar los sistemas reproductivos.
Tintes peligrosos
Además, los metales pesados como el plomo y el cadmio, a menudo presentes en los colorantes, son altamente tóxicos y pueden acumularse en el cuerpo humano y el medio ambiente, causando desde daño neurológico hasta problemas renales y óseos, principalmente a los trabajadores de la industria textil. También se han relacionado con alergias e irritaciones.
Encima, cuando el color no queda bien fijado, se puede desprender durante el uso con el sudor o saliva, así como en el lavado. Ello implica la contaminación de agua, suelos y ecosistemas, no solo durante la fase de producción, sino también durante el mantenimiento.
Transformación de la industria
Ante este panorama, la industria textil está adoptando alternativas menos tóxicas para minimizar su impacto ambiental y mejorar la seguridad de sus productos.
Así, el uso de colorantes naturales, derivados de plantas, minerales y otros recursos biológicos, está ganando popularidad debido a su menor toxicidad comparada con los sintéticos.
Al mismo tiempo, poco a poco se imponen procesos de fabricación sostenible, como el empleo de agua reciclada, energía renovable y técnicas de producción que reducen los residuos químicos.
En el aspecto legislativo, la Unión Europea, a través del Reglamento REACH, ha liderado la regulación de químicos peligrosos, exigiendo pruebas rigurosas y la gradual eliminación de las sustancias más nocivas.
Esta clase de regulaciones fomentan una mayor transparencia y responsabilidad y obligan a la industria a buscar vías más seguras.
Consumidores informados
Europa tiende a utilizar menos productos tóxicos en textiles debido a sus regulaciones más rigurosas, pero no puede decirse lo mismo de otros países, con normas más flexibles. Un dato que el ciudadano debería tener en cuenta al examinar el lugar de origen o fabricación de la tela que compra.
Para los consumidores, elegir textiles menos tóxicos implica estar informados sobre los materiales y procesos utilizados en su fabricación. Una clave es optar por ropa certificada por sellos como Oeko-Tex, que garantizan bajos niveles de sustancias nocivas.
Este tipo de certificado puede referirse a la composición del producto ( Standard 100) o al proceso de fabricación (Made in Green), entre otros aspectos.
Asimismo, apoyar a empresas que practican la sostenibilidad y exigir mayor claridad en el etiquetado de los productos pueden contribuir significativamente a promover un consumo más responsable y consciente.
Invertir en sostenibilidad
Una prenda no tóxica implica que sea respetuosa tanto para la salud humana como para el medioambiente. Puede ser más costosa debido a la utilización de procesos de producción éticos, el uso de materiales orgánicos, el cumplimiento de certificaciones rigurosas, los salarios justos y la implementación de medidas para asegurar la transparencia en toda la cadena de suministro.
Estos costos adicionales reflejan una inversión en prácticas ambientales responsables y condiciones laborales equitativas, valoradas por compradores conscientes.
Si, como consumidores, nos preocupamos de las características de un teléfono, una televisión, etc., ¿por qué no lo hacemos con los textiles? La concienciación social obligará a los productores a aumentar la oferta de textiles certificados y dejará en nuestras manos la decisión de invertir en opciones responsables que protejan la salud y el medio ambiente.
Fuente/TheConversation Chile Desarrollo Sustentable www.chiledesarrollosustentable.cl www.facebook.com/pg/ChiledesarrollosustentableCDS twitter.com/CDSustentable #CDSustentable , #Sostenible #DesarrolloSostenible #MedioAmbiente #ChileDesarrolloSustentable, #ECOXXI
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El poder del“Marketing”: LA MAYORÍA DE LOS JÓVENES IGNORA LOS RIESGOS DE LAS BEBIDAS ENERGÉTICAS

El consumo de bebidas energéticas se ha disparado en los últimos años, especialmente entre adolescentes y jóvenes. Estos productos, promocionados como potenciadores de energía y asociados a un estilo de vida dinámico y emocionante, esconden riesgos para la salud que pasan desapercibidos para la mayoría.
En un estudio publicado este año hemos analizado los hábitos y actitudes de jóvenes españoles de entre 14 y 34 años hacia estas bebidas. Los resultados son preocupantes: casi el 40 % de los encuestados consumen bebidas energéticas, una cifra que alcanza el 50 % entre los adolescentes de 14 a 18 años. Sin embargo, solo el 9 % de este grupo reconoce los riesgos asociados, lo que evidencia una preocupante falta de conciencia sobre los efectos adversos.
¿Qué hay en esas latas?
Las bebidas energéticas combinan cafeína, taurina, azúcar y vitaminas del grupo B para proporcionar un impulso rápido. Sin embargo, estos ingredientes pueden causar efectos secundarios como insomnio, ansiedad, taquicardias e hipertensión. Su consumo excesivo está vinculado a problemas cardiovasculares graves, adicción a la cafeína y aumento del riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 debido a su alto contenido de azúcar.
Más preocupante aún es su relación con comportamientos de riesgo. El 15 % de los consumidores mezcla estas bebidas con alcohol, cifra que sube al 32 % entre adolescentes. Esta combinación aumenta el consumo de alcohol, ya que las bebidas energéticas enmascaran sus efectos, incrementando la probabilidad de intoxicaciones, accidentes y conductas imprudentes.
Riesgos sexuales y otras conductas peligrosas
El consumo de bebidas energéticas también está relacionado con comportamientos sexuales de riesgo. Diversos estudios han demostrado que los consumidores frecuentes son más propensos a prácticas como el sexo sin protección o con múltiples parejas, especialmente cuando se combinan estos productos con alcohol. Esto expone a los jóvenes a enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
Además, el estudio encontró que los consumidores de bebidas energéticas tienen 3,8 veces más probabilidades de vapear que quienes no las consumen. Esta relación sugiere un patrón de conductas de riesgo que puede tener consecuencias perjudiciales para la salud a largo plazo.
El éxito de estas bebidas entre los jóvenes no es casual. Las marcas han diseñado estrategias publicitarias agresivas que vinculan sus productos con valores aspiracionales como diversión, aventura y éxito social. Redes sociales como Twitch, YouTube y TikTok están inundadas de contenido promocional, muchas veces protagonizado por influencers populares entre adolescentes.
Un estudio reveló que el 78,4 % de los usuarios de Twitch en España identificaron publicidad de bebidas energéticas durante transmisiones en vivo.
Esta constante exposición refuerza la idea de que consumir estas bebidas es parte de un estilo de vida moderno y emocionante. A pesar de las advertencias de expertos en salud, los jóvenes tienden a subestimar sus riesgos, en gran parte debido a este marketing sofisticado.
Un problema de salud pública
El consumo de bebidas energéticas representa un desafío importante para la salud pública. Numerosos estudios han demostrado su relación con trastornos del sueño, problemas psicológicos como ansiedad, y enfermedades metabólicas.
En respuesta, algunos países han tomado medidas regulatorias. Polonia, por ejemplo, ha prohibido la venta de estas bebidas a menores de 18 años.
En España, el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda limitar el tamaño de las latas a 250 mililitros para reducir la exposición a sustancias nocivas como la cafeína y la taurina.
Sin embargo, estas medidas no son suficientes. Las bebidas energéticas también están relacionadas con otros comportamientos de riesgo como el vapeo. Este patrón sugiere que estos productos no solo afectan la salud física, sino que también fomentan conductas perjudiciales a largo plazo.
La educación como herramienta clave
Además de las políticas regulatorias, la educación desempeña un papel fundamental para prevenir el consumo desmedido de bebidas energéticas. La adolescencia es un período crítico donde las decisiones de salud están fuertemente influidas por la presión social y las tendencias. Es crucial informar a los jóvenes sobre los efectos negativos de estas bebidas y fomentar un pensamiento crítico frente al marketing.
Nuestro estudio subraya la necesidad de campañas educativas que aborden temas como la autoimagen y la influencia de la publicidad. Los adolescentes son especialmente vulnerables a mensajes que asocian el consumo de estas bebidas con el éxito social y físico. Promover talleres en escuelas que desmitifiquen estos mensajes puede ayudar a los jóvenes a tomar decisiones más informadas.
Un cambio necesario
A pesar de las crecientes evidencias sobre sus riesgos, las bebidas energéticas siguen siendo populares entre los jóvenes. Esto plantea un desafío urgente para gobiernos y profesionales de la salud.
Se necesita un enfoque multifacético que combine regulaciones más estrictas, educación integral y un control más riguroso del marketing dirigido a menores. Proteger a las nuevas generaciones de los riesgos asociados a estas bebidas es una inversión en su bienestar futuro.
Es hora de actuar, tanto desde las políticas públicas como desde la educación, para proteger a nuestros jóvenes y promover hábitos más saludables. Al final, cada sorbo cuenta.
Fuente/TheConversation
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POR QUÉ NECESITAMOS UN PROTOCOLO GLOBAL CONTRA LA CONTAMINACIÓN POR PLÁSTICOS

Si algo tienen en común las oscuridades más profundas del océano, los picos más altos del Himalaya y las partes más íntimas de nuestro cuerpo se trata, sin duda alguna, de la presencia de microplásticos.
El plástico es un polímero cuyas propiedades parecen casi mágicas: resulta extremadamente versátil, barato y prácticamente indestructible. El plástico aguanta relativamente bien las embestidas del tiempo, que logra reducirlo a partículas demasiado diminutas para nuestros ojos, pero en realidad requiere de miles de años para su destrucción real. De hecho, esta indestructibilidad lo ha convertido en un creciente problema de salud pública y ecotoxicidad.
Escribo estas líneas cuando se acerca la conferencia de las Naciones Unidas en Busán (Corea del Sur), que busca alcanzar un protocolo internacional sobre el plástico. A continuación, trataré de explicar por qué necesitamos este tratado.
La mayoría acaba en el medio ambiente
Anualmente se producen más de 400 millones de toneladas de plástico, en un negocio que roza los 700 mil millones de euros anualmente, pero apenas el 9 % de la producción se recicla. Una parte pequeña del plástico producido es incinerado, pero la mayor parte acaba en el medio ambiente, donde se acumula.
¿Constituye un problema para la salud?
Consumimos microplásticos por diversas vías. A través de los productos embotellados y envasados, de los productos cosméticos y de higiene personal, pero también los inhalamos por las fibras plásticas de la ropa y la contaminación de las ciudades.
Los microplásticos están asociados con distintas patologías. En los pulmones, por ejemplo, su presencia se ha asociado con cáncer de pulmón. Interfieren con la microbiota intestinal y cobijan disruptores endocrinos (que pueden alterar la función de las hormonas del cuerpo), entre otros muchos problemas, algunos de los cuales apenas conocemos.
La investigación sobre los efectos para la salud está aún en la infancia, pero sería deseable aplicar el principio de precaución: empezar a tomar medidas, ya que la acción no se puede demorar varias décadas, hasta que tengamos un conocimiento más completo sobre los efectos de los microplásticos.
Las mayores concentraciones de microplásticos se encuentran en los niños, por ser el sector poblacional más expuesto. Esto es, donde más se usan los plásticos en la alimentación y ropa.
¿Es mejor el plástico de múltiples usos que el de usar y tirar?
Cuando un bebé toma un litro de leche con un biberón de plástico, de propina puede llegar a ingerir hasta 16 millones de partículas de microplástico. Esto es porque los biberones se van degradando con el tiempo, sobre todo con las esterilizaciones a temperatura elevada. Con este ejemplo pretendo ilustrar cómo los plásticos duraderos no son necesariamente más seguros que los de usar y tirar.
¿Cuáles son las principales fuentes de microplásticos?
La principal fuente de microplásticos proviene del plástico que se acumula en el medio ambiente. Las bolsas o botellas de plástico, por ejemplo, pero también las fibras que emanan de nuestra ropa o las ruedas de los coches.
De hecho, las ruedas de los coches son una fuente particularmente importante, y cabe recordar que las de los aparentemente inocuos coches eléctricos tienen un mayor desgaste. Estos vehículos eléctricos son más pesados que los de combustión, y aportan un 20 % más de microplásticos.
Seguidamente aparecen los plásticos que se añaden a productos como las pinturas o los productos de higiene.
¿Constituyen un problema para el medio ambiente?
Los microplásticos constituyen un problema de salud pública, pero también generan un problema de salud ambiental. Si consideramos la “triple crisis” ambiental originada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, los plásticos pueden desestabilizar diferentes componentes de la biosfera, de manera que amplifican esta triple crisis.
En relación a la pérdida de la biodiversidad, por ejemplo, los microplásticos pueden favorecer las acumulaciones de metales pesados, que luego pasan a las plantas, y de ahí a los herbívoros (o humanos, cuando se trata de plantas cultivadas).
¿Qué podemos hacer?
Más allá del reciclaje, que es necesario pero no suficiente, y de la reutilización del plástico, que resulta problemática cuando es con fines alimentarios, nos quedan dos opciones: reducir el consumo y la sustitución por otros materiales.
En algunas ocasiones, reducir el consumo es fácil. Por ejemplo, las fibras plásticas de los textiles se pueden dejar de usar con pocos problemas y los biberones de plástico se pueden reemplazar por los de cristal.
En otros casos, la sustitución resultará más difícil. Para solucionar este problema se está experimentando con la creación de nuevos polímeros desarrollados, por ejemplo, a partir de la madera. Se trata de una línea de trabajo a potenciar, ya que podría financiar por ejemplo las actividades forestales necesarias para reducir los incendios forestales, pero todavía se encuentra en fase experimental y lejos de ser implementada a gran escala.
También cabe regular la presencia de productos químicos en los plásticos, con un etiquetado transparente y efectivo, para que sean más seguros y circulares. Y también debemos invertir en la educación de la sociedad en este sentido.
¿Qué podemos esperar de la conferencia de Busán?
Necesitamos un protocolo global, ya que de poco sirve que unos países sigan unas normas más estrictas si otros adoptan legislaciones más laxas. No estamos hablando de prohibir su producción, algo que podría resultar contraproducente, sino de regular su uso para que los plásticos resulten seguros.
La cumbre de Busán se abrirá tras la clausura de la cumbre de cambio climático (COP29) en Azerbaiyán. Si bien no teníamos las expectativas muy altas al comienzo de la COP29, cabe por ahora cierto lugar para el optimismo en Busán. El problema de reducir la producción y el consumo de plásticos es más sencillo, hasta cierto punto, que el del cambio climático.
El cambio climático está ocasionado por la fuente de energía, mientras que los plásticos son solo un material que, en muchas ocasiones, no resulta imprescindible.
En cualquier caso, probablemente veremos presiones del sector de los combustibles fósiles, y de los gobiernos que los favorecen, en contra de regulaciones estrictas. De hecho, los grupos de presión del sector proplástico, incluyendo los del reciclaje, han tenido una presencia creciente en estas cumbres, por lo que buscarán fortalecer su posición y torpedear las medidas ambiciosas.
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