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Agua potable en Chile es más cara que en países como Francia, Inglaterra y Suiza
De acuerdo a un estudio elaborado por ESTRATEGIA, a partir de datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el costo del agua potable en Chile supera al de países como Francia, Inglaterra, Suiza y Nueva Zelanda.
Si bien el valor promedio del servicio a nivel local es de US$1,42 por metro cúbico, lejos de los US$6,70 de Dinamarca o de los US$4,87 de los Países Bajos, lo cierto es que al relacionar la cifra con el PIB per cápita, nuestro país se ubica en el octavo lugar de la nómina liderada por Hungría y secundando de cerca por Polonia y Alemania.
Conviene consignar que el precio doméstico incluye las prestaciones de alcantarillas (3,8%), grifos (9,2%) y el cargo fijo (6,2%), siendo la cotización del metro cúbico un 80,8% del total. Para el oficial de Asuntos Económicos de la División de Recursos Naturales e Infraestructura de la Cepal, Andrei Jouravlev, la tarifa es, en general, “razonable”, considerando la alta calidad y las inversiones realizadas para la expansión del tratamiento de aguas servidas urbanas.
No obstante, advierte que hay indicios de que en los últimos ejercicios ha habido un ascenso más allá de lo “estrictamente necesario”. A pesar de los importes alcanzados, los cobros “no estarían cumpliendo los objetivos de reposición adecuada de los sistemas, lo que puede poner en riesgo su sustentabilidad a largo plazo”.
En esa línea, el informe Perspectivas Ambientales 2050, publicado recientemente por la OCDE, alerta que para dicho año se incrementará en un 55% la demanda mundial de agua, por lo que si no se observa un cambio significativo en las políticas públicas de cobro del servicio, se pondrá en jaque el crecimiento económico, el medio ambiente y la salud de las personas.
DIFERENCIAS
Los elevados precios reales del ámbito en las naciones de Europa Occidental se justifican, apunta Jouravlev, por las importantes inversiones en sofisticación y procesos de tratamientos a muy altos estándares de calidad, a lo que se suma la disminución de consumos unitarios. Esto “significa que la infraestructura existente y construida hace mucho tiempo termina sobredimensionada en relación con la demanda existente”, afirma.
La situación se contrapone con la realidad de muchos países de América Latina, en donde aún no existen las condiciones necesarias para ofrecer un servicio de mayor nivel, “como tampoco dar la misma prioridad a la protección del medio ambiente. Por otro lado, no han logrado alcanzar el autofinanciamiento a través de tarifas, por lo que recurren a subsidios generalizados”, advierte.
Con todo, indica que es factible identificar factores que presionen la cotización del agua tanto al alza como a la baja. Eso sí, precisa que en un horizonte superior, “es prácticamente seguro que el costo siga subiendo, especialmente el de alcantarillado, porque habrá que realizar nuevas inversiones tanto en el mejoramiento de la calidad del servicio como en tratamiento –cada vez más sofisticado– de las aguas servidas urbanas, a lo que se añaden los requerimientos de adaptación al cambio climático”.
Es importante precisar que así como en Chile el total del servicio de agua potable incluye costos por alcantarillados, grifos y cargos fijos, en otras latitudes prescinden de uno o todos estos cobros.
De acuerdo a la Cepal, los productos ofrecidos en cada nación, la calidad de estos y la ubicación geográfica, son elementos clave que tienen un fuerte impacto sobre las tarifas. Por ejemplo, admite, no es lo mismo un servicio ininterrumpido a uno que dispone sólo de algunas horas al día, ni uno sustentable a uno que no se preocupa de las fuentes de abastecimiento.
“Se podría comparar precios entre prestadores y entre países, es útil hacerlo, pero para hacerlo bien se deben considerar, además, las diferencias tanto en la calidad del servicio como en las condiciones locales”, sentencia.
Fuente:www.estrategia.cl