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CGE divide venta de activos de generación y Duke Energy se queda con dos centrales
Cinco meses después de contratar a JP Morgan para explorar asociaciones o venta de los activos de generación, CGE ayer puso término a una parte del proceso. Esto, pues se desprendió de las centrales en funcionamiento agrupadas en Ibener, al venderlas a Duke Energy International, en unos US$ 473 millones.
El pago incluye US$ 415 millones en efectivo por Ibener, pero además US$ 58 millones que condonó Duke de una deuda que tenía la otra filial, Enerplus, con la primera. Así, la compañía ligada a las familias Marín, Pérez Cruz y Hornauer, lograron recuperar con creces los US$ 280 millones que pagaron en 2009 por la misma filial y superar las expectativas del mercado, que estimaban se pagarían unos US$ 300 millones.
Como consecuencia, CGE dijo que la operación le significará una utilidad después de impuesto de unos $ 56 mil millones.
En tanto, Duke se quedará con las centrales de pasada en serie Peuchén y Mampil, que tienen una capacidad instalada de 85 MW y 49 MW, respectivamente. En un comunicado, Andrea Bertone, presidente de la estadounidense, señaló que “Chile es un mercado atractivo donde expandir nuestros negocios y estos activos constituyen una excelente incorporación a nuestras plantas existentes de generación hidroeléctrica en Sudamérica”, dijo.
Los bancos Citigroup y Banchile Citi actuaron como asesores de Duke en esta transacción.
En dos bloques
En todo caso, el negocio no consideró los proyectos greenfield que tiene CGE en el área de generación, agrupados en Enerplus. Entre éstos se encuentran la central hidroeléctrica Ñuble, que demandaría unos US$ 300 millones y otros seis proyectos con estudios de prefactiblidad, los que estarían valuados por CGE en unos US$ 20 millones, dentro de los cuales está la central Tinguiririca.
Para esta última, la compañía maneja dos escenarios de desarrollo: una central de 30 MW -lo que agrada más a parte del directorio de la filial- u otra de 60 MW.
Respecto de esta filial, el gerente general de CGE, Eduardo Morandé, reconoció en un hecho esencial enviado a la SVS que la firma “continua analizando alternativas de negocio con terceros interesados en lo que respecta a su filial Enerplus”.
En el proceso participaban la noruega SN Power, la australiana Origin y Empresas Públicas de Medellín (EPM) y GDF Suez, que también miraban los activos y seguirían interesados -incluyendo al mismo Duke- en los proyectos greenfield.
La arremetida de Duke
Con la compra de ayer, Duke Energy viene a consolidar un proceso que inició en julio pasado, cuando se adjudicó los activos de Campanario Generación, al pagar US$ 86 millones.
En dicha oportunidad, Mariana Schoua, presidenta de Duke Energy para el Cono Sur, conversó con Diario Financiero sobre su visión del sector eléctrico chileno, indicando que “Chile es un país que está creciendo y que necesita la energía y sabemos que van a seguir tratando expandir la capacidad instalada, con lo cual vamos monitoreando cómo se va desarrollando el mercado”.
Dentro de ese monitoreo, dijo la ejecutiva, “iremos analizando los siguientes pasos, en función del contexto y las oportunidades que surjan, viendo proyecto por proyecto, teniendo en cuenta todo el marco”.
Las visiones de las familias
El desprendimiento de los activos tenía distintas visiones al interior de las familias controladoras de CGE, pues algunos apostaban vender y otros por buscar un socio que inyecte capital.
Según cercanos, quienes estaban a favor de sumar un socio lo hacían considerando que la filial Ibener generaba utilidades para el holding. Además, porque tienen proyectos de generación aprobados que podrían seguir sumando valor, agrupados en Enerplus.
En tanto, los que optaron por vender lo hacen considerando los mismos argumentos, lo que haría atractiva su venta. De hecho, el precio pagado sólo por los activos funcionando reafirman el punto.
Fuente:www.df.cl