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Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía
Entrevista a experto de la U. de Chile:
Este 17 de junio se celebra el Día Mundial Contra la Desertificación y la Sequía, fecha decretada en 1994 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para fomentar la conciencia pública y para que los países implementen acciones concretas respecto de esta problemática.
Las cifras hablan por sí mismas: anualmente, a nivel mundial se pierden entre 20.000 y 50.000 kilómetros cuadrados de tierras, especialmente debido a la erosión del suelo. Para el año 2025 se perderán las dos terceras partes de las tierras cultivables en África. Para 2030 solamente la escasez de agua en algunos lugares áridos y semiáridos puede desplazar hasta 700 millones de personas.
Por otra parte, en los próximos 20 años nuestras demandas básicas aumentarán de forma significativa, se necesitará un 50% más de alimentos, un 40% más de energía y un 35% más de agua. No cabe duda que la desertificación y la sequía son un problema para la satisfacción de las necesidades de la humanidad.
El profesor e ingeniero forestal, Antonio Vita Alonso de la Universidad de Chile, experto en la temática, con una vasta experiencia y diversas publicaciones en la materia, se refiere al tema:
¿Por qué la desertificación es uno de los principales problemas ambientales declarados por la ONU?
«Decir mayor desertificación equivale a decir mayor pobreza, porque la desertificación y la sequía afectan al ecosistema, hay pérdidas de la biodiversidad, afecta a nuestra tierra, a nuestro suelo, que es la base de la agricultura y la silvicultura».
¿Cuáles son las causas principales de este fenómeno?
«Las causas fundamentales son la cosecha de madera particularmente la leña, sin consideraciones técnicas; la agricultura en lugares inadecuadas, sobrepastoreo, la expansión urbana, la reasignación de las aguas, los incendios. Claramente las causas principales son antrópicas, es decir causadas por la intervención humana, otras son naturales, aunque el calentamiento global también está relacionado con la intervención humana».
¿Las causas a las que se refiere no están directamente relacionadas con la actividad de las grandes empresas? ¿Es un mito que son las grandes empresas las que deterioran el ecosistema?
Hay diversas causas, no podemos responsabilizar de todo a las empresas, hay degradación también provocada por el pequeño agricultor. En Chile, por ejemplo las causas están combinadas. Podemos decir que la gran minería del siglo XIX y XX fueron las causantes del problema del agua en el norte del país, por la sobrexplotación del recurso leñoso.
¿Cuál es la situación actual en Chile?
«Chile cuenta con clima mediterráneo, hay cinco zonas en el mundo que cuentan con este clima: California, África del Sur, el Mediterráneo, parte de Australia y Chile. De esas 5 zonas Chile es el más desertificado. Por un lado, en relación a Chile, California, África del Sur y Australia, fueron colonizados después, por tanto la explotación intensiva de recursos fue posterior; por su parte, en la zona del Mediterráneo se han tomado medidas ejemplares contra la desertificación, lo que ha atenuado el fenómeno».
«Según estudios realizados por la Universidad de Chile, instituciones internacionales y del Estado, como CONAF, el problema afecta una superficie aproximada de 47 millones de hectáreas, las cuales corresponden a un 63% del territorio nacional e involucran a 1,5 millones de personas, especialmente familias rurales de escasos recursos».
¿Considerando que es una situación que afecta a las familias más pobres, qué medidas ha tomado el Estado al respecto?
«Hay ejemplos notables para revertir esta situación. La restauración de la vegetación, la forestación es de muy alto costo, se requiere una alta tecnología. No es llegar y plantar árboles, se trata de ver qué árbol es factible de plantar, para que crezca, que perdure, considerando la degradación del suelo, el clima, etc. No cuesta nada degradar, pero cuesta mucho restaurar, en términos económicos y del conocimiento que se requiere».
«Sin embargo, el Estado, en particular CONAF del Ministerio de Agricultura, han estado muy bien encaminados. De manera permanente se realizan destacadas labores para recuperar hectáreas en zonas claves como lo son la tercera y cuarta región y también en la zona austral del país. Creo que el Estado ha hecho grandes esfuerzos de recuperación de espacios degradados».
¿Qué rol ha jugado la Universidad de Chile en la lucha contra la desertificación y la sequía?
«La Universidad de Chile ha trabajado fuertemente en esta materia. Específicamente la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, así como la Facultad de Ciencias Agronómicas, entre otras. La Universidad de Chile fue la institución que realizó el Plan Nacional de Acción contra la Desertificación para CONAF y la FAO en 1993, hemos tenido una incidencia constante en las políticas públicas, porque contamos con expertos de alto nivel, con centros experimentales, que nos permiten experimentar con especies para la labor de restauración, forestación, rehabilitación de nuestra fauna y flora».
¿Hay posibilidad de revertir la desertificación en Chile, qué nos depara el futuro?
«Yo creo que si seguimos de la manera que lo estamos realizando es posible revertir la situación. Pero hay una condición: la misión de recuperación y manejo sostenible de los recursos debe hacerse con la participación de los actores locales. Los actores locales deben involucrase en esta tarea, esto nos permitirá mayor éxito en esta lucha contra la desertificación y la sequía»