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Estudiar delfines y sitios arqueológicos: la oferta del turismo científico en Patagonia
Extranjeros son los principales clientes de proyecto que agrupa a científicos y operadores turísticos.
La Patagonia no sólo ofrece una variedad de paisajes, climas y ecosistemas inexplorados, sino que datos claves para entender la evolución del planeta y del hombre.
Esa fue una de la razones para que -en 2010- se formara en Aysén la primera plataforma de turismo científico del país, que agrupa a doce empresas locales y ofrece circuitos con guías especializados y científicos en pleno período de exploración o toma de muestras que estaban dispuestos a compartir sus investigaciones.
Partieron con una oferta exclusiva: paquetes de 720 mil a casi dos millones de pesos y 30 turistas por temporada. Actualmente ofrecen once tour que van desde 38 mil a dos millones de pesos, que en 2012 superó las 50 personas durante el verano y que en lo que va de 2013 ya suma 30 y espera sumar más de 60 a fines de febrero, con programas por 7 horas a 20 días.
Fabien Bourlon, geólogo del Centro de Investigación de Ecosistemas de la Patagonia (Ciep) y director del proyecto, dice que desde que partieron las solicitudes de información se han duplicado, especialmente desde Estados Unidos, Francia y Alemania. Y que las ventas también van en la misma línea: pasaron de veinte millones de pesos en 2010 a cerca de 90 millones en 2012.
Parte del crecimiento se debe a la creación de tour de menor costo. Ello, porque la iniciativa -financiada hasta 2012 por un fondo Innova- permitió a los operadores turísticos capacitarse y agruparse en Exploraysén, una plataforma que junto al Ciep ya no sólo ofrece grandes circuitos para acompañar a científicos, sino que también programas ecoculturales más cortos y accesibles, con los que también están comenzando a entusiasmar a turistas chilenos.
En kajak por río Simpson
Marcelo Sanhueza, ingeniero forestal y guía turístico cuenta que muchos de los interesados tienen nociones de ciencia, aunque hay un sector que es atraído por la aventura que implica el viaje. El circuito “Los habitantes del río Simpson”, por ejemplo, lleva a los turistas en kayak por el río de la reserva nacional del mismo nombre, en un viaje en que los pasajeros pueden tomar muestras del agua, además de aprender sobre los microorganismos e insectos de la zona, a los que observan con una lupa microscópica.
“Este circuito toma el tema de la ciencia desde la perspectiva de la biodiversidad. En la bajada en balsa se hacen ciertas paradas, se van explicando los ecosistemas acuáticos y se hace énfasis en los macroinvertebrados acuáticos, además de experimentar en algunos arroyos para que los turistas obtengan sus muestras desde el fondo rocoso”.
El tour de seis horas cuesta 55 mil pesos por persona e incluye snacks. A éste se suman opciones que permiten experimentar con técnicas de dendrocronología -para fechar la edad de los árboles- en la reserva nacional Coyhaique ($ 38.500) y un viaje de dos días y medio explorando la laguna San Rafael, aprendiendo de glaciología y biología de los fiordos, golfos y lagunas del Campo de Hielo Norte ($ 325.000).
Crece interés
El Ciep, que sigue apoyando los circuitos de exploración con científicos -con salidas para estudiar cóndores o la vida marina de la Patagonia-, certifica y apoya a las empresas para que desarrollen el turismo científico.
Bourlon cuenta que este año se incorporarán nuevas opciones como el seguimiento de huemules (que debería comenzar en abril) y la búsqueda de sitios paleontológicos. Además, comenzarán a certificar empresas que quieren dedicarse al turismo científico en las regiones de Los Ríos, Los Lagos y Magallanes.
“Es una actividad en desarrollo y las perspectivas son muy buenas si uno se guía por el nivel de demanda de información. En dos o tres años se cree poder llegar a triplicar las ventas actuales”, sostiene Bourlon.
Fuente:La Tercera