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Expertos destacan siete destinos submarinos para practicar buceo

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En el litoral central, hay una zona de acantilados y cuevas ubicada en Quebrada Verde y un naufragio recién descubierto en Horcón.

Con más de seis mil kilómetros de costa, Chile cuenta con un valioso mundo bajo las aguas. Hanga Roa en Isla de Pascua y la isla Robinson Crusoe, en el archipiélago de Juan Fernández, son algunos de los muchos lugares reconocidos por dar vida a una flora y fauna únicas. Sin embargo, existen lugares poco conocidos por los amantes de este deporte submarino, donde la conservación del hábitat y el bajo flujo de gente, hacen del buceo una experiencia inigualable, afirman los expertos.

“Hay que sacar el prejuicio de que el buceo sólo se da en los lugares insulares y tibios, para ver especies única. También tenemos variedades autóctonas que no se ven en otras partes del mundo”, dice Jacqueline Plass, subsecretaria de Turismo.

El centro de investigación y desarrollo del patrimonio submarino Valposub, en la V Región, realizará mañana, por primera vez, una expedición de turismo submarino en la zona de Quebrada Verde: zarparán desde el muelle Barón y demorarán cerca de 45 minutos en llegar.

“Es una zona poco frecuentada, con acantilados, unas rocas gigantes que forman cuevas y avistamiento de peces luna y delfines”, sostiene Juan José Maldonado, gerente general de la Federación Chilena de Actividades Subacuáticas (Fedesub).

Según Mery Salazar, directora de Valposub, “los acantilados se prolongan hacia el fondo submarino y se encuentran loberas, peces de roca, delfines y aves acuáticas”.

Otro punto interesante, dicen los especialistas, se ubica en las aguas de Horcón, V Región. Hace tres meses descubrieron un buque naufragado en 1952: el remolcador Brito. “Con la ayuda de pescadores logramos dar con su paradero. La embarcación está rodeada de vida marina”, dice Marcela Radiant, del centro de Buceo Desafío Submarino.

En el Norte Chico, isla de Damas es el centro de atracción turística más potente de punta de Choros. Sin embargo, este verano el centro de buceo de la zona habilitó un sector cercano, donde apenas llegan seis personas por expedición: es la isla Chañaral, ubicada a 27 kilómetros de la reserva marina de isla Choros y Damas. “Los delfines, las orcas, los elefantes marinos y las ballenas se han ido de punta Choros, porque los invade tanta embarcación. Isla Chañaral está mejor conservada y el flujo de gente es bajo”, dice Andrés Vallejos, director de centro de buceo local.

En los islotes Pájaros, frente a caleta Hornos, en la IV Región, han identificado 55 especies marinas, ubicadas entre los 5 y 250 metros de profundidad. “Los bosques de macroalgas y bancos de corales que existen alrededor de los islotes son importantes como zona de crianza para peces juveniles”, dice Alex Muñoz, director ejecutivo de Oceana.

En Osorno, cercana a la localidad de Río Negro, se encuentra el sector de caleta Cóndor. “Por la buena visibilidad y su arena blanca, le llaman el Caribe del sur. Llega poca gente, porque es de difícil acceso. Las especies son tan tranquilas que se pueden tocar”, afirma Juan José Maldonado.

Según Guido Fuentealba, representante de la Asociación de Deporte Submarino de Valdivia (Adesuval), “se puede llegar en bote desde la costa de Osorno o ir a caballo desde Río Negro, pero te puedes demorar de dos a ocho horas”.

El mismo problema de acceso ocurre en el morro Gonzalo, donde se pueden visar ballenas, orcas y calamares. “A 17 kilómetros de Valdivia está Niebla, donde hay que tomar un transbordador que te deje en Corral. Luego, en un bote, se puede llegar al morro Gonzalo”, dice Fuentealba.

Más al sur, en Coyhaique, se puede bucear en fiordos, como Puerto Cisnes, donde se encuentran congrios y salmones que se arrancan de las salmoneras.

por Javiera Matus

Fuente: diario.latercera.com

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