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GRUPOS INDUSTRIALES SE JUEGAN SUS ÚLTIMAS FICHAS CONTRA LOS «IMPUESTOS VERDES»
Los grupos Luksic y Said llevan dos años trabajando en una iniciativa para reciclar, menos costosa que los impuestos, dicen. El gremio del plástico, con la asesoría de Econsult, trabaja un documento sobre el impacto por quintil de ingresos del proyecto oficialista. Los exportadores recurrieron a un ex director de Presupuestos por estudio que alerta hasta de los riesgos que se correrán por los TLC vigentes.
Ad portas de que se retome la discusión de la reforma tributaria, varios gremios y empresas trabajan a toda marcha para modificar la bomba que cayó sobre las industrias del plástico, embotelladoras y empresas de consumo masivo: el artículo 6 del proyecto que incluyó los llamados «impuestos verdes» que gravarán neumáticos, pilas, vidrios y varios tipos de envases y embalajes.
Los distintos frentes han estado en contacto, socializando una batería de nuevos datos y documentos para convencer a legisladores, autoridades y opinión pública, y evitar que se apliquen estos impuestos.
El viernes representantes de varios gremios -proveedores, recicladores, el sector de envases y embalajes, Fedefruta y la Asociación de Exportadores, entre otros- tuvieron un cónclave de coordinación en la sede del gremio que agrupa a las empresas del plástico (Asipla). Ésta -junto con el Centro de Envases y Embalajes (Cenem)- encargó un informe a Econsult, y que está a cargo del economista Gonzalo Sanhueza. El análisis apunta a mostrar el impacto en los quintiles de ingreso y lo regresivo que resultará el impuesto. Asipla también trabaja una contrapropuesta al proyecto oficialista.
A mediados de semana, el gremio exportador frutícola hizo circular de forma reservada otro documento a diversas reparticiones, gremios de empresas y autoridades de Gobierno, incluida la Direcon.
Se trata de un análisis elaborado por el economista agrario y ex director de Presupuestos, Juan Carlos Méndez González, en el que alerta hasta de posibles implicancias a nivel de Tratados de Libre Comercio (TLC) y con la Organización Mundial de Comercio (OMC). «Los ‘impuestos verdes’ originarán problemas no menores en los TLC firmados por nuestro país (…) Es absolutamente cuestionable que productos provenientes de dichos países amparados por el TLC puedan ser gravados sin vulnerar el respectivo tratado», dice una parte de este documento, que también apunta a un efecto en el IPC (ver recuadro).
Números y costos
En cuanto se conocieron los «impuestos verdes», la reacción inmediata de las firmas afectadas fue poner el acento en el alza de precios que vendría para los consumidores, dado que este mayor costo -dijeron- se traspasaría a ellos. El Gobierno, en cambio, estimó que el alza no sería mayor al 1% o 2% y subrayó que se crearía un fondo para reciclaje.
Pero también hay incentivos económicos tras la oposición de las empresas. En 2010, CCU, Ecusa, Viña San Pedro, Foods CCU, y Compañía Pisquera de Chile -o sea el grupo Luksic en pleno desde su brazo industrial- dieron vida a la organización Eco Envases, junto con Embotelladora Andina, vinculada al grupo Said. Preveían que vendría una ley para regular el tratamiento de los residuos sólidos, como los envases -por ejemplo a través del reciclaje-, pues la cartera de Medio Ambiente trabajaba en un anteproyecto en esta materia. Las cifras que maneja Eco Envases muestran que los impuestos propuestos son mayores que lo que en promedio gastarían las empresas en reciclar. Un botón de muestra: si el promedio de gasto en Europa basado en la gestión de las empresas es de $108 por kilo de envase pet reciclado, en Chile se gastarían $171 en pago de impuesto en igual volumen.
Otro dato: hoy se importan del orden de 15 mil toneladas anuales de envases pet (botellas usadas) para utilizar la capacidad instalada de reciclaje que ya hay en Chile para estos insumos. Porque el plástico virgen vale el doble que el reciclado.
Por esto, en la industria dicen «por menos plata, yo me hago cargo del problema», resume Rodrigo Leiva, gerente general de Eco Envases, organización que iba a sumar más empresas partícipes, hasta que se anunciaron los impuestos.
¿Punto medio?
El proyecto de reforma tributaria está con suma urgencia y debiera verse este martes en la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados para su votación en general, el primer paso de un debate que en el oficialismo esperan zanjar a más tardar durante septiembre, antes que se avecine la discusión del Presupuesto para el próximo año.
Mientras el Gobierno trabaja en incorporarle indicaciones, la aspiración de la industria es que se eche pie atrás en estos impuestos y se retome aquel anteproyecto que tenía el ministerio de Medio Ambiente. En simple, este cuerpo legal establecería la obligación de empresas de financiar la gestión de sus residuos, de acuerdo con metas y plazos que se definirían por tipo de producto (vidrio, plástico, etc).
«Queremos discutir una Ley General de Residuos separada, no bajo la presión de una reforma tributaria», dice Mariela Formas, gerenta de Asipla.
Pero en privado, actores involucrados reconocen que será difícil conseguirlo. Si este artículo permanece en la ley, la expectativa realista es que se incluya un mecanismo de exención o descuento de impuestos para los que hagan reciclaje. Un parlamentario involucrado en esta discusión reconoce este espacio. «No creo que se retire totalmente (el artículo 6). El cambio debiera ir en la línea de que no se castigue el reciclaje», dice.
Tema aparte es que la industria también quiere que se clarifiquen aspectos no abordados o que consideran erróneos: que no se incluyan marcas en la ley, como sí está hoy redactada la iniciativa, al haber incluido la denominación «tetra» dentro de los insumos gravados.
«La palabra tetra es una marca registrada de Tetra Pak. No es un genérico. Una ley no puede tener un impuesto a una marca», enfatiza Lucía Martínez, gerenta de Sustentabilidad de esta compañía de origen sueco presente en Chile.
También que se especifique a quién se gravará el impuesto, si al que lo fabrica (o importa), o a la firma que usa el envase para un artículo de consumo masivo. «No está claro si es sobre el que fabrica el envase o sobre quien coloca el producto en el mercado», estima Rodrigo Leiva.
Qué ocurre en el mundo
El proyecto establece un impuesto a productores o importadores de productos como neumáticos, aceites y lubricantes, baterías, pilas, y envases: tetra, vidrio, metal, bolsas de plástico y films, pet. La iniciativa dejó afuera el cartón y el papel, los más biodegradables.
La experiencia mundial muestra que hay una treintena de países -muchos de Europa-, que han optado por las metas de reciclaje, lo que se conoce como la «Responsabilidad Expendida del Productor (REP)». Dinamarca y Hungría usan impuestos. Holanda -que también tenía el mecanismo impositivo- lo eliminará, dado los altos costos de fiscalización.
En Estados Unidos hay soluciones por estados. En varios de ellos se ha hecho costoso retirar un contenedor de basura («pagar por tirar»), incentivando que las personas opten por botar lo menos posible en estos recipientes, y que se den el trabajo de separar y depositar todo lo que se pueda reciclar en otros recipientes que sí son gratuitos. La dificultad de esto es el costo inicial, porque hay que invertir en bienes de capital.
Los riesgos: alza del IPC y reclamos de socios comerciales
El estudio de Juan Carlos Méndez, ex director de Presupuestos, encargado por la Asociación de Exportadores, apunta a varias falencias:
Impacto en la canasta básica e IPC, dado que se incluyen todos los bienes insertos en el cálculo de este índice. «No existe prácticamente ningún bien de consumo que no requiera envases, ya sea un simple envoltorio o bins, o sacos, envases de vidrio, de metal o composiciones mixtas. A estos bienes se les aumentará su costo relativo y por tanto su precio», dice el texto. Y agrega que esto se notará en particular en los productos más perecibles, dada su mayor rotación.
Pondrá en entredicho el sistema de devolución de impuestos indirectos a las exportaciones , «lo que estará en cuestión en organismos como la OMC y/o la OCDE».
Al ser el gravamen un monto fijo por unidad de volumen o peso, se encarecerán más los productos importados de procedencia más cercana, como Brasil y Argentina: «Estaremos subiendo el precio relativo de estos productos para nuestros proveedores más cercanos, el caso de Brasil en neumáticos, envases de metal en Argentina y los integrantes del Nafta».
Desincentiva el reciclaje: «Si el reciclado se efectuase 20 veces, se habría gravado 20 veces el insumo, pues se gravó 20 veces la ‘primera venta’ del producto». «Si se desea seguir con la iniciativa, más que un fondo para reciclaje debiese establecerse que el material entregado en lugares de reciclado se descuente de la base imponible del producto final que se pretende gravar».
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