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«Hay que salir del juego de los Buenos y Malos»
La posición energética de WWF Chile:
Es una de las organizaciones pro conservación más importantes del mundo y en nuestro país trabaja junto a empresas forestales y acuícolas buscando fórmulas para que sus operaciones tengan el menor impacto posible en el medioambiente. Ahora miran el debate energético: “Creemos que no se puede establecer ni una represa más mientras no tengamos un análisis de cuáles son las cuencas más importantes del país”, dice su director, Ricardo Bosshard.
No usar el ascensor y moverse en bicicleta en Santiago es un tema de convicción para Ricardo Bosshard (42). “Es por principio, pero también comodidad”, confiesa el director de la WWF Chile, organización no gubernamental enfocada en la conservación del medioambiente en el mundo y que en el país trabaja temas de sustentabilidad con el sector salmonero y forestal, entre otros. Además organizan “La hora del planeta”, iniciativa que llama a apagar la luz durante una hora al año como señal de compromiso con el medioambiente. Trabajan con comunidades locales en el sur e integran el Consejo de Defensa de la Patagonia, que promueve Patagonia Sin Represas.
Lejos de lo que podría pensarse, WWF tiene un visión particular sobre el desarrollo. No se oponen a los proyectos, sino que se concentran en que las compensaciones sean, a su juicio, más adecuadas. Creen, además, que debe reservarse una parte del territorio para la conservación.
Proveniente del mundo privado, desde 2008 que Bosshard dirige esta ONG. Uno de los aspectos que le ayudaron a calificar para el cargo fue su paso por PricewaterhouseCoopers (PwC), donde conformó un área de asesorías en materia de sustentabilidad para empresas.
¿Cuáles son sus objetivos en WWF?
Llegué a ampliar el rango de trabajo en Chile. Trabajábamos en áreas terrestres con grandes resultados, como crear el primer Territorio Indígena de Conservación en Quinquén, en La Araucanía. Luego ingresamos al tema marino. Chile es un gran productor de cuatro commodities: pulpa de papel, salmón, pesca blanca y pelágica. Para protegerlos tenemos certificaciones que hemos desarrollado a nivel mundial y que trabajamos acá.
Su fuerte es el sector forestal…
Una de nuestras áreas es ésa. Según nuestros estudios, las plantaciones forestales son una de las mayores amenazas en la ecorregión valdiviana, junto con la acuicultura y las pesquerías. Por eso desarrollamos capacidades en las tres industrias. El sector más avanzado es el forestal, ya que Arauco y CMPC anunciaron que intentarían certificarse bajo la norma FSC. Al hacer esa declaración, aparecieron desafíos que solucionar y, dado que hay un compromiso, nos preocupa que se puedan ir mejorando las prácticas y reduciendo los impactos de estas empresas. Y ahí nuestro aporte se da a través de la generación de información científica, aplicación de metodologías para solucionar problemas y el diálogo con todos los interesados y la comunidad.
¿Trabajan de la mano con ellas?
No trabajamos de la mano, sino que participamos activamente de procesos que las empresas declaran voluntariamente. Conversamos y creamos confianzas, de ahí que no todo lo que converso con ellas es público, en el sentido de que inmediatamente vayamos a ir a la prensa cuando una empresa titubea respecto de si seguir o no un determinado camino, pero sí todos los acuerdos a los que llegamos son totalmente públicos.
¿Cómo ven la institucionalidad ambiental?
El Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) tiene una mirada local de la operación de un proyecto o la construcción de una planta específica. Eso no es malo, pero tiene un problema, porque no evalúa el dónde se inserta. Nosotros miramos las cosas ecorregionalmente, a nivel de cuencas, de paisajes, donde distinguimos lugares que bajo ningún punto de vista debemos alterar o intervenir. Un 20% o 30% del territorio debe ser conservado.
¿Por qué?
Hay servicios ambientales gratuitos que no nos damos cuenta que existen. Si sube 2°C la temperatura en Santiago, va a subir la línea de la nieve. Eso va a significar que el servicio de que la nieve se mantenga y se deshiele de a poco, lo perdemos. Esto se podría valorizar rápidamente respecto a cuánto le cuesta a una minera subir un litro de agua hasta ese lugar. Estos efectos del cambio climático son importantes y por eso hay que tener bolsas de biodiversidad.
ENERGÍA: UN GRAN ESTUDIO
¿Qué mirada tienen sobre el escenario energético?
Creemos que no se debiera establecer ni una represa más en Chile mientras no tengamos un análisis de cuáles son las cuencas más importantes del país y qué partes de ellas son fundamentales para mantener los servicios ambientales gratuitos. Estamos promoviendo un gran estudio con una mirada de cuencas. Con esa información podemos sentarnos a discutir un acuerdo nacional sobre qué cuencas -o partes de ellas- vamos a proteger, y discutir si los proyectos son buenos o no. Esto toma tiempo. En el caso del salmón fueron ocho años al alero del Diálogo Internacional del Salmón, entre SalmonChile, Terram y otras organizaciones, para determinar cómo debería ser una salmonicultura de mínimo impacto ambiental.
¿Qué hay que mirar en las cuencas?
El agua es un tema complejo, que requiere una mirada distinta, donde el aspecto social es muy relevante. Todos los actores deben participar en la protección de la cuenca, hay que cruzar acceso al agua de comunidades que no tienen este recurso, con represas, plantaciones forestales, etc. Esta discusión la venimos pidiendo hace dos años, sin éxito. Lo mismo en energía. Sentimos que hay muchas mesas de discusión, pero todas aisladas: la del Estado, los privados y las ONG. No se ha llegado a una visión compartida de la matriz que debemos tener.
¿Ustedes tienen una visión?
Tenemos un estudio a nivel mundial donde vemos posible avanzar hacia un 100% de energías renovables al 2050.
¿Esto incluye la hidráulica?
Sí, incluso aumenta su participación, pero menos que las otras energías renovables. Lo más importante es avanzar en eficiencia. Esta visión la estampamos en un libro y es un camino. Pero en una mesa de discusión no tenemos por qué ganar todas las discusiones. En WWF nos interesa ponernos de acuerdo.
ESTADO VS. PRIVADOS
¿Esta discusión la debe liderar el Estado?
Colbún me invitó a comentar su reporte de sustentabilidad y ante la interrogante sobre el rol del Estado dije: ¿El Estado lo está haciendo? ¡No! ¿Pero quién pierde…? Los empresarios deben agregarle valor a su negocio, pero no pueden desarrollar proyectos. Debemos ser nosotros. El sector forestal lo está haciendo a través de las certificaciones en las que el Estado no participa directamente y estamos creando un diálogo, en que la sociedad civil se acerca a las forestales para llegar a acuerdos.
¿No le quita legitimidad que no esté presente el Estado?
Si encontramos soluciones aceptadas por todos los actores, nuestra experiencia es que el Estado después las aplica. Hay que tomar las riendas porque esto puede tomar tres o cuatro años, incluso más. Tampoco es juntarse por juntarse, primero hay que generar información científica y salir del juego de “los buenos y los malos”. Una priorización de cuencas nos permitiría tener estas discusiones. No se puede analizar ningún proyecto energético mientras no tengamos esto, porque es imposible conversar sobre si un proyecto es bueno o malo cuando no sabemos dónde se inserta en una ecorregión o cuenca.
¿Lo han planteado al gobierno?
Se lo hemos dicho a quienes quieran escuchar. No es que esto sea caro, sino que falta voluntad. Al sector empresarial le da susto la mirada territorial, porque entienden que se pueden tocar cuencas donde tienen derechos. Pero si no lo hacemos, no van a poder avanzar. Eso te lo garantizo.
¿Esto ayudaría a mejorar el clima social de oposición a todo?
Ayudaría. En el sector forestal, el seguir los pasos para certificarse ha obligado a las empresas a dialogar con las comunidades. La primera vez que presentaron sus planes estaban asustados, pensaban que iba a ser un terremoto. Pero no pasó nada. La gente decía cosas lógicas, como que no querían que los camiones pasaran a las 5 de la mañana a 120 km/h frente de sus casas… ¡Quién no querría algo así! Hay un libro que se llama El péndulo ambiental, que tiene la teoría de que la forma en que las sociedades enfrentan el tema del medioambiente es un péndulo y que así como ayer era “sí” a todo, hoy estamos con un “no” a todo. Me asusta que en el futuro nos vayamos de nuevo a un “sí” a todo, sobre todo en energía. Por eso estamos dispuestos a buscar soluciones, para que este péndulo se quede en el medio: desarrollo pero con cuidado ambiental y social.
¿Qué hay que hacer para evitar eso?
Mientras no tengamos el famoso mapa territorial que prometió Bienes Nacionales, no se podrá hacer mucho.
¿En qué pie queda HidroAysén? ¿Es discutible o está muerto?
Eso depende de quienes están llevando el proyecto, pero a mí aún no logran responderme si la cuenca donde se instalan es igual en ecosistema a una que está más arriba o más abajo. No sabemos cómo funcionan las cuencas en Chile y mientras no tengamos una visión ecorregional es imposible mirar el proyecto. Llama la atención que se aprobara sin estar vinculado a las torres de alta tensión. La línea va a pasar por muchas áreas protegidas que nos importan.
Y fuera de HidroAysén, ¿valora la hidroelectricidad?
En Chile, como WWF, no tenemos un programa en energía, por lo que no cuento con respaldo científico para profundizar sobre qué porcentaje de ERNC y cuánto de hidroelectricidad. La solución tiene que estar asociada a ponernos de acuerdo en qué matriz queremos al 2050 y de ahí ver cómo llegamos a eso. En paralelo, debemos conversar la priorización de cuencas y definir islas para el desarrollo ambiental.
Pero la matriz también tiene fuentes térmicas…
Cualquier proyecto de carbón es preocupante, y sabemos que las energías renovables tienen su proceso de implementación, puede necesitarse una transición.
¿Es posible llegar a 100% de renovables en 2050?
Según lo que ha estudiado WWF, es posible, pero es un tema conflictivo, donde cuesta llegar a un acuerdo.
Pero hay un tema de costos y factor de planta asociado a estas energías…
No lo sé, no me consta porque para eso también debe haber estudios locales.
¿Chile puede consumir más carbón?
No creo. Hoy no tenemos compromisos internacionales de reducir emisiones, pero mañana los vamos a tener, y la línea base será la de 2007.
¿Por qué Chile tiene que hacer esfuerzos mientras Estados Unidos o China no asumen compromisos?
Por el mismo motivo que me muevo en bicicleta: si cada uno no pone de lo suyo, esto no va a funcionar. La huella de carbono viene, en especial para los productos que exportamos, como cobre, salmón, carnes o vinos. Ellos tendrán que competir con otros productos a nivel mundial con su huella de carbono.
CLIMA SOCIAL
¿Cómo se soluciona este clima social de oposición a todo?
Sentándose a conversar entre todos, pero con base científica y metodologías de trabajo. La gente está empoderada y quiere opinar, pero como hay tantas visiones divergentes es difícil tener una opinión definida, lo que se termina expresando por el canal de “no” a todo.
¿Qué ha pasado con los liderazgos?
Veo hartos liderazgos, pero no están conversando. Nosotros creemos que la disponibilidad de energía -y que sea económica- es un derecho humano. Es un tema de equidad, que también puede traducirse en pobreza.
¿Qué visión hay de las ONG?
En las industrias que nosotros trabajamos, forestal y acuícola, hablo con los gerentes generales y me reúno con los directorios. Expreso mi opinión y me escuchan, pero ellos toman sus decisiones solos. Para las empresas es más fácil hablar con una ONG que hablar con todas las comunidades…
¿Esto garantiza poder sacar adelante iniciativas?
No garantiza nada. Pero si a WWF le parece que una solución es lógica, créeme que están bastante más cerca de encontrar una salida aceptable para distintas comunidades porque nosotros sí hablamos con comunidades locales, indígenas y otras ONG.
LA FÓRMULA QUE SEGÚN WWF PERMITIRÍA CONTAR CON 100% DE ENERGÍAS RENOVABLES AL 2050
“Para el año 2050, podríamos obtener toda la energía necesaria de fuentes renovables”, es la premisa que tiene WWF a nivel mundial. La ONG encargó un estudio para demostrar que es posible y que para cumplir con esto habría que avanzar decididamente en las próximas cuatro décadas en introducir nuevas formas de generación que reemplacen la generación por combustibles fósiles y nucleares. “Con el uso de renovables podemos reducir la cantidad de energía que utilizamos a través de medidas sencillas, como el aislamiento en edificios, el reciclado de materiales y la instalación de estufas eficientes de biomasa”, especifica.
La proyección dice que en 2050 se demandará un 15% menos de energía que hoy día. La eficiencia energética es una de las claves, y el estudio calcula que se producirán ahorros por cerca de 4 mil millones de euros al año por este concepto, lo que incluye el menor gasto en combustibles, que implicaría un escenario de business as usual. La energía eólica, solar, biomasa y la hidroelectricidad serían las principales fuentes de generación. Respecto a la hidroelectricidad, el documento la valora, pero establece que “deberán ajustarse a estrictos criterios de sostenibilidad ambiental”.
Según la visión de WWF, las grandes represas pueden tener graves impactos ambientales y sociales al cambiar los flujos de agua en los ríos y sus efectos en peces y humedales, y, por el lado social, el desplazamiento de millones de personas, las que hasta el momento estarían entre los 40 y 80 millones en todo el mundo.
Fuente: Que Pasa Energïa .cl