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La Ciencia y el debare en torno al Calentamiento Global
Resulta imprescindible que en esta materia tan importante se discuta sobre la base de argumentos fundados en evidencia adecuadamente procesada.
Aun que el tema parece estar cerrado para muchos científicos y activistas medioambientales, la controversia sobre las razones que motivan el calentamiento global permanece aún viva. Por lo mismo, resulta necesario que los expertos aborden el debate con herramientas técnicas ajenas a todo ideologismo y funden sus argumentos en la evidencia adecuadamente procesada. Sólo así concebida, la ciencia es capaz de otorgar respuestas válidas y de orientar la adopción de políticas públicas para enfrentar un problema como el que provoca el aumento de las temperaturas a nivel planetario.
La noción mayoritariamente aceptada explica este fenómeno como consecuencia de la acción humana, a través de actividades que emiten CO2. Sin embargo, voces disidentes presentan otros candidatos como responsables del mismo: alteraciones en el eje de la Tierra o cambios en el nivel de actividad solar. Más de 30.000 científicos norteamericanos, por ejemplo, han suscrito una petición al gobierno de Estados Unidos para que se oponga a los intentos por establecer límites a la emisión de gases con “efecto invernadero”, por considerar que no hay evidencia científica convincente de que la emisión de responsabilidad humana de dióxido de carbono, o gas metano, esté causando o vaya a causar calentamiento catastrófico de la atmósfera terrestre o alteraciones en el clima.
Estos sectores manifiestan su disconformidad con lo que denuncian como una aproximación errada al problema del calentamiento global, la cual se basaría en un tratamiento del tema basado en premisas emocionales o ideológicas y en un ambiente en que muchos científicos no pueden cuestionar una cierta “verdad oficial” sin arriesgar crudas descalificaciones. En este sentido se ha manifestado en Chile una Premio Nacional de Ciencias Exactas.
Es de suma importancia que la discusión sobre un asunto de crucial relevancia como éste cumpla con los estándares que impone el método científico. Importantes decisiones que afectan estilos de vida, ingentes recursos económicos, formas de tratamiento del medioambiente y la adopción de diversas opciones energéticas se derivarán de la manera en que decante el debate. Chile también vive los efectos de la discusión; se manifiestan, por ejemplo, en torno a las dificultades que sufren las inversiones en generación eléctrica. Debido a la acción de grupos ambientalistas, existen obstáculos para el desarrollo de proyectos, particularmente los que operan sobre la base de tecnologías que emiten dióxido de carbono. La consecuencia es una inversión energética menor, que encarece la electricidad, hasta que precios muy elevados hacen económicamente atractivo invertir en tecnologías alternativas. Según el consejo minero, los precios de energía que están pagando las compañías del rubro para abastecer sus operaciones se han duplicado en los últimos seis años. Este proceso en desarrollo amenaza con hacer más lento el crecimiento, disminuir los recursos que dispone el sector público y dificultar la solución de problemas sociales.
Parece necesario que los dirigentes políticos, adecuadamente informados del aporte que la ciencia puede hacer al análisis de problemas ambientales, utilicen con independencia esa información para proteger el interés del país frente a la acción de grupos muy bien organizados que han logrado dar a sus visiones una respetabilidad técnica que algunos prestigiosos miembros de la comunidad científica cuestionan.
por Editorial
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