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Marcelo Awad: Las energías «verdes» pueden implicar un importante ahorro para las mineras

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Sin embargo, el ex presidente de Antofagasta Minerals, hoy dedicado al negocio de la energía solar, reconoce que las renovables no son suficientes para suplir las necesidades de todo el sector minero.

Marcelo Awad, el ex presidente ejecutivo del holding Antofagasta Minerals (AMSA), y quien hoy preside en Chile la operación local de Millennium Energy Industries (MEI), una compañía multinacional que opera servicios de energía solar aplicada a múltiples procesos industriales, comentó con Emol el papel que pueden llegar a jugar las energías renovables en el sector minero chileno, y cuál es el peso que mantendrán las fuentes tradicionales de energía en este sector.

Sobre su actual trabajo con MEI, el ingeniero cuenta que Millennium Energy «es una empresa que ha sido muy exitosa», en particular en Medio Oriente, zona en trabajan en más de 30 proyectos, de los cuales 18 están operando. «Están archiprobados en ambientes muy similares al Desierto de Atacama».

Del negocio de MEI en Chile, Awad dice que aún no hay ningún proyecto funcionando puesto que recién están en conversaciones (algunas avanzadas, otras intermedias), aunque adelanta que los interesados no se limitan sólo a la industria minera, sino que también ha habido interés desde complejos hospitalarios y hoteleros.

Consultado por el uso de las energías renovables en minería, Awad destaca que éstas pueden llegar a ser una importante fuente de ahorro para las empresas: no sólo en términos de energía calórica (que es con la que trabaja Millennium Energy Industries), sino que también ve oportunidades en la energía eólica —que se genera en molinos de viento—, la fotovoltaica —con paneles solares que generan electricidad—, y también la geotérmica —que, según el experto, es una de las más eficientes—.

Sin embargo, el experto explica que esta última opción es una de las más caras en capital de riesgo, puesto que se necesitan altas sumas de inversión, que van desde los US$ 2 millones a los US$ 3 millones, sólo antes de hacer un primer sondaje. Luego de esto, al llegar a 700 metros de profundidad, recién se puede determinar si la energía calórica tiene la presión y temperatura suficientes para seguir profundizando. «La inversión puede llegar a ser de US$ 7 millones sin saber si es que se va a poder utilizar. Por este motivo, no hay muchas empresas que estén haciendo sondaje para la energía geotérmica, y si lo están haciendo, son probablemente empresas muy grandes, como Antofagasta Minerals, Suez de Francia y Enel de Italia», comenta.

Ahorro de costos y de emisiones

Awad, quien también es ex miembro del directorio de la Bolsa de Metales de Londres, es optimista respecto del futuro de la empresa que actualmente preside en Chile. Asegura que, en un caso ideal, la energía solar técnica —con la que trabaja la firma jordana MEI—, que opera a través de paneles solares que sirven para calentar procesos industriales y también para aguas sanitarias y calefacción en campamentos, puede llegar a reducir en un alto porcentaje los costos energéticos de una empresa.

«La energía calórica permite reemplazar casi el 60% del petróleo que se consume en ciertos procesos de bajo consumo, como calentar una solución rica de cobre, que se extrae de las pilas de mineral oxidado». Sin embargo, reconoce que otros procesos, como los molinos, necesitan una potencia eléctrica mucho más alta —de más de 20 MW y hasta 30 MW—, sólo para el momento en que se aprieta el botón de encendido de la máquina. «Esa potencia no la da ninguna energía renovable», asegura.

Según el ingeniero, la energía solar en Chile, «debería rendir ligeramente más porque se dice que en el Desierto de Atacama están las mejores radiaciones solares del mundo, y las segundas en el Medio Oriente. Entonces, si allá está rindiendo un 60%, acá podría llegar incluso hasta un 70%», destaca.

Lugares remotos

El ejecutivo, quien además trabajó 19 años en Codelco, explica que la gran oportunidad de las energías alternativas, en el caso de la minería, radica en que muchas de estas faenas están ubicadas en lugares remotos, en donde las torres de energía están lejos, lo que implica la instalación de nuevas líneas de tendido eléctrico que pueden significar 50 o 100 kilómetros. «Con esto (las energías alternativas), te puedes ahorrar parte de esa línea», asegura.

Entre las externalidades positivas que pueden generar, se encuentra un ahorro importante en el transporte de petróleo o gas. «Te ahorras el 60% de ese transporte todos los días, lo que puede generar accidentes porque es una carga peligrosa para llegar a esos lugares», dice Awad, puntualizando que «puede que sean difíciles de cuantificar los cambios desde el punto de vista económico, pero son bastantes».

Energías convencionales y carretera eléctrica

Con la amplia experiencia que tiene en el rubro, Marcelo Awad es un convencido de que para satisfacer la demanda energética de las empresas mineras, primero se debe construir un buen sistema de transmisión de la energía. Y pese a que trabaja en alternativas de energía limpia para las empresas, asegura que las energías convencionales, se hacen necesarias en el norte del país para que pueda continuar la producción minera.

«La opción viable para permitir el desarrollo de la minería es primero la carretera eléctrica. Hay que unir el sistema interconectado central con el sistema interconectado del Norte Grande y, adicionalmente, crear nuevas generadoras, ojalá hidroeléctricas, porque es la opción más barata, definitivamente no es contaminante y es la que tiene el menor impacto ecológico», dice.

El problema de la generación de energía eléctrica es grande, comenta. «En la Tercera Región es donde está la mayor crisis para proyectos que habían considerado iniciar su construcción, o avanzar en sus estudios de factibilidad, para así entrar en operaciones el año 2015 o 2016. Pero como no está la energía disponible a esa fecha, y no va a estar, han debido postergarse», afirma. Agrega que a ellos hay que sumarle el desconocimiento que existe de los precios que habría que pagar por dicha energía.

«En Chile estamos pagando por la energía casi dos tercios más de lo que se paga en Perú, Australia, o Estados Unidos, que son grandes productores de cobre (…) Entonces, obviamente el precio de la energía atenta contra nuevos proyectos que se quieren desarrollar de aquí al año 2020», concluye.

Fuente:emol.com

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