Innovación & Emprendimiento
Arara, el emprendimiento chileno que está instalando WiFi gratis en Chile
La empresa fundada en 2012 creó un modelo donde, a través de publicidad, los usuarios pueden conectarse gratis a internet y los recintos reciben nuevos ingresos.
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La idea de las redes WiFI públicas es una que ha ido tomando fuerza. Desde lugares de reunión públicos hasta conciertos masivos como Lollapalooza, pasando por tiendas de retail, todos están ofreciendo la posibilidad de conectarse a internet. Y en la mayoría de los casos en Santiago, hay una empresa detrás de estos esfuerzos: Arara, un emprendimiento chileno establecido a fines de 2012.
Desde su creación, la compañía se ha posicionado como un actor clave en la creación de puntos WiFi en la capital, esperando terminar el año con 262 lugares «iluminados», a los que se suma Lollapalooza, considerada la red WiFi abierta más grande hecha en nuestro país.
La ventaja, además, es que el modelo de Arara permite que la red conecte a los usuarios pero también genere ganancias para los dueños del espacio. «La rentabilización de redes WiFi es nuestro producto más exitoso. Es importante porque permite entregar un WiFi de buena calidad sin que sea un costo. De hecho, es una oportunidad para ganar plata. Yo, empresa, gano plata haciendo esto», dice Emmanuel Massenez, CEO y cofundador de Arara.
Desde el punto de vista del usuario, el funcionamiento del sistema es sencillo: va a un lugar público, ve una red WiFi y se conecta. Una pantalla de bienvenida le pide registrarse o acceder usando sus credenciales de Facebook, y luego le ofrece tres comerciales. Elige uno, lo ve y tiene internet gratis por media hora. Después de ese periodo, puede ver otro comercial y acceder nuevamente.
Los servicios son, según sus creadores, «ilimitados», es decir, el usuario puede hacer lo que quiera con su conexión aunque tampoco se permiten abusos. «Se trata de que todos tengan acceso y que no haya personas abusando, por eso hacemos este ‘capping’. ¿Quieres bajar archivos? Ok, pero vas a tener el mismo límite que alguien que está escribiendo un correo o haciendo una llamada», explica Massenez.
Una segunda etapa del negocio sumará lo que en Arara describen como «business intelligence», o la obtención de datos demográficos de los usuarios que se conectan a las redes, para indicarle, por ejemplo, a una tienda de retail qué porcentaje de su público es hombre o mujer y a qué rangos de edad pertenecen.
Tecnología local
Detrás de escenas, el negocio de Arara es más complejo. El punto clave es la «Arara Box», un equipo diseñado en la misma empresa que le entrega a la compañía la posibilidad de controlar el acceso a la red, bajo sus parámetros para la publicidad y asegurando una estabilidad y buen funcionamiento de la conexión. «Nuestro dispositivo está posicionado en el mercado actual como un líder tecnológico, superando a otros fabricantes internacionales», comenta Cristóbal Aguirre, vicepresidente de desarrollo de negocios de Arara.
El modelo de desarrollo de los puntos se puede dar de varias maneras: Arara ofrece la tecnología a un lugar o empresa, u ocurre al revés, en la búsqueda de un servicio agregado. Otra opción que se desarrollando, con el posicionamiento del emprendimiento, es que los operadores de telecomunicaciones busquen apoyo en sus propuestas para instalar zonas iluminadas. Así, por ejemplo, Arara empezará a trabajar pronto con los puntos Claro instalados en algunas estaciones del metro.
Lo positivo para el funcionamiento de Arara es que controlan completamente la venta y posicionamiento de los avisos, tratando a la red WiFi como si fuera un espacio publicitario más. «Vamos desde la creación del espacio. Hacemos la gestión, la venta y la posventa. Esto nos permite elegir cómo tiene que ser el flujo publicitario y también qué avisos mostrar», indica Massenez.
Pensando en esto, uno de los siguientes pasos de Arara será probar nuevos tipos de publicidad en sus puntos WiFi, como la descarga de aplicaciones (como ya se hace en algunas redes de aeropuertos de EE.UU.) y el contestar breves cuestionarios.
El modelo funciona. La compañía cuenta con 13 empleados y según sus creadores, está en camino a cerrar el año con ventas de más de un millón de dólares. Con esto, ya piensan en una mayor presencia en regiones y la expansión a otros países de Latinoamérica, con Colombia y Argentina como posibles primeros mercados.
Fuente:Emol www.chiledesarrollosustentable.cl