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Aspiraciones Verdes
La meta del 20/25 no se cumplirá si no se incorporan cambios a la ley de ERNC, y si no se fomenta el desarrollo de centrales hidroeléctricas de pasada eficientes.
La ley para ampliar la participación de las energías renovables no convencionales (ERNC) en la matriz ya es una realidad. Se trata de una ley promulgada por el Presidente de la República con la promesa de contar con una generación más limpia, incentivando su desarrollo y estableciendo que éstas representen el 20% de la matriz para 2025.
¿Son suficientes estos cambios para lograr este objetivo? Por sí solos, será difícil alcanzar la meta.
De acuerdo a cifras del Centro de Energías Renovables (CER), la generación a base de fuentes renovables no convencionales alcanzó en agosto 6,06% de la inyección total del Sing y SIC. Para llegar a la meta planteada, sería necesario construir más de 8.000 MW en proyectos que generen lo que hoy se concibe como “energías renovables” (cerca del 50% de la capacidad instalada actual).
¿Qué respaldo tendrán estos proyectos? Por naturaleza, este tipo de energía es intermitente. El factor de planta de los parques eólicos y solares varía entre 20% y 40%, por lo tanto, mientras no operan, necesitan un respaldo de energía base.
Si bien esta nueva ley tiene una inspiración loable, equivoca el camino para las necesidades actuales de Chile. Y no sólo eso. Plantea una meta poco realista de alcanzar de forma eficiente y con precios más bajos, si Chile no recurre a todo el potencial renovable energético que tiene.
En este sentido, la hidroelectricidad generada por centrales hidroeléctricas de pasada es energía limpia que aprovecha el recurso más abundante en nuestro país de manera eficiente y medioambientalmente amigable: el agua. Proyectos de este tipo están registrados bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto y transan bonos de carbono en mercados internacionales; y, paradójicamente, en Chile no son reconocidos como renovables si superan los 20 MW. Hoy se las iguala a energía producida a base de combustibles fósiles, obligándolas a comprar ERNC, en circunstancias que es precisamente energía renovable lo que generan.
La meta del 20/25 no se cumplirá si no se incorporan cambios a la ley de ERNC, y si no se fomenta el desarrollo de centrales hidroeléctricas de pasada eficientes.
Además, existen otras trabas que afectan a todo el sector, como la capacidad de transmisión y la judicialización de proyectos de todo tipo. Un estudio de la CPC -a cargo de un grupo transversal de expertos- advirtió que con las centrales actualmente en servicio y proyectos en últimas etapas de construcción, sólo se podría abastecer la demanda eléctrica hasta 2016.
Si no tomamos medidas, este escenario nos llevará a un alza de precios que nadie desea y no cumpliremos con el objetivo de contar con una matriz más limpia. Está claro que necesitamos toda la energía que el país sea capaz de generar, especialmente aquella que es reconocida internacionalmente como renovable.
Nuestro país necesita medidas de largo plazo en materia de energía, que alienten el desarrollo sustentable y el respeto por las comunidades. No podremos seguir creciendo si esos factores no se conjugan de una manera positiva.
Forzar una “matriz verde y no convencional” puede resultar un contrasentido. Necesitamos una matriz más limpia, pero también más competitiva, eficiente y con energía más barata. El desafío sigue pendiente.
por José Antonio Valdés, gerente general de Pacific Hydro y presidente de la Asociación de Generadores de Chile (AGG)
Fuente:diariolatercera
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