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Automóviles del futuro: Autos japoneses a hidrógeno vs modelos eléctricos chinos
Tal como ocurrió con Sony y Panasonic en la década de 1980 con la guerra del video Beta o VHS, el ganador podría disfrutar de años de dominación si su alternativa es adoptada como estándar global por otros fabricantes.
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Las dos potencias automotrices de Asia, Japón y China, están luchando por la supremacía en la forma en que los autos eléctricos del futuro deberían generar su energía: con baterías o mediante pilas de combustible de hidrógeno.
En un enfrentamiento con reminiscencias de la batalla que Sony y Panasonic protagonizaron en la década de 1980 por imponer la tecnología de video Beta o VHS, el ganador podría disfrutar de años de dominación si su alternativa es adoptada como estándar global por otros fabricantes.
No obstante, esta vez habría lugar en el mercado automotriz tanto para los vehículos a batería eléctrica como para los potenciados por combustible de hidrógeno.
La pregunta clave es cuál de las dos tecnologías se impondrá entre los automóviles más populares, actualmente fabricados por empresas como Toyota, General Motors y Volkswagen.
«Estamos llegando a una encrucijada», señala James Chao, director gerente para la región Asia-Pacífico de la consultora de la industria IHS Automotive, con sede en Shanghái.
«Es difícil exagerar la importancia de la elección entre baterías e hidrógeno (…) Miles de millones de dólares serán invertidos en una u otra (opción), y podrían determinar qué compañías liderarán la industria hasta fin de este siglo», agrega Chao.
Visiones distintas
China, uno de los mayores importadores mundiales de petróleo y un país que sufre una fuerte contaminación ambiental, está impulsando los autos completamente eléctricos (EV), ofreciendo incentivos a compradores, forzando a fabricantes globales a compartir su tecnología y abriendo su mercado a empresas tecnológicas y otras, para que produzcan vehículos eléctricos.
Durante una década, Pekín ha luchado para que los EV se conviertan en autos masivos, esperando que las facilidades de ingreso al mercado le permitieran a su tecnología relativamente rezagada salvar la brecha competitiva con rivales globales que lo aventajan un siglo en la producción de motores tradicionales.
«(El presidente chino) Xi Jinping lo explicó muy bien, al señalar que desarrollar nuevos vehículos eléctricos es el único camino para que la industria automotriz de China crezca y pase de ser grande a ser fuerte», dijo recientemente a periodistas el presidente del Beijing Automotive Group (BAIC) e importante funcionario del Partido Comunista, Xu Heyi.
En tanto, Japón ve el futuro de manera distinta y está invirtiendo fuertemente en infraestructura y tecnología de pilas o células de combustible, como parte de una política nacional para fortalecer lo que llama «sociedad de hidrógeno», donde ese combustible sin emisiones tóxicas daría energía a casas y autos.
Toyota Motor es particularmente proclive a mantener la alternativa de propulsión a plomo que estableció hace una década y media en su modelo híbrido Prius.
«No es que no estemos haciendo nada en pos de los EV. Técnicamente hablando, la EV es una tecnología relativamente más sencilla», dijo Koei Saga, directivo de Toyota. «Pero debe evolucionar. Si uno busca la solución final, probablemente la EV no lo sea», agregó.
Iniciativas en todo el mercado
Pero China y Japón no están solos. GM tiene una iniciativa conjunta con Honda sobre automóviles a hidrógeno, mientras que BMW es socio de Toyota en el desarrollo de las pilas de combustible. Daimler en Europa y Hyundai Motor en Corea del Sur también están desarrollando su propia investigación sobre coches a hidrógeno.
Honda Motor presentó el miércoles en la Exposición Automotriz de Tokio un vehículo a pila de combustible de hidrógeno para el «mercado masivo» que saldrá a la venta en Japón en marzo, y al que le seguirán lanzamientos en Estados Unidos y Europa, potenciales mercados clave para la tecnología.
El nuevo modelo Clarity Fuel Cell de Honda, que costará 7,66 millones de yenes (63.970 dólares) antes de subsidios del Gobierno, sigue al lanzamiento este año del Mirai de Toyota potenciado a hidrógeno, lo que implicaría que el «futuro» es japonés. Los compradores del Mirai se benefician de subsidios de alrededor de 3 millones de yenes (24.915 dólares) por auto.
«Con esto esperamos hacer de la transmisión a hidrógeno una opción en toda nuestra línea de productos», dijo Kiyoshi Shimizu, ingeniero a cargo del Clarity, que aún sacrifica algo de espacio para dar lugar al tanque de combustible de hidrógeno.
Desafíos considerables
China, mientras tanto, está impulsando raudamente los vehículos eléctricos y ha abierto su industria automotriz a firmas tecnológicas con potente caudal de inversión.
La medida ha alimentado algunos emprendimientos de EV financiados por Pekín, respaldados por Baidu, Alibaba , Xiaomi y Tencent, entre otros.
En tanto, la estrategia de crecimiento del sector del primer ministro japonés, Shinzo Abe, incluye subsidios y exenciones impositivas para los compradores de vehículos a hidrógeno, menos limitación a las estaciones de combustibles de hidrógeno y otras acciones a favor de la promoción de la energía de hidrógeno.
Sin embargo, ninguna tecnología llega sin desafíos considerables, desde los vinculados a regulación y subsidios hasta los ligados a infraestructura.
Ambas alternativas necesitan una expansión significativa en la cantidad de estaciones de recarga -de electricidad o combustible- y, mientras que los EV aún requieren convencer a los conductores de larga distancia, el atractivo del hidrógeno para los consumidores se vería limitado por su costo.
Fuente:La Tercera www.chiledesarrollosustentable.cl