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Bonos por sustentabilidad
Los negocios han jugado un rol preponderante en cambiar a las sociedades. Nunca antes hubo tantas empresas que declararan sus valores, que tuvieran códigos de conducta y un compromiso de prácticas sustentables… La literatura ha demostrado que las firmas exitosas que logran sustentabilidad son las que tienen una visión de largo plazo. Por lo tanto, si queremos compañías que impacten y transformen a la sociedad, debemos corregir los incentivos y privilegiar los proyectos a largo plazo.
Los negocios han jugado un rol preponderante en lograr grandes cambios en las sociedades. Hoy más que nunca, por el debate en los medios y los cuestionamientos de la sociedad civil y gobiernos al mundo privado, las empresas deben ser el motor de transformación de los países para colaborar hacia un futuro próspero y sostenible.
Las compañías han internalizado este asunto de diferentes maneras. Nunca antes hubo tantas firmas que declararan sus valores, que tuvieran códigos de conducta y un compromiso hacia prácticas sustentables (económicas, sociales y ambientales). De acuerdo al Fortune Global 500, el 69% de las empresas tiene un código de conducta y el 56% ha declarado públicamente sus valores.
Sin embargo, también existe esceptismo. La dificultad de medir el impacto de estas acciones y el sesgo hacia el corto plazo, han puesto en jaque a distintos actores de las mismas empresas. Esto no es casualidad: la alta dirección empresarial tiene los objetivos puestos en la maximización de utilidades en cortos plazos, lo que se refleja en sus convenios de desempeño, bonos y exigencias de los accionistas.
Cuando no se cumplen los resultados, la presión aumenta y el comportamiento de los ejecutivos padece de miopía. La literatura ha demostrado que las organizaciones exitosas que logran sustentabilidad son las que tienen una visión de largo plazo. Por lo tanto, si queremos tener empresas que impacten y transformen a la sociedad, debemos corregir los incentivos y privilegiar los proyectos a largo plazo.
Por Fernando Larraín
Fuente:www.lasegunda.com