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CAMBIO CLIMÁTICO: CHINA PRESIONA A LOS RICOS
A las puertas de una nueva cumbre climática, el mayor emisor de gases de efecto invernadero, reiteró que la baja de emisiones debe ser diferenciada y partir por las naciones desarrolladas.
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Mil gigatoneladas de CO2 es el límite de emisiones que no debería sobrepasarse si se quiere evitar que la temperatura del planeta no suba más de 2°C hacia fines de este siglo. Según el último Informe sobre la Disparidad en las Emisiones, publicado la semana pasada por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), para 2070 las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) deberían estar controladas, por lo que el peak debería alcanzarse la próxima década. El acuerdo global que se consiga el próximo año en la cumbre climática de París (COP 21) es esencial para ello.
El próximo lunes comienza en Lima la COP 20, la penúltima reunión, en la que se preparará el camino para el acuerdo que reemplazará al fallido Protocolo de Kioto, y los más poderosos están mostrando sus cartas.
Hace dos semanas, en la cumbre de la Apec en China, los presidentes Barack Obama, de EE.UU, y Xi Jinping, del país anfitrión, anunciaron un acuerdo de reducción de emisiones que, aunque no vinculante, busca impulsar las negociaciones para un nuevo protocolo.
En un comunicado conjunto, EE.UU. anunció su intención de reducir emisiones entre 26% y 28% hacia 2025 (teniendo como base 2005) y China anunció que aspiran a alcanzar un peak de emisiones a más tardar en 2030.
Ambos países -los que más contribuyen en gases de efecto invernadero (42%)- hicieron énfasis en la palabra “intención”. Un avance, pero que finalmente está supeditado a las acciones que cada país tome, lo que quedó de manifiesto ayer, cuando los negociadores chinos sobre cambio climático, señalaron que les preocupa el rechazo que cualquier medida que pretenda EE.UU. encontrará en los republicanos, y que ya ha hecho fracasar acuerdos anteriores, como Kioto.
“Estamos preocupados de que nos podríamos enfrentar al mismo problema en el pacto 2015”, dijo Xie Zhenhua, vicepresidente de la Comisión de Reforma Nacional de Desarrollo y miembro del equipo negociador chino.
“La incapacidad de EE.UU. de ratificar un tratado ha sido una preocupación de larga data de muchos países, no sólo de China. Sin embargo, la ratificación de un tratado de acción y la aplicación son distintos. La promesa de EE.UU. requiere sólo de la autoridad ejecutiva presidencial, por lo tanto, no importa lo que piense el Congreso, se llevarán a cabo estas acciones, ya que no requieren de un voto”, dice Liz Gallagher, analista de la ONG Third Generation Environmentalism (E3G), de Londres.
Ad portas de la COP 20, China reiteró que los países desarrollados deben hacer más que sus contrapartes menos ricos para combatir el cambio climático. “Los países desarrollados deben seguir tomando la iniciativa en la reducción de emisiones por grandes márgenes y, al mismo, tiempo, proporcionar a los países en desarrollo apoyo financiamiero, tecnológico y la creación de capacidad”, indicó Su Wei, principal negociador climático de Beijing.
Con ello, ya anuncian que defenderán la misma posición que en negociaciones anteriores: las responsabilidades deben ser diferenciadas. Para China, los países desarrollados tienen mayores capacidades, mientras para los en desarrollo, el crecimiento económico y el alivio de la pobreza siguen siendo “las prioridades más urgentes”.
Gabriel Araya, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), explica que las responsabilidades diferenciadas y acciones según sus respectivas capacidades es parte de los principios de la convención y deben asegurarse en el próximo acuerdo. “El tema es de qué manera se interpreta, porque al poner el acento en la responsabilidad, China, que es el mayor emisor, emite menos per cápita que EE.UU”, dice.
Que éste último no ratificara Kioto fue perjudicial para el anterior proceso, según Araya, porque otros países (como Australia, Japón y Canadá) se excluyeron de la prórroga que termina en 2020. Que esta vez ratifique un compromiso vinculante “tiene un valor simbólico y arrastraría a los demás”.
Fernando Farías, jefe de la Oficina de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, dice que la postura de China es la misma que Chile ha defendido siempre, pues hay responsabilidades históricas de un grupo de naciones, y los países en desarrollo, “tienen que hacer una contribución que no necesariamente tienen que ser del mismo nivel”.
Explica que el acuerdo entre EE.UU. y China recoge esos elementos, pues el primero se compromete a reducir emisiones hacia 2025, mientras China dejará de crecer en 2030. “Siempre se habló de suspicacias sobre quién se movía primero, pero esto es inédito y generrá un momentum en la reunión como nunca antes hubo”, asegura.
Según Farías, la COP 20 para Chile, más que dar anuncios o compromisos, será para entregar información, pues se presentará el primer informe bienal con el inventario de emisiones, opciones de mitigación y dineros que han llegado a Chile para reducir el fenómeno.
Fuente:LaTercera