Cambio climático: Glaciólogo alerta sobre los efectos del calentamiento global en la Antártica

Francisco Fernandoy, académico e investigador UNAB, lidera distintas investigaciones para medir el impacto del cambio climático en el Continente Blanco.

Francisco Fernandoy, glaciólogo e investigador de la Universidad Andrés Bello, es una de las voces más expertas para hablar de los efectos del calentamiento global en la Antártica, cuyos alcances todavía falta conocerlos en profundidad.

En primer lugar, el académico de la Unab dice que la Antártica es una de las zonas que presenta los primeros signos de calentamiento. «Al ser un continente que está en grados bajo cero, un pequeño cambio en la temperatura empezará a mostrar lo que está ocurriendo con el resto del clima del planeta», dice.

El experto indica que en los últimos 50 años se ha visto un calentamiento acelerado que se puede observar en los «grandes desprendimientos de plataformas de hielo que ha generado que los iceberg gigantes fluyan hacía el océano. Ese es uno de los signos más claros de que algo está pasando».

En esa línea, explica que los efectos son más notorios en la Península Antártica, la zona más cercana al territorio chileno.»Ese lugar es mucho más sensible porque su temperatura está muy cercana al punto de congelamiento, y si hay una variación pequeña de temperatura se va a notar mucho».

Precisamente, con una colega del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza) inició un proyecto para analizar las plataformas de hielo ubicadas en la costa oeste de la Península Antártica, donde, recalca, «están los síntomas más claros de este proceso de calentamiento».

¿Qué papel juegan las plataformas de hielo? Fernandoy dice que funcionan como «tapón» de los glaciares que están en dirección a la montaña para que así no fluyan hacía el mar.»Si sacamos esta plataforma, los glaciares pueden empezar a fluir y eso va a contribuir aún más a la variación del nivel del mar», explica.

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Pero ocurre que las plataformas se están derritiendo tanto en la superficie como en la profundidad. Por eso, el académico las estudia, «para saber qué pasa con el agua de la fusión sobre la plataforma y saber hacia dónde va la nieve que se derrite con las temperaturas más altas».

Investigaciones y el aporte de la UNAB

En la parte norte de la Península Antártica, Fernando Fernandoy también lleva a cabo una investigación que busca, a partir de la extracción de unas muestras de hielo y un análisis de su composición química, reconstruir la temperatura del Continente Blanco a lo largo del tiempo.

El trabajo con el hielo es la principal herramienta de trabajo de este glaciólogo.»Tomamos muestras de hielo a partir de una perforación de hasta 20 metros de profundidad. Luego la dificultad mayor está en traerlo congelado hasta las instalaciones, donde hay que planificar cada etapa y tener una cadena de frío preparada para que llegué al continente». De hecho, la Unab inauguró una cámara de procesamiento con la temperatura adecuada para medir las propiedades del hielo que luego se llevan al Laboratorio de Análisis Isotópico (LAI-Unab), uno de los centros más relevantes del país que ha dado origen a distintas publicaciones científicas.

En ese laboratorio, Fernandoy cumple un rol importante en la promoción de investigaciones en el área de la glaciología.»Tenemos la suerte de poder contar con los medios para levantar un laboratorio de isótopos estables, que es una técnica que en Chile no es muy común, pero es una herramienta interesante para analizar cualquier tema hidrológico», dice.

Próximos desafíos

El académico de la Universidad Andrés Bello adelantó cuáles serán sus próximos desafíos como investigador.

Primero, dice que desarrollará temas vinculados a la contaminación de la nieve por efecto de las ciudades. «Estamos estudiando cuáles son las señales urbanas que vamos encontrar en la nieve y hemos estado realizando perfiles en conjunto con investigadores de la Universidad de Santiago», adelanta.

También planea estudiar los efectos del cambio climático en Campos de Hielo Sur, la tercera masa de hielo más grande del mundo situada en la frontera entre Chile y Argentina. «Es una zona muy inexplorada y esperamos conseguir financiamiento para poder seguir trabajando ahí, ya que tiene muy difícil acceso y mal tiempo».

Fuente/Emol
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