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«Chile era más frágil de lo que muchos pensaban frente a tentaciones populistas»

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El economista José Luis Daza explica que tanto la campaña presidencial como el primer año de gobierno han estado marcados por un gran error de diagnóstico del impacto que tendría en el crecimiento la reversión del buen ciclo de los commodities y la puesta en marcha de las reformas tributaria, educacional, laboral y constitucional.

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Desde 1992 que vive en Nueva York, pero habla de “nuestro país” cada vez que la respuesta lo amerita. No se pierde la discusión política y económica que marca el debate nacional. Sabe de sus protagonistas como también del contenido de sus propuestas y sus consecuencias: “Hay muy poco rescatable de la reforma tributaria, educacional y, definitivamente, de la reforma laboral”, sentencia José Luis Daza, socio fundador de QFR Capital Management, a la hora de evaluar lo que ha sido este año y medio de gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.

Conocido y escuchado entre sus pares, tampoco deja de seguir la situación internacional, donde China comienza a instalarse de forma más permanente en sus escenarios de mayor riesgo.

De estos temas no sólo habla con La Tercera, sino que también lo hará el próximo jueves como panelista del Seminario XIII de Moneda Asset Management Latam: “¿Se recuperarán las confianzas?”.

¿Qué le pareció el cambio de gabinete con la salida del ex ministro Arenas?

La entrada de Rodrigo Valdés es la noticia económica más importante para Chile este año. Desde mi perspectiva, su llegada a liderar el equipo económico es más importante que la desaceleración china que se viene de todas maneras, y más que el ciclo económico global. Chile se embarcó en un conjunto de reformas que tendrán impacto por muchos años. Valdés genera expectativas de que las falencias técnicas más destructivas serán contenidas. Tiene talento, conocimientos y personalidad para generar confianzas que su antecesor nunca pudo conseguir. Habrá que ver qué puede hacer.

¿Cómo fue visto afuera que por primera vez Chile sacara a su ministro de Hacienda y, posteriormente, estuviera mencionado en una declaración judicial como fue la del ex director del SII Michel Jorratt?

Cambiar ministros de Hacienda es algo que ocurre frecuentemente en el mundo. Más que enfocarse en el pasado, la atención inmediatamente se vuelca a las nuevas autoridades.

¿Cómo ha visto a Rodrigo Valdés en este período?

Cómodo, seguro, pero con la preocupación natural que genera el cargo, sobre todo por la difícil situación que heredó. Está demostrando liderazgo; tiene personalidad y temperamento para el puesto.

¿En qué se asemeja y diferencia de sus antecesores?

Se asemeja en la excelencia académica que muchos de sus antecesores han tenido. Pero llega al cargo con una experiencia más completa, más variada: Ministerio de Hacienda, Banco Central, Fondo Monetario Internacional, Barclays, BTG y BancoEstado. Tiene experiencia en el sector financiero internacional público y privado que sus antecesores no tenían cuando asumieron. Ha visto de cerca lo autodestructivas que son las ambiciones no basadas en la realidad tanto en países desarrollados, en la periferia europea, como en América Latina.

Desde la llegada del ministro Valdés a Hacienda, éste se ha preocupado de hablar de desaceleración económica, ¿qué tan grave es?

Hubo un serio error de diagnóstico respecto del impacto que tendría sobre el crecimiento la reversión del ciclo de commodities y el programa de reformas del gobierno. De mantenerse en el tiempo habría tenido importantes consecuencias para la trayectoria financiera del sector público. Mi impresión es que no tenían ninguna noción del impacto negativo en el crecimiento de las reformas que propusieron o las cosas que decían. Los seres humanos somos buenos para engañarnos a nosotros mismos; Valdés está haciendo el importante, y me imagino ingrato, trabajo de aclarar la realidad en que está operando el país.

¿Cree que tendrá éxito en restaurar el crecimiento?

Ojalá pueda lograrlo, pero va a ser difícil. El frente externo y el interno son muy malos para el crecimiento.

Hay varios expertos que estiman que la desaceleración que vive el país lo llevará a tasas de expansión cercanas al 2%, ¿cuál es su estimación?

Economistas chilenos están en mucho mejor posición que yo para hacer esa estimación de corto plazo. Manejan mucho mejor la contingencia. Sí creo que las estimaciones de crecimiento a largo plazo no parecen haberse ajustado a la realidad. He visto todo tipo de estimaciones del crecimiento de mediano plazo: desde 4% al 3%. Me parece que 3% es un número prudente, con un dejo de optimismo. Pero los economistas somos malos para hacer predicciones de crecimiento y otras variables; como dice un viejo proverbio danés: “Es peligroso hacer predicciones, especialmente sobre el futuro”. Por ello, la cautela es importante.

El ministro de Hacienda comienza la elaboración de la Ley de Presupuesto 2016, ¿con qué parámetros debiera trabajar?

Esta es una área donde hay confianza en el ministro Valdés. No usará cifras de fantasía. Es una de las razones por las que los mercados y comentaristas reaccionaron bien a su nombramiento. No hay nadie que tenga buenos modelos de estimación del precio del cobre; en esto, lo menos sesgado es usar mercados a futuros que dicen que a dos años el cobre estará a US$ 2,50 la libra y en cinco años, en aproximadamente US$ 2,30. Las comisiones para estimar precios de commodities son igualmente malas o, mejor dicho, igualmente buenas en todo el mundo. Tienen poca capacidad predictiva.

Un mal panorama

En lo externo, ¿está preocupado porque la Reserva Federal subirá tasas de interés? ¿Por la desaceleración china?

El alza de tasas en Estados Unidos me preocupa menos que China y la economía mundial. La Fed subirá tasas, pero está muy telegrafiado y las alzas serán leves. La Fed no tiene espacio para subir tasas agresivamente en un mundo donde todos los bancos centrales están bajando tasas o aumentando sus políticas expansivas; además, la economía global sigue en una recuperación débil. Si la Fed sube la tasa rápidamente, el dólar se va a apreciar y reducirá el crecimiento e inflación en EE.UU. La Fed nos ha dicho que el valor del dólar es una importante variable a considerar al formular política monetaria.

¿Y China?

Por primera vez en décadas tengo la impresión de que algo anda mal en China, pero no tenemos suficiente información para poder decir exactamente qué. Tienen la moneda pegada al dólar, lo que ha llevado a una fuerte apreciación; tienen presiones deflacionarias; tienen exceso de capacidad en muchas industrias, como el acero; tienen exceso de ofertas de viviendas, las que están cayendo en precio; las ventas de autos cayeron en los últimos 12 meses, a pesar de importantes rebajas de precios; no pueden seguir aumentando el crédito a gobiernos locales para hacer proyectos de escasa o nula rentabilidad. Al mismo tiempo, las cifras parecen indicar que hay fuertes fugas de capitales. Las autoridades parecen no encontrar la herramienta para estimular; el intento de impulsar la Bolsa terminó mal. Creo que los riesgos en China a una desaceleración más rápida han aumentado significativamente en los últimos 18 meses. China va a seguir desacelerándose.

¿Cómo le pegará a Chile una desaceleración mayor de China?

El boom latinoamericano de la última década se debió a la irrupción de China como un gigante y creciente consumidor de commodities. Se tradujo en grandes ganancias en términos de intercambio. China esta transitando de crecer a tasas promedio de más del 10% a tasas más cercanas al 5% en los próximos años. La economía está altamente apalancada, tiene lejos los niveles de deuda más altos del mundo en relación al PIB per cápita. Pero su deuda es casi en su totalidad deuda doméstica. Por eso, una crisis sería diferente a la crisis de Lehman; les pegaría fundamentalmente a bancos chinos y reduciría más el crecimiento. Se parecería más a la crisis de Japón de los 90. Los commoditiesbajarían más, el peso chileno se depreciaría más y creceríamos menos por un tiempo.

Incertidumbre no retrocede

¿Y cuáles son las razones internas que dificultarán el crecimiento?

Percibo enorme incertidumbre sobre las reglas del juego que imperarán en Chile en la próxima década. La campaña presidencial y el primer año de gobierno mostraron que Chile era más frágil de lo que muchos pensaban frente a tentaciones populistas. La campaña presidencial estuvo cargada de muchos de los códigos y discursos más comunes al populismo latinoamericano. En vez de ejercer liderazgo para contenerlos, la entonces candidata Michelle Bachelet los inflamó. Una vez llegada al gobierno, la incertidumbre se exacerbó, porque las reformas rompieron con los estándares de calidad técnica a los cuales Chile nos tenía acostumbrados. A pesar de las cualidades del ministro Valdés, es difícil generar mucha confianza en un país donde unos pocos ministros parecen ser el fusible que separa la seriedad del populismo.

¿Sigue creyendo que “estamos frente al fin de una era”, donde se pretende fortalecer al Estado a costa del sector privado?

Sí. Fue el mensaje de la campaña presidencial y de los primeros meses del gobierno; está en el ADN de todas la reformas propuestas hasta ahora. Me sorprendería que en tan poco tiempo la Presidenta cambie de visión sobre la sociedad que quiere para nuestro país. Hay mucha incertidumbre en este sentido. Existe la percepción de que Chile resistió las tentaciones populistas por 30 años, pero al fin y al cabo somos latinos y, además, ahora tenemos complejo de europeos de la Ocde. Queremos imitar muchas de las políticas que terminaron siendo ruinosas para Europa.

Qué debiera hacer el gobierno con las reformas tributaria, educacional, laboral y constitucional? ¿Postergarlas? ¿Graduar su puesta en marcha? ¿Congelarlas?

No soy nadie para dar consejos sobre lo que deberían hacer; sí puedo decir lo que veo. Creo que en Chile hay un consenso transversal sobre la necesidad de mejorar la educación, atender la distribución del ingreso, mantener las altas tasas de crecimiento. El problema es que las reformas propuestas e implementadas hasta ahora no son compatibles con los objetivos declarados. Distan mucho de incorporar conocimiento de punta a nivel mundial. Creo que no mejorarán la educación, no mejorarán la distribución del ingreso, no ayudarán al crecimiento. Por lo menos, de lo que yo he visto hasta ahora hay muy poco rescatable de la reforma tributaria, educacional y, definitivamente, de la reforma laboral. Hasta que no se aclare el tema constitucional habrá enorme incertidumbre respecto de reglas del juego de la sociedad.

 

Fuente:La Tercera 
www.chiledesarrollosustentable.cl

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