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«Chile puede ser un modelo anticorrupción en el sector minero «
En una visita corta pero intensa, Peter Eigen -el hombre que más sabe de corrupción en el mundo- estuvo en Chile dictando cátedra de cómo este flagelo obstaculiza el desarrollo de los países y la manera en que puede dañar a nuestro país.
En Santiago se reunió con grupos, gremios empresariales y ONGs locales, y con la Presidenta electa, Michelle Bachelet, para conversar sobre la situación de Chile, que el año pasado perdió el liderazgo y pasó a ser el segundo país más transparente de América Latina después de Uruguay.
La caída de Chile se registró en el índice de la percepción de la corrupción realizado por la ONG alemana Transparencia Internacional, presente en más de 100 países, y cuyo fundador es precisamente Peter Eigen, quien actualmente es presidente del consejo asesor.
Horas antes de partir de regreso a Berlín, el abogado alemán -quien la semana pasada entregó en Santiago la segunda versión del premio Chile Transparente a la organización «Ciudadano Inteligente»- explica que el descenso de nuestro país «no es grave. Pero es una llamada de atención. Tenemos que hacer cosas en este país y es posible», recalca.
Las «preseas» que Eigen exhibe como el «zar de la anticorrupción» las obtuvo de su carrera en el Banco Mundial en Washington D.C., puesto al que accedió por un amigo alemán que vivía en Chile y que era representante de ese organismo en Santiago.
De esa anécdota, recuerda, han pasado 50 años, y pese a regresar a nuestro país en diversas ocasiones «siempre recuerdo esa visita tan exitosa. Por eso guardo a Chile en la memoria y en el corazón».
Pero, por otra parte, tras ese nuevo cargo, Eigen se expondría a una verdad amarga: la de la corrupción en el mundo. Desde su cargo en el organismo financiero se dio cuenta de que muchos préstamos y fondos del Banco Mundial terminaban en los bolsillos de políticos corruptos en vez de llegarles a quienes realmente los necesitaban.
-¿Cómo la corrupción obstaculiza el desarrollo de los países?
El Banco Mundial estima que un billón de dólares (un millón de millones) se desperdicia cada año en el mundo global por la corrupción. Es un gran número, pero el daño es mucho mayor, ya que si un ministro acepta, por ejemplo, 10 millones de dólares para aprobar un proyecto de mil millones de dólares, el daño supera lo que cobró el funcionario, y los mil millones de dólares. Esto se traduce en la destrucción del medio ambiente, de la vida, de los recursos para un desarrollo de baja prioridad. Y deja olvidadas otras prioridades, como la pobreza, la educación, los servicios médicos. En ese sentido, la corrupción pervierte la política económica y es, a mi modo de ver, la causa principal de la pobreza, miseria e injusticia del mundo entero y que nosotros vivimos en este momento.
-¿Cuál es su mirada sobre Chile y los riesgos que corre nuestro país en materia de corrupción?
Eso depende de los capítulos nacionales de los países. Estos son los responsables, en el sistema de Transparencia Internacional, de los análisis, problemas y riesgos más importantes. Pero de acuerdo con la experiencia internacional que tenemos, la corrupción es más severa en los gobiernos locales y municipales. Así como también en el sector militar -hay muchas razones de confidencialidad y una tecnología muy compleja, que la gente no comprende- y en el extractivo minero. Hay muchos países que sufren la maldición de los recursos. Es decir, países que son muy ricos en recursos son pobres en desarrollo.
-¿Y en el caso de Chile?
En Chile la sociedad, el gobierno, el sector privado y las ONGs han hecho mucho para controlar la corrupción. Por eso, el país está en una posición tan buena.
-¿De eso conversó con Michelle Bachelet?
En la cita que sostuvimos con Michelle Bachelet conversamos sobre las prioridades para el país.
Ella nos dio un breve resumen de sus prioridades para luchar contra la corrupción. Habló del trabajo con la alcaldesa de Santiago (Carolina Tohá) para crear un sistema de anticorrupción municipal. Ese es un tema que Transparencia Internacional Berlín puede apoyar, porque nosotros tenemos experiencia en ese sector. Además, la Presidenta electa señaló que el sector minero debe ser prioritario, más aún porque Chile tiene una buena política sectorial.
El sector minero en Chile puede ser modelo en el mundo entero. Y en ese sentido es más fácil para Chile tomar un liderazgo. Por ejemplo, presentar de una manera más impresionante las mejores políticas que se han aplicado en el sector. Los otros países admiran la política sectorial de Chile en cuanto a la transparencia del sector minero, según aprecié en una conferencia en diciembre.
-¿ Qué en particular puede exportar Chile del sector minero?
Su experiencia en el sector. Este puede ser modelo de exportación en materia de transparencia. En la sección nacional de Transparencia Internacional, Chile Transparente es una muy buena sección y puede ser modelo para otros países.
La clave del éxito
La principal recomendación de Eigen es que el gobierno chileno adhiera a la Iniciativa de Transparencia en la Industria Extractiva (EITI, por su nombre en inglés), entidad que también fundó y que busca aumentar la transparencia en el sector minero al dar a conocer los pagos de las empresas a los gobiernos y los ingresos que recibe el Estado por este concepto.
«Personalmente, le recomendé a la Presidenta electa que el gobierno participe, para formar parte del liderazgo», señala.
-¿Cómo fue tomada la recomendación?
Ella tiene que consultar con sus expertos, pero tengo la impresión de que está abierta a hacer todo eso. El sector privado de la minería y la sociedad civil están interesados en ese sentido.
Además, ella está muy abierta a la «Alianza para el Gobierno Abierto», una iniciativa creada en 2011 en la que el gobierno y la sociedad civil trabajan para que las administraciones sean más abiertas a los ciudadanos. Para ello, cada país se compromete con su propio programa de acción. Chile ha presentado dos hojas de ruta en esta materia.
por La Segunda
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