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Conaf se opone a declarar a la araucaria en peligro de extinción

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Entidad dice que no hay estudios que lo avalen, pese a que investigadores lo piden. El caso se verá este mes, en el proceso de clasificación de especies.

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El año pasado, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) realizó una siembra aérea de araucarias en la Reserva China Muerta, golpeada por un incendio forestal en 2015. Rubén Carrillo, director del Departamento de Ciencias Agronómicas y Recursos Naturales de la U. de la Frontera, señala que al parecer la acción se trataba de un golpe comunicacional, “en la cual lo único que faltaba es que hubiese sido Rambo o Chuck Norris quien estuviese en la pisadera del helicóptero esparciendo los piñones”.

Carrillo agrega que las semillas lanzadas en esta área protegida de seguro en su mayoría fueron consumidas por los hambrientos roedores que llegaron de zonas aledañas, quienes van en busca de su alto contenido en hidratos de carbono.

Relata que esta acción surgió al poco tiempo que junto a la U. Católica (sede Villarrica) y la Fundación Senderos de Chile hicieran pública la propuesta para revaluar el estado de conservación de la araucaria, lo que significa que pase de ser “vulnerable” a “en peligro de extinción”. Esta opción, que respaldaron 10 investigadores liderados por Carrillo, se evaluará en el contexto del proceso anual de clasificación que comenzará a fines de agosto, según confirmó Charif Tala, jefe del Departamento de Conservación de Especies del Ministerio de Medio Ambiente.

La evaluación será realizada por un comité en el que participa la Conaf, la que se opondrá a que este árbol sea declarado en peligro de extinción, porque estiman que no existen estudios que lo avalen. “No hay una base científica”, dice David Jouannet, director regional de Conaf en La Araucanía, zona donde están cerca del 70% de las araucarias del país.

El funcionario plantea que investigadores que llevan años estudiando la araucaria y no ven que exista un problema como para un cambio de estado de vulnerabilidad. “Aquí hay veces que alguna gente quiere promover sus investigaciones por la prensa”, agrega.

Además de la Conaf, el Comité de Clasificación de Especies, que revisará ésta y otras 55 solicitudes (ver nota secundaria), está conformado por otros cinco organismos estatales: Ministerio de Medio Ambiente, SAG, Sernapesca, Subpesca y el Museo Nacional de Historia Natural. También participan tres representantes de la Academia Chilena de Ciencias, tres representantes de universidades autónomas de Chile y representantes de tres asociaciones gremiales (agro, forestales y pesqueras).

Argumentos

Entre los argumentos presentados por Carrillo están la tala indiscriminada (en el pasado); el impacto de los grandes incendios forestales de 2002 y 2015; la exacerbación de la extracción de su semilla, y la simplificación de estos ecosistemas boscosos milenarios producto de la incorporación de la ganadería, lo que dificulta la regeneración natural. Además, se indica lo propuesto por investigadores de la U. Austral, en el sentido que ha habido una prolongación de los períodos de sequía en nuestro país que ha afectado el abastecimiento hídrico a muchas plantas de araucaria, lo que genera su debilitamiento.

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“La institución encargada de resguardar los ecosistemas forestales naturales de nuestro país jamás ha implementado un plan de restauración de estos bosques relictuales. Nunca se pensó siquiera en generar acciones para sacar a esta especie de su vulnerabilidad”, advierte Carrillo, quien señala que entre los argumentos no figura el daño foliar que se ha detectó en este árbol el año pasado y que, según informó Conaf, en junio, afectarían al 93% de las araucarias. Para Carrillo, este problema se ha sobredimensionado.

Jouannet señala que “hay una liviandad” en este tipo de afirmaciones, ya que uno de los mayores problemas que enfrenta hoy esta especie es justamente el daño foliar, el que están dedicados a investigar para determinar el agente que lo está provocando, que es la única forma de saber cómo combatir la enfermedad dentro de las áreas protegidas. “No sabemos si estamos hablando de un hongo que puede ser a nivel local, que por las condiciones climáticas se pueda haber proliferado, o sea un hongo de afuera”, explica.

En torno a la siembra aérea en China Muerta, donde el incendio duró poco más de un mes, plantea que esta acción tiene respaldo científico y se ha hecho en países como Argentina. En esta reserva asegura que ya se está viendo regeneración y precisa que hoy los incendios no son tan largos como antes. “Antiguamente, los incendios duraban años en la región y están los indicios, cuatro, ocho, 10 años, y la araucaria se sigue manteniendo hasta el día de hoy”, afirma Jouannet.

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Fuente:LaTercera
www.chiledesarrollosustentable.cl

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