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¿Cuánto durará la felicidad de la Copa América?

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Nada, o casi nada. Un estudio está indagando sobre este barómetro y los resultados muestran que tras un peak el sábado, el lunes los índices ya habían vuelto a parámetros convencionales

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El 7-1 con que Alemania machacó a Brasil en el último Mundial de Fútbol parecía suficiente aderezo para nutrir a todo el país con una dosis prolongada de optimismo. Pero el triunfo apenas rozó la emocionalidad germana. Durante el desafío futbolístico, y después de cada victoria germana, los niveles de felicidad de los  alemanes sólo lograban aumentar por apenas dos horas, según un estudio de la U. de Konstanz.

Wenceslao Unanue, psicólogo de la Escuela de Negocios (UAI), Diego Cortez, de la Escuela de Psicología de la UAI y Paulo Morán, coordinador del Área Deportes del Instituto del Bienestar, están realizando un ejercicio similar en Chile para determinar cuánto durará la alegría de la reciente obtención de la Copa América y los resultados preliminares son similares a los experimentados en Alemania: apenas materializado el triunfo nacional, los índices de felicidad en el país arrojaron topes máximos, pero ya a dos días de la gesta deportiva, los parámetros habían regresado a niveles similares a los de antes del histórico triunfo.

Suben los niveles

La medición, que consideró a 1.200 personas, e incluyó a hinchas argentinos, buscaba medir los niveles de felicidad antes y después del partido. Antes del encuentro (jueves, viernes y sábado en la mañana) el nivel de felicidad había subido 8% promedio (respecto al nivel previo al evento) entre poco antes del encuentro y tres horas después del partido, aún día sábado.

Ya el domingo, un día después del partido, la felicidad de los chilenos seguía más alta que antes del encuentro, pero sólo un 3%. Lo notable es que la de los argentinos había bajado 8%.

Al día lunes los niveles seguían más altos, pero se habían acercado más a la normalidad (aumentó sólo 2%). Este vaivén aritmético demuestra que el efecto es de bastante corto plazo, aunque muy intenso en su momento.

¿Por qué? Unanue dice se debe a un fuerte shock de emociones positivas, como alegría, orgullo, optimismo, gratitud, “que tienen efectos muy fuertes de corto plazo en la felicidad del momento”.

El fenómeno es interesante, porque el éxito deportivo, como ganar la Copa América, eleva la felicidad, pero en términos prácticos, tiene repercusiones irrelevantes en la vida de una persona.

“Tiene que ver más con un tema de identidad de grupo. ¿Quién no se siente más chileno en un partido? La victoria es del grupo que se siente como una victoria personal”, reflexiona Cortez.

Cortez reconoce que la Copa no tiene efectos prácticos, “pero el sentirse victorioso, trae consigo una forma en la que soy y me relaciono con otros. Soy feliz, quizá siento que las cosas me empiezan a salir mejor. Depende mucho de qué tan relevante sea este elemento (fútbol) dentro de la constitución de la propia identidad”.

Morán incluso agrega un componente biológico en este desenfreno emocional. “En momentos de éxtasis o máxima alegría el cuerpo secreta endorfinas y dopaminas (que elevan los niveles de satisfacción emocional), y lo normal es que bajen después de unas horas… si estos estados se mantuvieran por más días seguidos, clínicamente estaríamos frente a una situación anormal”, señala.

“El clima social que exista a nuestro alrededor también puede influir, ya que las emociones pueden ‘contagiarse’ incluso a personas menos interesadas en el fútbol”, dice la investigadora chilena de la Universitat Jaume I y de la U. de Valencia (España), Macarena Espinoza.

La experta formó parte de un estudio similar que su universidad hizo en el Mundial de Brasil, que indagó sobre los sentimientos de felicidad de los hinchas previos a la cita deportiva. Los investigadores entrevistaron a más de 1.000 personas de varios países , entre los que también se incluyó Chile. Precisamente los chilenos fueron, entre todos los hinchas, los que declaraban que serían más felices si la Selección finalmente saliera campeona del mundo. “Tras un resultado positivo, podemos hasta olvidarnos de la crisis económica y hasta gastar más”, resume Rosa Baños, quien dirigió la investigación.

Espinoza dice que esta felicidad es momentánea, “porque muchas cosas siguen sucediendo a nuestro alrededor y, por tanto, nuestras emociones pueden verse influidas por experiencias que también atraen nuestra atención (imprevistos en el trabajo, en casa). Es lo que no anticipamos cuando pensamos en cómo nos sentiríamos si nuestro equipo gana y tendemos a sobreestimar nuestra felicidad”.

Según Cortez, este estado de alegría se diluye con rapidez “porque depende y es específico del momento”.

Unanue aporta un último dato no menor, la duración de la felicidad respecto a la de los alemanes. “Al menos nosotros llegamos hasta el lunes”, dice. “Alemania ha ganado hartas copas más que Chile, por lo que los chilenos valoramos más este triunfo en términos relativos”.

 

Fuente:La Tercera 
www.chiledesarrollosustentable.cl

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