El olfato comercial de un emprendedor

Fue el “niño dorado” del empresariado de fines de los 80, cuando instaló la primera cadena de videoclubes de Chile, Errol’s. Tras su venta, irrumpió en las tiendas de conveniencia con Big John, siendo líder del mercado. Ahora, se apronta a sellar el traspaso a la gigante mexicana Femsa.

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Como el primer emprendedor chileno. Así se le conoce a Juan Pablo Correa Valenzuela (53). También se le recuerda como el “niño dorado” del empresariado local de fines de los 80, cuando siendo aún estudiante de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica instaló un local de arriendo de videos llamado Errol’s, que se transformó en la primera cadena de videoclubes de Chile. Con los años, logró venderla a la norteamericana Blockbuster, en unos US$ 40 millones, se estima en el mercado. Entonces, tenía apenas 27 años.

Hace unos meses, Correa nuevamente puso el cartel de ‘en venta’ a otro exitoso negocio que desarrolló y logró consolidar en el mercado local: la cadena de tiendas de conveniencia Big John.

El empresario recibió una atractiva oferta de parte de la mexicana Femsa por los 49 locales de Big John, que se calcula facturan unos US$ 70 millones al año. Correa aceptó la propuesta y ahora las partes están a la espera de finiquitar los últimos detalles de la operación, previo al anuncio oficial.

La firma azteca conoce el mercado chileno. En agosto de 2015 selló la compra de la cadena de farmacias Cruz Verde, en una operación valorada en unos US$ 1.000 millones. El conglomerado tomó 60% de Socofar, matriz de Cruz Verde, que maneja 643 locales en el país.

La compra de Big John le permitiría al grupo azteca tomar rápidamente muy buenas ubicaciones en el sector oriente de Santiago.

Correa -egresado del San Ignacio- partió en ese negocio al poco tiempo de vender Errol’s, marca que trajo de Estados Unidos. Ahí fue socio de Heriberto Urzúa, ex presidente de La Polar; ambos se conocen desde que eran estudiantes de Ingeniería en la Católica.

Quienes trabajaron con Correa en la época de Errol’s lo recuerdan como un emprendedor inquieto, acelerado, impaciente y “con una gran habilidad para detectar buenas oportunidades de negocios”. Prueba de ello, relatan quienes lo conocen, es que tan convencido estaba de que el arriendo de VHS sería un negocio lucrativo en Chile, que no le importaba trasnochar varios días a la semana copiando en su casa las películas que luego ofrecía en arriendo.

Su olfato comercial también lo convenció de incursionar en un nicho que hasta entonces estaba en desarrollo y ligado, principalmente, a las estaciones de servicio: las tiendas de conveniencia o mini-market. Fue así como montó un negocio -los Big John- que apuntaba a la venta de una gran variedad de productos, con tiendas localizadas en ubicaciones estratégicas, con un servicio rápido y dirigida a personas con altos ingresos.

Reacio a delegar -y en extremo bajo perfil-, hasta hoy suele ser el primero en llegar a su oficina y el último en retirarse. Acostumbra, también, a recorrer los locales de la marca, para palpar en terreno cómo está operando su negocio. Suele hacer el mismo ejercicio con las tiendas de su competencia.

Hasta 2011, Big John dominaba el mercado con un 60% de participación en facturación, según cifras del sector. Luego irrumpió Ok Market, del holding SMU, que actualmente lidera el mercado en ventas.

Miembro activo del Opus Dei, hasta hace poco Correa fue parte del comité ejecutivo de la Fundación de Educación Nocedal y actualmente forma parte del directorio de la Fundación Chile Unido, institución que acoge a mujeres con embarazos no deseados o imprevistos, en situación de vulnerabilidad. A la fundación llegó invitado por Heriberto Urzúa, quien es su presidente hace más de una década.

Big John, explican cercanos al empresario, es su principal negocio, aunque tiene otras inversiones, sobre todo en el rubro inmobiliario, donde posee un amplio portafolio de propiedades -habitacionales y comerciales- para arriendo. También estuvo ligado al mundo editorial a través de Cosar Editores y varias veces ha estado tentado, dicen cercanos, de importar alguna franquicia de comida.

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Fuente:La Tercera 
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