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El turismo comunitario busca convertirse en factor clave para atraer visitas a Chile
Se trata de emprendimientos desarrollados por comunidades locales organizadas para ofrecer servicios de alojamiento, al mismo tiempo que mostrar su patrimonio natural y cultural. Si bien no pueden competir en infraestructura, sí ofrecen identidad que es lo que muchos viajeros buscan. Este fin de semana el Lago Budi será sede del tercer encuentro internacional de estos operadores.
Dice Juan Marambio que si Chile es segunda opción para muchos turistas es porque nos consideran un destino sin identidad. Él, que es director ejecutivo de la fundación Travolution, cuenta que eso podría cambiar si se generaran las políticas públicas para ayudar a los emprendimientos de turismo comunitario que ya existen en todo Chile y que, esencialmente, se trata de lugareños que muestran a los turistas su paisaje, cultura y tradiciones.
Esta semana, desde mañana y hasta el sábado, se desarrollará el Tercer Encuentro de Turismo Comunitario en el Lago Budi, donde se reunirán personas de todo el continente a compartir sus experiencias en torno a este modelo de turismo que tiene un pie en la asociatividad y otro en la sustentabilidad, pues las comunidades se preocupan de preservar en el tiempo su patrimonio natural y cultural, para el provecho de las futuras generaciones.
De hecho, explica Marambio, una necesidad de las comunidades es generar oportunidades de trabajo en sus propios territorios y evitar que los jóvenes abandonen su tierra, cultura y tradiciones y se vayan a otros lados.
En Chile existen al menos 30 áreas de desarrollo de turismo comunitario, desde Parinacota hasta Puerto Williams. Ahí comunidades principalmente indígenas y rurales, pero también de pescadores y de arrieros, se organizan para prestar servicios turísticos. Y aunque no tienen infraestructura que pueda competir con el turismo tradicional, son muy buenos anfitriones. Pero, no muy buenos vendedores, de manera que el esfuerzo de Marambio es generar flujo de turistas hacia estos destinos poco conocidos, pero de alto interés para un grupo de turistas.
La convicción se basa también en que según datos de la Organización Mundial de Turismo, solo en Europa hay unos 6,4 millones de viajeros al año interesados en turismo comunitario. Número que ratifica la «Estrategia Nacional de Turismo 2012-2020», que consigna que un 48% de visitantes de larga distancia de nuestro país, está interesado en conocer la cultura local.
No obstante el interés internacional, más del 70% de los turistas que llega a estos destinos son chilenos. Pero, más allá de dónde vengan, la idea es generar un flujo permanente hacia estos destinos pues la idea es que estos proyectos logren mantenerse en el largo plazo y que no dependan de fondos que cuando se acaban, amenazan la continuidad.
«Nosotros estamos tratando de ayudar en esa parte. Ahora mismo estamos organizando viajes de más de 20 días, con turistas extranjeros, de distintas partes, que vienen precisamente a conocer a las distintas comunidades de Chile. Nosotros ayudamos a pulir un poco los servicios que se ofrecen y de coordinar actividades», sigue Marambio.
No es fácil conseguir la colaboración de las comunidades. «No cualquier agencia puede trabajar con las comunidades. Las relaciones comerciales con ellas están muy fundamentadas en la confianza y la cercanía. Tienes que invertir tiempo con las comunidades, generando lazos de confianza, cosa a que nosotros nos encanta, pero significa mucho tiempo». Y esto significa internarse en lugares remotos y distintos que, incluso, no hay intercambio comercial con monedas y billetes.
¿Cuál es la oferta de este tipo de turismo? Caravanas en llama por el altiplano, trekking ancestral con astronomía andina; subir a los bosques del Alto Bío Bío y conocer de primera mano cómo vive una comunidad mapuche. Comida tradicional, juegos y ritos locales. En destinos ubicados a lo largo del país (http://www.turismocomunitario.cl/turismo-comunitario/emprendedores/).
Si bien el impacto en el PIB de este tipo de comercio es mínimo, «el impacto en los ingresos de algunas familias es brutal. Hay muchas comunidades que ni siquiera ocupan la plata, usan trueque. Entonces el turismo es una buena fuente de ingresos. Este es un intercambio que le sirve a todos, porque cuando conoces a gente que vive distinto que a ti, se amplía tu visión de mundo y se pueden generar modelos de desarrollo que sean más sustentables. Estas son experiencias que van a cambiar tu vida. No te vas a mirar a ti mismo con los mismos ojos, es un viaje que te cambia», termina.
Dato interesante es que estos emprendimientos se han convertido en una herramienta eficaz para mejorar las relaciones entre las comunidades y algunas grandes empresas extractivas. En el norte hay mineras que financian programas de capacitación a algunas comunidades indígenas, con miras a que puedan ofrecer un mejor servicio, por ejemplo, con clases de inglés. Ahora, en la zona del Alto Bío Bío está en desarrollo otro proyecto con una generadora de electricidad.
Fuente:www.pulso.cl