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Empresas de electricidad en Estados Unidos reaccionan contra «aluvión» de energía solar

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En los dos últimos años, 200.000 hogares y empresas estadounidenses incorporaron energía solar –unos 3 gigawatts de energía-, suficiente como para reemplazar 4 o 5 centrales eléctricas a carbón de tamaño convencional.

Si usted se pregunta por qué las empresas de electricidad estadounidense están inquietas ante el explosivo crecimiento de los techos solares –y se resisten–, William Walker tiene una historia para contarle.

Parado en su vereda, Walker señala con el dedo un elemento ubicuo en su vecindario: paneles solares en los techos de cinco de cada seis casas cercanas. Vive en Ewa Beach, un desarrollo inmobiliario en la sofocante costa a sotavento de la isla hawaiana de Oahu, construido sobre tierras que antes eran campos de caña de azúcar.

Aquí la sombra es escasa y los residentes dicen que sus casas son «cubos calientes» que requieren aire acondicionado casi las 24 horas. Hawaii, que importa petróleo caro para alimentar su red eléctrica, tiene las tarifas de luz más altas del país –a 37 centavos el kilowatt/hora, son dos veces más altas que las de California y tres veces la media nacional.

Con facturas para casas de 150 metros cuadrados que llegan hasta US$400 mensuales, la energía solar es vista menos como un testimonio ecológico que como una idea económica dados los créditos estatales y federales que alcanzan hasta un 65% de los costos de instalación. Casi todos los días desde que Walker y su esposa Mi Chong se mudaron aquí en abril pasado, los instaladores de paneles vinieron a golpearles la puerta para venderles un sistema de techo.

Finalmente compraron uno: un panel de 18 voltios, con una instalación de US$ 35.000 que produce 5,9 kilowatts de electricidad financiada por US$ 305 mensuales. Estaría conectado a la red mediante un sistema conocido como medición neta que esencialmente permite a los residentes deducir de su factura de electricidad el valor de la luz producida por energía solar e incluso que les paguen por la electricidad excedente.

Se paga sola

Walker calcula que su factura habría disminuido la mayoría de los meses hasta un cargo por servicio de US$ 18 –compensando el préstamo del crédito de US$ 305. Suponiendo que sus facturas de luz continuarían subiendo, pensaba que el sistema podría pagarse solo en apenas cinco años; a partir de entonces, su electricidad sería gratuita.

Es decir, hasta que la empresa de electricidad de los Walker, subsidiaria de Hawaiian Electric Industries Inc., con sede en Honolulu, les informó que no podían conectar su sistema a la red. No son los únicos. Los instaladores solares estiman aquí que cientos, cuando no miles, de los habitantes del estado están quedando en un limbo solar debido a una virtual moratoria sobre nuevas conexiones en muchas partes del área de servicio de la empresa.

La razón, según Hawaiian Electric Co.: son tantos los hawaianos que se precipitan a la energía solar que los circuitos pueden saturarse excesivamente, provocando picos de voltaje, con los consecuentes daños para los electrodomésticos, los aparatos electrónicos y hasta para los equipos de la empresa de electricidad. La empresa necesita más tiempo para estudiar el tema.

Los Walker, dicen que no recibieron ningún aviso previo sobre el cierre, sin embargo, están pagando actualmente la factura de electricidad y su préstamo mensual para el techo. HECO, como se conoce a la empresa de electricidad, les dijo recientemente que a la larga se les permitirá unirse a la red sin tener que pagar por actualizaciones costosas de equipos. Todavía no saben cuándo.

«Lucro»

«Todos están embarcados en tener energía solar y HECO ahora levantó un muro», dijo Walker. «La única motivación que vemos es el lucro».

Impulsados por una caída en los precios de los paneles, fuertes subsidios públicos y una tecnología que ya no resulta experimental para el público masivo estadounidense, los techos solares fotovoltaicos están estallando en todas partes. Solamente en los dos últimos años, 200.000 hogares y empresas estadounidenses incorporaron energía solar –unos 3 gigawatts de energía– lo suficiente como para reemplazar cuatro o cinco centrales eléctricas de carbón de tamaño convencional.

Estados Unidos batió un récord por trimestre con 31.000 instalaciones residenciales de paneles solares en los tres meses previos al 30 de septiembre. En octubre, la energía solar representó 72% de toda la energía agregada en los Estados Unidos.

Menos conexiones

Viendo una amenaza a las ventas de energía por valor de unos US$ 360.000 millones anuales y un desafío a la hegemonía de la red convencional, las empresas de electricidad sienten el calor y reaccionan. Pese a las críticas de la industria solar de Hawaii, HECO niega que la moratoria sea otra cosa que un esfuerzo honesto por resolver los problemas técnicos que implica integrar el aluvión solar a su red.

La contracción se produce en un estado donde 9% de los clientes residenciales de la empresa de electricidad en Oahu ya están generando la mayor parte de su electricidad del sol y donde las conexiones se duplicaron anualmente desde 2008.

En California, donde la energía solar ya abastece el equivalente de 626.000 casas, las empresas de electricidad continúan presionando para imponer tarifas de red que sumarían US$ 120 anuales a las facturas de los usuarios de techos solares y, según los defensores de la energía solar, frenarían la adopción de esta energía.

Choques similares estallaron en no menos de una docena de los 43 estados que adoptaron políticas de medición neta como parte de su ofensiva para promover la energía renovable. En Colorado, Xcel Energy Inc. propuso reducir a la mitad lo que paga por el excedente de energía generada por los clientes porque los pagos más elevados derivan en un subsidio injusto para los usuarios de energía solar, dice.

Lo que alucina a muchos de los dirigentes de las 3.200 empresas de electricidad estadounidenses es lo rápido que la energía solar dejó de ser una fuente marginal para convertirse en una tecnología que se promociona actualmente en puntos de venta como IKEA Group y Home Depot Inc.

Sector eléctrico

Naturalmente, la adoptaron grupos ambientalistas como Sierra Club. Pero la energía solar también está atrayendo a propietarios de casas de clase media como los Walker, a legisladores republicanos como Cynthia Thielen y a corporaciones como Wal-Mart Stores Inc., que para el año 2020 espera que 1.000 de sus aproximadamente 4.500 tiendas se alimenten por energía solar.

Por otra parte, el potencial de la energía solar crece en la medida que el avance de los precios de los combustibles fósiles hace que sea competitiva –aun sin subsidios– con la electricidad convencional.

«Esta dinámica no es totalmente apreciada en el sector eléctrico», según un informe de Citigroup Inc. del 8 de agosto, escrito por un grupo de analistas entre los cuales figuran Shahriar Pourreza y Ryan Levine. «La energía solar no sólo absorbe una parte de la demanda nueva de electricidad, sino que roba demanda en forma parasitaria a la generación instalada anteriormente, y lo hace en la parte del ‘pico’ más preciado de la curva de la demanda».

El tema de la saturación solar es complicado y controversial y ambos bandos en Hawaii tienen argumentos válidos, dijo Michael Coddington, ingeniero sénior en el Laboratorio Nacional de Energía Renovable de Golden, Colorado. Las políticas de HECO referidas a conexiones solares son «iguales a las de muchos otros estados» y podrían considerarse «progresistas» en relación a las políticas de numerosas empresas de electricidad, dijo.

Clientes como los Walker se sienten más que un poquito frustrados. Piensan que la empresa alarga la cuestión en un esfuerzo por frenar una amenaza a su modelo empresarial. Y aunque finalmente se conecten, se preguntan si valía la pena toda esta confusión.

Fuente: emol.com
www.chiledesarrollosustentable.cl

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