Éticos, sustentables ¿y qué?

Esta semana apareció un ranking en el que nuestro país sale muy bien posicionado y del que poco y nada se habló. Chile quedó entre los “Top 10 ethical destinations”, algo así como los 10 destinos más éticos y sustentables del planeta, realizado por la EthicalTraveler.org.

Extraño ¿no?

En un país donde estamos acostumbrados a lanzar la basura desde la ventanilla del auto, donde grandes empresas contaminan ríos y escuelas sin arrugarse o donde aún las energías limpias como los autos eléctricos o la eólica no cuentan con reales impulsos por parte del Estado, cuesta creer que Chile aparezca en este lugar a nivel mundial para 2014.

Para elegir esta lista, se analizaron diversas variables de países en desarrollo, como promoción de los derechos humanos, preservación del medioambiente, políticas de desarrollo sustentable en turismo, entre otras, y fueron visitados países en todo el mundo.

De los 10 seleccionados, sólo hay tres nuevos en la lista: Chile, Dominica y Las Bahamas, el resto: Cabo Verde, Letonia, Lituania, Islas Mauricio, Palau y Uruguay, ya habían aparecido 2013.

Cuesta creer que una nación líder en este tema, como Costa Rica esté ausente en un ranking así. El mismo informe así lo justifica: el país centroamericano fue excluido por sus violaciones a sus derechos indígenas, y el nuestro, junto a Dominica, “necesitan incrementar sus esfuerzos por respetar los derechos de sus comunidades indígenas y ciudadanas. Chile fue casi excluido de la lista debido a la utilización de una ley antiterrorista contra mapuches manifestantes y la represión violenta de las manifestaciones”, señala el informe.

Muchos dirán que se están metiendo en política interna, pero la ética y la sustentabilidad están muy de la mano.

Por ejemplo, un hotel sustentable, es un establecimiento que no solamente se jacta de ser verde, de no contaminar o de tener paneles solares, sino también de privilegiar a los proveedores locales. Son hoteles que tienen sistemas eficientes de agua y energía, que promueven la cultura local integrándola en sus hoteles de alguna manera, que contratan un cierto porcentaje de trabajadores locales y les pagan sueldos dignos.

Cuando estalló el problema en Rapa Nui hace unos años y parte de la comunidad se tomó terrenos que reclaman como suyos, tras meses de conflicto, la empresa hotelera logró un acuerdo precisamente integrando a parte de esos manifestantes como trabajadores y haciéndolos parte del proyecto. ¿Es impensable creer que comunidades mapuches de zonas tan calientes como Ercilla, Collipulli, Lumaco o Nueva Imperial, por nombrar cualquiera que se viene a la mente y no por estigmatizar, puedan desarrollar el turismo comunitario como lo realizan otras? Ejemplos hay por decenas. En Curanipe, lago Budi, Atacama, en ¡la Pampa del Tamarugal!

Poco a poco en Chile se toma en cuenta. Fedetur, la Federación que agrupa a las asociaciones gremiales de turismo nacionales, premia anualmente a las empresas que se destacan ya sea por sus prácticas o proyectos sustentables. Este año recayó en el hotel Enjoy de Castro, un establecimiento que, pese a su tamaño, en su concepción alteró mínimamente el privilegiado entorno en el que se construyó. Otros hoteles de lujo, especialmente en San Pedro de Atacama, lideraron hace tres o cuatro años la llamada “opción verde”, procurando atraer pasajeros conscientes, pero también convencidos de que prácticas de sustentabilidad son las únicas viables en sitios donde los recursos naturales son vulnerables. O Huilo Huilo, que ha ganado un premio mundial como destino ecológico y de preservación, destacando su compromiso con la comunidad local.

Pero no sólo son hoteles de lujo. Hace pocos días se inauguró Tambo Camp, un camping ecológico en la playa a pasos de Punta Choros. Se trata de un proyecto de 10 sitios, cada uno con baño, ducha caliente y luz provista de paneles solares, donde no se permite el desplazamiento de vehículos motorizados.

Si a esto sumamos iniciativas público-privadas, como el Programa Turismo Sustentable en el que trabajan varios organismos y que busca promover la sustentabilidad en el ámbito medioambiental, es decir, el uso óptimo de los recursos naturales, la conservación de la biodiversidad, entre otros; en el económico, como impulsor de empleos y prosperidad a los propias comunidades locales y, por último, en el ámbito sociocultural, como una forma de proteger el patrimonio cultural, fortalecer la identidad local, acentuar las raíces, etc., hay una larga tarea por hacer, pero que parece estar dando algunos frutos.

Una de las tareas más concretas -y aún poco difundidas- es la acreditación S que Sernatur está instaurando a algunos hoteles que cumplen con requisitos de sustentabilidad global. Son apenas siete por el momento y, por lo mismo, vale la pena nombrarlos: de Santiago: Hostel Lucía Suites y Plaza San Francisco; de Valparaíso: Lodge Posada del Parque y Hotel Acontraluz; de Chiloé: Parque Quilquico y Chepu Adventures Lodge y de San Javier: Hotel Euro Charles Club.

Una iniciativa que viene en sintonía con lo que está haciendo TripAdvisor, con su nuevo sistema de distinción para hoteles sustentables en Estados Unidos (www.tripadvisor.com/GreenLeaders) y que, ojalá, pronto llegue a Chile.

* Gonzalo Argandoña-Subeditor Viajes, Twitter: @GargandonaMc

Fuente: diario la tercera