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Expectativas, inversión, energía y prudencia fiscal: los retos económicos del nuevo gobierno

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La desaceleración de la economía será el telón de fondo en el que la nueva administración desplegará su programa, pero economistas advierten sobre otros obstáculos que sortear para mantener el crecimiento y el empleo. El nombramiento del ministro de Hacienda es la señal clave que esperan los mercados.

No será un escenario de crisis, pero tampoco uno boyante. La próxima administración enfrentará un panorama económico marcado por una desaceleración que ya se siente, pero además tendrá que enfrentar otros obstáculos que harán más complejo mantener el crecimiento, que el Banco Central proyectó entre 3,75- 4,75% para 2014.

Aunque el mejor desempeño de las economías desarrolladas ayudará a nuestras exportaciones, el crecimiento de China mantendrá precios relativamente buenos del cobre y el desempleo no debiera superar la barrera del 7%, según economistas consultados sí hay algunos problemas «de arrastre». Entre estos, los altos precios de la energía y el menor espacio fiscal.

A estos se sumarán otros nuevos como la necesidad de impulsar la inversión y contener las expectativas.

Así, estiman que la conformación del gabinete resulta esencial para proyectar la capacidad de abordar estos desafíos.

El d ecano de Economía de la U. de Chile, Manuel Agosín, afirma que 2014 no será fácil en lo económico,fundamentalmente por una situación internacional complicada. «Para mantener los equilibrios macroeconómicos habrá que tener cuidado sobre qué cosas se van a realizar y cuáles no. Es clave priorizar entre todas las medidas que se ha propuesto. (Bachelet) necesita una hoja de ruta para cumplir con sus promesas», planteó.

La economista de Econsult, Michelle Labbé, agregó que el fin de las políticas monetarias expansivas en Estados Unidos y la futura alza de tasas afectarán a las economías emergentes, que tendrán que hacer más esfuerzo para crecer. «Las políticas anunciadas van en sentido contrario. El alza de impuestos a las empresas ha afectado las expectativas empresariales y ese escenario se puede volver más crudo en la medida que baje la inversión, que podría volver el mercado laboral más estrecho» , opinó.

Otros economistas dijeron que el fin de la expansión monetaria en EE.UU. podría tener otros efectos: un dólar más alto que ayude a las exportaciones, salarios reales más bajos que hasta ahora y un consumo más desacelerado.

¿Un nuevo consenso social?

Joseph Ramos, economista de la U. de Chile, comenta que el escenario deseado de 2014 en adelante es uno análogo a lo que ocurrió tras el triunfo de Aylwin en los 90: que se establezca nuevo consenso social basado en la necesidad de avanzar en una fuerte reducción de la desigualdad. «Si se logra eso, la incertidumbre o temores que puede haber, incluido los berrinches en la calle, se van a disipar y podremos tener un periodo de sólido crecimiento», sostuvo.

No obstante, advierte sobre el riesgo que las reformas tributaria y educacional «queden empantanadas, que la nueva administración no logre que el aumento de recursos fortalezca la calidad de la educación, que las presiones en la calle se hagan más fuertes y en lugar de disipar las tensiones se acentúen». Explicó que en ese caso la popularidad de la futura Mandataria «podría venirse abajo y crear más incertidumbre, lo que se traduciría en un escenario mediocre de crecimiento».

Para Cecilia Cifuentes de Libertad y Desarrollo, es clave no dejar de lado las políticas para potenciar el crecimiento, que incluyen centralmente una política energética que logre revertir o al menos atenuar las alzas que se proyectan para los próximos años.

«Hay toda una agenda de competividad, productividad y reforma del Estado que no parece estar en el centro del debate hoy ni tampoco entre las prioridades. Esa es una de las razones para que las perspectivas apunten a una reducción del ritmo de crecimiento», añadió.

Expectativas y gabinete

En el lapso antes de asumir, la próxima administración tiene un espacio relevante en lo que se refiere a las expectativas del mercado, dicen los economistas . «Nombrar un ministro de Hacienda más pro mercado ayudaría mucho las expectativas, que hoy están centradas en un programa de gobierno más estatista», comentó Labbé.

En su informe, Banchile Inversiones afirmó que todo el foco de los inversionistas estará en la composición del nuevo gabinete, en particular, el nuevo ministro de Hacienda. «El nombramiento de un economista de renombre y prestigioso podría aliviar las preocupaciones de algunos agentes económicos en un escenario de desaceleración económica», agregaron.

Ramos consideró que es fundamental el calibre del gabinete. «No soy partidario de los criterios ni políticos ni de género. Se necesitan gente idónea, con experiencia en la administración, que puedan comunicar bien y negociar con el Congreso . No se puede dar el lujo de tener un gabinete como el primero de 2006. Los técnicos pueden estar mejor como asesores», afirmó.

Cifuentes estima importante que el nuevo gabinete «dé señales de tranquilidad» sobre la gradualidad de los cambios anunciados y que éstos se realizarán respetando la institucionalidad. «Todo indica que la primera prioridad estará en la Constitución y tal vez se espera demasiado de ese camino, como si fuera a resolver todos los problemas del país. Hay un tema de expectativas ahí que puede ser complejo», añadió.

Restricción fiscal

Uno de los temas mencionados recurrentemente por los economistas es el agotamiento de la holgura fiscal proveniente del cobre, que se traducirá en un escenario más restrictivo en materia presupuestaria.

Para Agosín, esto implica la necesidad de mayor prudencia fiscal y «cuidarse mucho de no proponer gastos que no tengan financiamiento». Por ello, añadió, el nuevo ministro de Hacienda «tiene que ser alguien que tenga compromiso a toda prueba con equilibrios fiscales estructurales», pero precisó que no ve «ningún peligro que pueda tomar ese lugar alguien populista o con intenciones de no respetar esta buena política fiscal».

Cifuentes coincide en lo relevante que será el manejo fiscal debido a las mayores restricciones futuras. Advierte que si a este escenario «se le suma un alza de impuesto que no es neutra sino que está sesgada en contra de la inversión, probablemente el resultado será un crecimiento más bajo que el de los últimos años».

Fuente:diario la segunda

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