HidroAysén aguas arriba

Ya sea como un proyecto aprobado por el Comité de Ministros del actual presidente Piñera o bien como una discusión postergada para el próximo gobierno, el megaproyecto de la Patagonia sabe que atraviesa días clave. Y sin bien la meta es que durante el mandato de Bachelet se apruebe la línea de transmisión de la iniciativa, los plazos se alejan cada vez más.

Diciembre era la fecha que trascendió y que encendió alarmas al interior de Endesa y Colbún, accionistas de HidroAysén. La voz se corrió rápido entre ejecutivos y directores de la empresa, luego de que se enteraran que aparentemente estaba todo listo para que después de dos años el proyecto finalmente se discutiera en el Comité de Ministros que analizará si darle luz verde.
Pero la alegría fue momentánea y los aires electorales, reconocen desde HidroAysén, diluyeron la posibilidad de que las carteras de Medio Ambiente, Economía, Energía y Agricultura discutieran tan rápido como esperaban la viabilidad de las mega centrales del proyecto. No era primera vez que la promesa no se cumplía.

El laberinto político

Las primeras conversaciones comenzaron hace casi un año, cuando en el directorio de HidroAysén se exploró por primera vez un tema incómodo, cuyo origen estaba en octubre de 2011, cuando la Corte Suprema declaró inadmisibles una serie de reclamaciones sobre la aprobación de HidroAysén. Tras ello, el Comité de Ministros quedó encargado de analizar el tema y aprobar o rechazar la iniciativa.

No obstante, y más allá de los plazos escritos, pasó todo 2012 sin que los accionistas de la firma tuvieran ninguna novedad sobre la discusión ministerial. Sin ninguna respuesta formal por parte de la autoridad que explicara el retraso, se hizo inminente para la empresa analizar qué podían hacer. Las primeras indagaciones las hizo el gerente legal de la firma, Camilo Charme, quien analizó si era o no un asunto discrecional ponerle fecha a la cita. Fue entonces cuando los directores de la empresa escucharon por primera vez una opción con bastante asidero: llevar a la Contraloría la inquietud y fiscalizar el cumplimiento de la Ley 19.300 de Bases de Medio Ambiente por parte de los ministros involucrados.

La propuesta volvió a hacer eco hace dos semanas, luego de que la promesa de reunión en diciembre no avanzara, cuestión a estas alturas evidente, dado que el Comité se cita con 10 días hábiles de anticipación. También influyó el que la empresa se enterara informalmente que a varios ministros les preocuparía que después de dejar el gobierno se les achaque alguna falta de deberes. La versión extraoficial es que pese a que los secretarios de Estado estarían en condiciones de discutir sobre el proyecto, ponerle día y hora estaría en manos del Presidente Piñera.

Y pese a que desde el segundo piso de La Moneda le restan credibilidad a las intenciones de recurrir a la Contraloría, fuentes ligadas a HidroAysén reconocen que de no pactarse la cita, aquélla es una alternativa que tarde o temprano tendrán que discutir, sobre todo contemplando que ya han invertido 320 millones de dólares en el proyecto.

Mientras, las versiones entre el Gobierno y la empresa respecto a la tardanza para pactar la discusión son opuestas. A juicio de HidroAysén, “hoy el tema está totalmente politizado” e incluso (al cierre de esta edición) –y pese a que el ministro Larroulet reconoció que existen condiciones para citar al Comité de Ministros– creían poco probable que el Presidente acordara la reunión.
Para los inversionistas, hay varios hechos objetivos que a su juicio demuestran una postergación antojadiza. En 2013 los ejecutivos de HidroAysén comenzaron a hacer un seguimiento al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), y a las diligencias que debía informar sobre el análisis del proyecto. Pero no veían ningún avance, sino hasta mediados de año cuando “lentamente” comenzaron algunas gestiones.

No fue la única señal negativa. En 2012, habían tratado de allegar otros acuerdos sin mejor suerte. Entre ellos enviaron una carta a la intendenta de la Región de Aysén, Pilar Cuevas, solicitándole que se constituyera la mesa de trabajo (de acuerdo a las indicaciones del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia) que definirá la fórmula para que el proyecto rebaje en 50% las cuentas de la luz en la zona. La respuesta por parte del Gobierno Regional nunca llegó. Así como tampoco una explicación formal de la demora de los ministros.

Los puntos clave

“Ni un ladrillo del proyecto se ha atrasado por culpa del comité”, fueron las palabras con las que el Presidente de la República, Sebastián Piñera, respondió en privado luego de enterarse por la prensa que su gabinete podría ser fiscalizado por la Contraloría. El Mandatario, además, ha justificado la demora afirmando que hay “temas clave” que analizar antes de darle el visto bueno a la reunión de los ministros.

No es un proyecto ajeno para el Presidente, quien ha repetido varias veces de memoria los asuntos que le preocupan de la iniciativa. Dentro de los puntos más relevantes, está el vaciamiento del Lago Cachet, que genera un mayor caudal y posibles salidas de los ríos Colonia y Baker, afectando a la población de Valle Grande, y del cual se requirieron mayores antecedentes.
La empresa, en todo caso, dice haberse sorprendido con las inquietudes gubernamentales sobre este fenómeno, pues de acuerdo a su versión, se trata de un asunto absolutamente resuelto en el Estudio de Impacto Ambiental y en el diseño original del proyecto. Eso no quitó, en todo caso, que de manera informal despejaran algunas dudas de la autoridad al respecto.

Un segundo problema dice relación con un caso puntual: la reubicación de una familia que, según el Gobierno, quedaba “totalmente aislada” con la construcción de las centrales. Se trata de René Muñoz, poblador que según HidroAysén, estaba fuera del radio de inundación. “Él está al otro lado del río, pero al final y con voluntad de avanzar, incluimos al señor Muñoz dentro de los relocalizados, cerrando el tema de una vez”, aclara una fuente de la compañía, definición que se tomó entre julio y agosto de 2013.

Fuentes de gobierno agregan que no es cosa “de llegar y analizar las más de 1.400 observaciones del proyecto”. Ello pese a que la empresa ha aclarado que las reclamaciones se reducen a sólo 34, luego de agrupar las diferentes inquietudes que se repetían en centenas de casos. Las mismas fuentes dicen que hoy ven “lejana” la posibilidad de que se cite a Comité de Ministros, pese a que el Gobierno manifiesta que están “a punto” de llamar a la reunión.

El futuro con Bachelet

Dese HidroAysén califican de “impresentable” la demora en discutir la iniciativa, aunque saben que los plazos para avanzar en una segunda etapa –aprobar la línea de transmisión– se ven aún más lejanos. Y si bien en un inicio se pensó en el año 2020 como una fecha probable para su puesta en marcha, hoy reconocen que el horizonte se ha extendido.

Al interior de la compañía creen que el mejor escenario sería llegar a discutir con Bachelet con el proyecto “aprobado” por el Comité de Ministros de Piñera. Aunque allegados a la Mandataria añaden que ello no garantiza su viabilidad. ¿La razón? En sus mismos lineamientos programáticos, la Presidenta electa señaló que lo primero será realizar un diagnóstico acabado del desarrollo de la energía en el país, incluyendo la hidroelectricidad en toda la Patagonia. Ello no demoraría menos de un año, y el proyecto seguiría postergado.

Punto central es –además– la negociación entre la empresa y el Gobierno. Ello porque si bien hoy no existe una ley que obligue a HidroAysén a entregar compensaciones al país, será clave el valor al que pueda generar energía, y cuánta de esa energía estará dispuesta a entregar a las empresas distribuidoras, asegurando un suministro para el país a buenos precios. El tema en conflicto es cuál es el límite que puede negociar para que el proyecto sea rentable y qué atribuciones tiene el Gobierno para hacerlo.

Hasta ahora, en todo caso, se trata de suposiciones, ya que pese a que algunos integrantes del directorio de Endesa se han mostrado abiertos a conversar con Bachelet –asegurando su cercanía a la futura Presidenta– la puerta para escucharlos sigue cerrada.

¿Y ahora qué?

Mientras los meses pasan, los ejecutivos de HidroAysén no han estado de manos cruzadas. El desembolso de recursos ha continuado, primero en los estudios de viabilidad de otras alternativas para la línea de transmisión, como la opción submarina, y además en el trabajo en la zona donde se ubicará el proyecto. Esta última, en todo caso, es una tarea que tiene de dulce y agraz. Ello, ya que pese a que ha sido beneficioso para la empresa estar en contacto con la comunidad, es algo a lo que no pueden negarse, pues la Resolución de Impacto Ambiental establece un cronograma impostergable en su ejecución, pese a la demora oficial en la aprobación del proyecto.

Reuniones cada cuatro meses con las familias relocalizadas, monitoreos del agua y la presencia permanente de su gerente de Comunidad y Comunicaciones en el lugar, son parte del trabajo que sí o sí debe hacer la compañía en Aysén. “Lo bueno de ese trabajo es que también nos permitió tener un cambio de foco en la relación. Dejamos atrás una interacción más bien numérica con la comunidad, a establecer relaciones de confianza con ellos”, detalla una fuente.

Con todo, las proyecciones de la empresa son discutir durante los próximos cuatro años la viabilidad de la línea de transmisión. Ello, en todo caso, condicionado a los cambios que pueda incorporar el nuevo gobierno en la regulación ambiental, como por ejemplo la exigencia de realizar Estudios de Impacto Ambientales Estratégicos, lo que incorpora una serie de demandas que hasta ahora, las iniciativas energéticas no han enfrentado.

Con todo, el futuro del proyecto parece lejano y, de verse truncada su ejecución –ya sea por los ministros de Piñera o por Bachelet– tarde o temprano sus accionistas, Endesa y Colbún, deberán definir cómo afectará a cada una de sus empresas la postergación indefinida del proyecto y qué acciones tomar como respuesta a ello.