Empresa & Sociedad

Índice Bursátil de Sustentabilidad

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Con el reciente anuncio de la Bolsa de Comercio de Santiago, de la adjudicación a Morgan Stanley de la licitación destinada a crear el primer índice bursátil de sostenibilidad en Chile, nuestro país da un importante paso para ponerse a la altura de otras importantes plazas de América Latina, tales como Brasil y México.

Este hecho es significativo por dos razones. Despeja en parte la incertidumbre en los mercados, que permite garantizar inversiones en el largo plazo, desacoplando la arraigada costumbre especulativa local de invertir sólo en acciones que generan ganancias en el corto plazo y sobre las cuales están basados gran parte de los índices bursátiles actuales. Y la segunda razón es que por fin el mercado bursátil local “se moderniza”, incorporando de manera activa la variable medioambiental.

De este modo se empieza a configurar en el país una dinámica con claras orientaciones de sustentabilidad para el mundo de los negocios. En este marco, la economía chilena requiere adaptarse a los cambios no sólo tecnológicos, sino también sociales y medioambientales. La economía debe recuperar su esencia, así como la supuesta autonomía de los mercados. En los tiempos que corren, ésta se ha visto influenciada por múltiples variables y, por lo tanto, toda inversión requiere evaluar no sólo los riesgos económicos y financieros, sino también la calidad de la gobernanza frente a las comunidades en función de los riesgos ambientales.

No puede ser de otra manera, después de algunos casos en que reputadas empresas se han visto azotadas por poderosas resistencias de las comunidades y movimientos sociales organizados que lograron paralizar proyectos multimillonarios, así como por fraudes gigantescos (por ejemplo, La Polar).

Enfrentando aquellos casos con los índices de sostenibilidad, sería interesante saber cuáles han sido las verdaderas pérdidas de valor para los dueños de aquellas empresas, para sus accionistas y para el país.

El índice de sostenibilidad es útil para los que transan en Bolsa, porque un negocio o inversión sostenible requiere evaluar procesos productivos y rentabilidades esperadas, junto con otros temas como son las buenas prácticas de gestión laboral y ambiental, la calidad de los gobiernos corporativos y la ética corporativa, así como las normas anticorrupción y las políticas de transparencia hacia los diversos stakeholders, entre ellos, los clientes y consumidores.

Estos puntos son claves para la sostenibilidad futura de las empresas. La nueva gobernanza que requieren debe ser evaluada y clasificada en la triple dimensión económica, social y medioambiental, de modo de abordar los desafíos del mercado y de la sociedad. La realidad muestra que las empresas no son entes aislados, toda vez que producen, transan y conviven con personas, clientes, proveedores, empleados y con su entorno.

Hoy el medio social (mercado) en que operan las empresas es más exigente cuando se destapan conflictos de intereses, desastres ambientales, abusos de posición dominante o fraudes empresariales. Y en el futuro cercano la sociedad premiará a aquellas empresas que hacen lo correcto en todos los ámbitos que son medidos por la responsabilidad social y ahora por las nuevas métricas de los índices bursátiles de sostenibilidad.
por Reinalina Chavarri, Profesora Facultad de Economía U. de Chile
Fuente/diario.latercera
https://www.facebook.com/ChiledesarrollosustentableCDS

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