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La apuesta del secretario general de la ONU y el rol estelar que le dio a Piñera

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Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, apuesta a que la lucha contra el cambio climático sea el gran legado de su gestión. El portugués trazó una inusual división entre los líderes mundiales que están comprometidos con la acción climática y los que no. Pero más allá de los discursos, el complejo panorama internacional complica las acciones coordinadas para enfrentar el cambio climático.

Fue una acción que levantó dudas, sospechas y aplausos, ya que fue inédita para un secretario general de Naciones Unidas. Antonio Guterres recibió más de 100 solicitudes de discurso de Jefes de Estado para hoy en la Cumbre Climática de Nueva York, pero serán solo 60 los exponentes.

Hace meses, cuando Guterres anunció la cumbre, dijo que solicitó a los países informar acciones concretas y que no iba a aceptar los mismos discursos de siempre. Y cumplió su promesa: El secretario general designó quiénes exponían y quiénes no, bajo el único criterio de que los anuncios que respondieran con acciones concretas, a la emergencia climática. 

La semana pasada en Nueva York, el enviado especial de la ONU para la cumbre climática, el mexicano Luis Alfonso de Alba, dijo en una conversación con la prensa: “El lunes veremos quién está saliendo adelante. Veremos realmente cómo se ve el liderazgo climático”.

Y del lado de los líderes quedó Chile. El presidente Sebastián Piñera no solo pasó el corte de Guterres para exponer hoy, sino que lo hará de los primeros. Será quinto orador en una ceremonia inaugurada por el propio secretario general y por la joven activista sueca Greta Thunberg, quien lideró el pasado viernes una masiva movilización en Nueva York por el cambio climático.

Piñera hablará a eso de las 10.55 de la mañana, inaugurando una sección llamada “Planes por mundo de carbono neutral”. Se espera que el presidente aborde el Plan de Descarbonización, el cierre de termoeléctricas para 2040, la carbono neutralidad para 2050 y la actualización de la Contribución Nacional Determinada de 

 

Chile (NDC por sus siglas en inglés), el documento que guía la acción climática de cada país bajo el Acuerdo de París.

Pero eso no será el único rol de Chile en la Cumbre. La ONU creó nueve carteras de acción para articular el trabajo durante la semana y le dio a Chile la tarea de moderar y liderar la de Mitigación. Esto trata de las acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, la principal misión con la que se creó, en 1992, la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático.

Además, se está gestando una Alianza para la Ambición Climática de la que se pueden esperar anuncios mañana. Esta también está liderada por Chile e incluye a países como Francia, Reino Unido, Costa Rica, Finlandia, Italia, Nueva Zelanda y Suecia. 

A esto se suman los esfuerzos que ha realizado Piñera junto al presidente francés Emmanuel Macron y al colombiano Álvaro Duque para promover la protección del Amazonas y enfrentar la deforestación, según un borrador que los tres mandatarios enviaron a sus pares y al que accedió Qué Pasa. Este habla de un evento especial durante la COP25 en Santiago y de aumentar los esfuerzos para apoyar a Bolivia y Paraguay en la lucha contra los incendios. La carta no menciona a Brasil, después de las polémicas entre los presidentes Bolsonaro y Macron y pese a la cercanía que ha demostrado Piñera con el polémico mandatario brasileño.

Para el ministro de Ciencia Andrés Couve, las señales que ha enviado el secretario Guterres a Chile son “una confirmación de que las decisiones que ha tomado el presidente Piñera están de acuerdo con los tiempos que vivimos, con las prioridades que debemos tener como ciudadanos del mundo global”.

“Este es un momento preparatorio y un momento político importante. La Cumbre por el Clima nos ayuda a construir ese momento político y esa es la convicción del gobierno y del presidente”, dijo el ministro este domingo desde la sede de Naciones Unidas en Nueva York.

Distinta es la visión del director ejecutivo de la ONG FIMA, Ezio Costa, quien también se encuentra en Nueva York. “El que se le haya asignado a Chile el rol de ser cabeza de mitigación es parte de ser anfitrión de la COP25. Más que un gesto político, es un gesto por haber aceptado tener la cumbre en Chile”, afirma.

Para el abogado, el presidente debería comprometerse con el cierre de las termoeléctricas para 2030. “La ciencia dice que debemos reducir las emisiones en un 50% para el 2030. Y en eso, el cierre de las termoeléctricas es un mínimo. Ojalá el presidente demuestre liderazgo, pero lo veo difícil viendo lo que sucede en Chile, las zonas de sacrificio no resueltas y la poca claridad en los propios compromisos del país en mitigación”.

“También teníamos la esperanza de la firma del Acuerdo de Escazú, lo que al parecer no va a suceder. Es una lástima que el gobierno no escuche a los expertos y siga con informaciones inadecuadas respecto al tratado”, agrega Costa.

Más allá de los anuncios de la cumbre, esta no reemplaza las negociaciones de la Convención Marco para el Cambio Climático, las que se realizan año a año en las COP. En ese sentido, esta cita es para darle visibilidad política y comunicacional a la crisis. La verdadera coordinación y acuerdo de cómo enfrentar temas como la mitigación al cambio climático no se zanjará hoy.

Rompecabezas geopolítico en medio de la crisis

Guterres hizo cuatro pedidos para esta cumbre: Ponerle fin a la creación de nuevas centrales de carbón para 2020, establecer un impuesto al carbono, eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y adoptar planes para la carbono neutralidad para 2050.

La petición la hizo de la mano de la ciencia. Según el informe “Unidos en la ciencia” presentado este domingo en Naciones Unidas, año a año las emisiones de CO2 en la atmósfera crecen un promedio de 2%, pese a las promesas establecidas en el Acuerdo de París. Esto ha llevado al mundo a una temperatura global promedio de 1,1°C desde los niveles preindustriales. La meta de París es que no se superen los 1,5°C, ya esto podría tener consecuencias catastróficas para la humanidad.

A esto se suma el análisis de Climate Action Tracker, una organización que monitorea las NDC de los países. Según sus análisis, bajo las actuales promesas, el mundo pasará los 1,5°C para 2035 y llegará a los 3°C para fin de siglo. Calculan incluso que existe un 10% de posibilidad de llegar a los 4°C para 2100.

Lo de hoy en Nueva York será un cúmulo de presentaciones de los países más comprometidos con la acción climática, con varios actores relevantes fuera de escena. No estarán Estados Unidos, Brasil, Australia ni Corea del Sur. Sin embargo, la Asamblea General de Naciones Unidas que comienza el martes partirá con los discursos de Jair Bolsonaro y Donald Trump. 

Los discursos más esperados serán los del francés Emmanuel Macron, la alemana Angela Merkel y el británico Boris Johnson, quien pese a su escepticismo frente al cambio climático, será el encargado de cerrar las palabras de los Jefes de Estado. Esto debido a que el Reino Unido organizará la COP26, que se realizará en 2020 en Glasgow.

Tras la cumbre, Guterres escribirá un reporte sobre los logras y las promesas de reducción de emisiones, el que debería ser presentado durante la COP25 en Santiago.

Sin embargo, tanto esta cumbre como la cita en Santiago se desarrollarán en medio de un rompecabezas geopolítico que complica precisamente la acción coordinada de los países. Si para el Acuerdo de París en 2015 se llegó con el consenso de los principales líderes de entonces, Barack Obama y Xi Jinping, la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China solo enreda la situación. A esto se suma la incertidumbre del Brexit para la Unión Europea -que internamente no ha podido ponerse de acuerdo para la carbono neutralidad- y las relaciones complicadas con Brasil.

De hecho, China e India -primero y tercero en el listado de países que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera- comunicaron la semana pasada que no aumentarán su ambición climática si no conlleva financiamiento de los países desarrollados y responsables de las emisiones históricas. Esta es la discusión que marcado las negociaciones del cambio climático por años. 

Este domingo, John Kerry, ex secretario de Estado de Obama, fustigó a ambos países por sus declaraciones y les adjudicó la responsabilidad de liderar la acción climática para 2020, año en que los demócratas esperan sacar a Trump de la Casa Blanca y volver al ruedo internacional.

En América Latina la situación no es distinta. Si bien Chile y sobretodo Costa Rica han destacado en el último año, Argentina, Brasil y México, los tres países más grandes del continente -y los tres que más emiten- no estarán en Nueva York. Los últimos dos ni siquiera respondieron al llamado de Guterres de aumentar la acción climática. 


Fuente/Qué Pasa/LaTercera
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