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LA BATALLA DE ERIN BROCKOVICH CONTRA EL GIGANTE BAYER

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Ella fue la madre soltera y sin educación formal en leyes que se enfrentó al sistema corporativo estadounidense y ganó. Ahora, Erin Brockovich se planta ante otro gigante: Bayer. Brockovich, quien se hizo famosa después de que la actriz Julia Roberts protagonizara una película sobre su vida, tiene más armas con qué pelear.

 

 

 

Y su lucha es para alertar sobre lo que considera un peligroso método anticonceptivo: Essure, un método rápido y no quirúrgico para esterilizar de forma permanente a las mujeres.

El procedimiento consiste en la inserción de pequeños espirales en forma de bobinas en las trompas de Falopio para impedir que el esperma llegue a los óvulos.

Ha sido aclamado como un método de control de natalidad más económico y menos invasivo; una alternativa a los procedimientos quirúrgicos que bloquean, cortan o sellan las trompas de Falopio.

Brockovich se suma a un creciente coro de mujeres que cuestionan el procedimiento, alegando que el producto ha herido a miles de mujeres

«Está perforando úteros, colon, paredes del estómago…», le dice Brockovich a la BBC.

«Algunas mujeres han tenido que hacerse un escáner en todo el cuerpo, para determinar dónde se encuentra (el dispositivo), porque está flotando libremente. Una de las mujeres que usó Essure terminó quedando embarazada».

Brockovich cuenta que en este caso la madre no pudo lograr que le quitaran el dispositivo «y en la semana 25 del embarazo se rompió y emigró, perforando el líquido amniótico. El bebé no sobrevivió».

Ciencia contra emociones

El fabricante de este producto, Bayer, dice que si bien simpatiza con cualquier mujer que sufra, argumenta que la ciencia y los datos de la Agencia de Control de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) demuestran que el producto es abrumadoramente seguro.

«Aquí hay muchas emociones involucradas», dice el director médico de Bayer en EE.UU., el doctor Edio Zampaglione. «La ciencia es la que tiene que guiar nuestra comprensión, y apunta a que Essure es un producto seguro y eficaz».

Según Bayer, de las 750.000 mujeres en todo el mundo utilizan el producto, la mayoría no se ha quejado.

Por su parte, la FDA señala que Essure es el único método de esterilización disponible en EE.UU. que no requiere de una incisión en la piel, y que cuando se usa correctamente tiene una efectividad del 99,83%.

La Agencia también explica que mayoría de las mujeres que se aplican el procedimiento pueden irse a su casa 45 minutos después y reanudar sus actividades normales en uno o dos días. El procedimiento no es reversible.

El método fue aprobado en EE.UU. en noviembre de 2002. Desde entonces hasta el 25 de octubre, la FDA dice que ha recibido 943 denuncias de incidentes adversos relacionadas con Essure, principalmente por dolores (606 de ellas).

Otras 1.000 han sido enviadas a la FDA a través de un sistema voluntario de quejas.

Pero para poner estas cifras en contexto, habría que aclarar que los médicos no están obligados a informar de los problemas que hayan surgido con los productos que usan, y muchas mujeres no saben cómo denunciar problemas.

Un grupo de Facebook llamado Essure Problems tiene 8.592 miembros donde bautizaron el método como «E-hell», un juego de palabras entre Essure e infierno en inglés.

Los mayores problemas son dolor, sangrado e inflamaciones por el dispositivo. Algunas dicen que sus dispositivos se han roto y les han perforado sus órganos internos.

Discriminada

Kim Myers se implantó el dispositivo en 2008 y dice durante tres años experimentó un dolor que la debilitó. Hasta que se hizo una histerectomía y le quitaron el Essure. Su aflicción no sólo causó estragos en su matrimonio, sino que quedó incapacitada para seguir montando a caballo de forma competitiva.

«Nunca me sentí tan discriminada en mi vida como me sentí con esta cosa Essure», dice Myers, quien siente que se sintió presionada por su médico para que se lo pusiera.

Cuando se quejaba del dolor, cuenta que él le decía «tontita, estás hormonal». «Nada más lejos de la verdad», agrega.

Myers no puede demandar a Bayer debido a que en EE.UU. existen unas leyes federales que protegen a los fabricantes de productos médicos de recibir demandas colectivas. Estas impiden que se hagan demandas basadas en reclamos estatales, como negligencia o errores en las advertencias sobre los productos.

La intención de estas leyes es impedir demandas frívolas, pero los defensores de los derechos de los consumidores, como Erin Brockovich, sostienen que las leyes tienen que ser modificadas.

«Las empresas deben ser responsables y en este caso Bayer no puede girar la cabeza y decir que ‘esas 8.000 mujeres no importan’. Creo que tienen la responsabilidad, el deber, de observar lo que está pasando, y si hay dudas, enfrentarlas», dice Brockovich.

«Una ya es demasiado. ¿Y 8.000 mujeres? Uno no puede ignorar esa voz colectiva. Hay algo malo en el producto».

Brockovich insta a las mujeres a compartir sus historias y a ejercer presión sobre Bayer para sacar a Essure del mercado.

Ella sabe lo que es enfrentarse a los intereses de las grandes corporaciones, pues jugó un papel decisivo en la mayor demanda colectiva en la historia de EE.UU., a pesar de no haberse formado en leyes.

En el pasado libro una batalla a lo David y Golliat en contra Pacific Gas y la Electric Company de California debido a la contaminación de aguas.

«Desconectada»

Bayer dice que preocupaciones de Brockovich son erradas.

El doctor Zampaglione, de Bayer –una marca bien establecida con más de 150 años de existencia– dice que no hay posibilidad de que la empresa saque Essure del mercado.

«Puedo decir que es un porcentaje muy bajo (de informes de mujeres con efectos adversos)», dice. «Y esto es consistente con las pruebas clínicas ycon lo que la FDA observa»

Zampaglione dice que la empresa tiene dos números telefónicos gratuitos para que los pacientes expresen sus quejas y que quiere saber de cualquier mujer que experimente problemas con Essure.

También señala que la empresa no desperdiciaría su reputación en un producto en el que no cree al 100%.

«Estamos tratando de colaborar con los pacientes, con mujeres que sientan que han enfrentado una lesión y efectos adversos. No puedo comentar sobre las opiniones de Erin, pero sí vemos una desconexión: estamos en el negocio de ofrecer productos y dispositivos de calidad».

Por Regan Morris
Fuente/BBCMundo
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