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La caza humana de leones y osos marinos ha alterado el ecosistema del Atlántico
De acuerdo a una nueva investigación, la masiva explotación europea de productos marinos alteró la pirámide alimenticia y cambió el papel ecológico de estas especies.
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La captura de leones y osos marinos que comenzó en el siglo XVIII con los europeos en las costas atlánticas de América del Sur, cambió las pautas de alimentación de estas especies y la estructura de la red trófica costera, según un estudio publicado en las revistas Oecología y Paleobiology.
Uno de los autores del estudio e investigador del Departamento de Biología Evolutiva de la Universidad de Barcelona, Lluís Cardona, indicó que la caza y pesca generan una reducción en la abundancia de las especies de mayor tamaño, por lo que la megafauna es uno de los componente más amenazados de la biodiversidad.
Gracias al estudio realizado en dos especies, el león marino y el oso sudamericano, los científicos pudieron hacer una reconstrucción de la dieta de estos animales, llegando a la conclusión de que con la llegada de los europeos se generó un cambio en su forma de alimentarse.
Antes de la llegada de los europeos «todo indica que la explotación aborigen no afectó las dietas ni la estructura de la red trófica de estas especies, aunque era habitual consumir tanto leones y osos marinos, así como algunos peces y aves marinas», apuntó Cardona.
De esta manera, durante milenios la red trófica no varió de manera relevante a pesar de los cambios en la productividad primaria del océano, en donde los leones y osos marinos ocupaban un nivel trófico inferior al actual, similar al que ocupa la merluza en la actualidad.
La presión humana diezmó las dos especies, lo que alteró la pirámide alimentaria y el papel ecológico de los grandes vertebrados marinos en el continente sudamericano, según los autores.
«Este resultado sorprendente se explica porque la población de leones marinos ahora es menor y por tanto hay más alimento disponible para cada ejemplar, a pesar del desarrollo de la actividad pesquera», añade el experto.
En el caso del oso marino, que tiene una boca más pequeña, el cambio de dieta no ha sido tan espectacular, porque tiene una limitación física para capturar grandes peces.
En cambio, el león marino “ha pasado de comer anchoas a consumir merluzas y pulpos», indicó el investigador.
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Fuente:Emol www.chiledesarrollosustentable.cl