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La descarbonización en Chile
La alta penetración de generación renovable en el norte del país necesitará una fuerte inversión en líneas de transmisión.
Este año se conocieron cuatro estudios de planificación elaborados por el Ministerio de Energía, la Comisión Nacional de Energía (CNE), el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), y la Asociación Gremial de Generadores. Basados en diferentes supuestos en la evolución de la demanda por electricidad, costos de las tecnologías y precios de los combustibles, estos análisis reportan la generación de las plantas y las nuevas inversiones en centrales y líneas que se requerirán en el país.
Los estudios coinciden en que en la próxima década entrarán mayoritariamente al sistema centrales eólicas y solares fotovoltaicas en el norte del país. Los resultados no sorprenden, es una consecuencia de la irrupción de los bajos precios de las centrales de energía renovable, lo que está provocando que las centrales convencionales ― termoeléctricas e incluso hidroeléctricas ― no puedan competir con estas tecnologías. A modo de ejemplo, generar electricidad con una nueva central a carbón cuesta más del doble que hacerlo con una nueva central solar fotovoltaica.
La alta penetración de generación renovable en el norte del país necesitará una fuerte inversión en líneas de transmisión. Por esto, la CNE y el CEN proyectan la construcción de una nueva línea de transmisión en corriente continua de unos 1.500 kilómetros con una inversión que fluctuaría entre 1.300 y 1.800 millones de dólares. Cerca de un 50% del valor del sistema de transmisión troncal ya existente y que implicaría al cliente alrededor de un peso adicional por cada kilowatt-hora consumido.
La buena noticia es que la abundancia de la energía renovable permitirá reducir el uso de combustibles fósiles, disminuyendo de paso la contaminación del aire y las emisiones de carbono que provocan el calentamiento global, es decir, una descarbonización sin mayor costo para el país. Sin embargo, como la generación de las centrales eólicas y solares no puede controlarse, ya que depende de la disponibilidad del viento o de la luz solar, estos mismos estudios plantean la necesidad de contar con generación termoeléctrica de respaldo, principalmente desde las centrales a carbón ya existentes.
Si bien, las centrales a gas contaminan menos y emiten la mitad del carbono que una central a carbón, la predominancia del carbón como complemento a la energía renovable se debe a que estos estudios sólo consideraron la disponibilidad de gas natural licuado, cuyo costo por unidad de energía generada puede doblar al del carbón. Sin embargo, el shale gas de la región de Vaca Muerta en Argentina podría representar una alternativa de abastecimiento no tan lejana, pues, usaría la actual infraestructura de gasoductos. Es más, si se gravan correctamente las emisiones de carbono, las centrales a gas ya instaladas podrían desplazar rápidamente a las de carbón.
La electricidad o el gas también permitirían reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte y la calefacción a leña, trayendo como beneficio inmediato una menor contaminación del aire en las ciudades.
Como sea, los desarrollos tecnológicos, sumados a una buena regulación, permitirían que el país disponga en un plazo no muy lejano de energía limpia y a bajos precios.
Por Cristián Muñoz, académico PUC y fundador de Breves de Energía Fuente:HubSustentabilidad Chile Desarrollo Sustentable/www.chiledesarrollosustentable.cl www.facebook.com/pg/ChiledesarrollosustentableCDS twitter.com/CDSustentable #CDSustentable #MedioAmbiente #DesarrolloSostenible, #Sostenibilidad