Innovación & Emprendimiento
Lanzan videojuego que mide la huella ecológica en el océano
Acuáticos busca educar sobre los ecosistemas marinos y generar conciencia sobre el impacto humano en ellos.
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Una gaviota, un caracol marino, un jurel, un calamar y copépodo (minicrustáceo) son los protagonistas de Acuáticos, el primer videojuego chileno que -además de entretener y educar sobre los ecosistemas marinos- permite medir nuestra huella ecológica en los océanos.
El proyecto, creado por el programa Científicos de la Basura, de la U. Católica del Norte (UCN), y financiado por el Programa Explora Conicyt, cuenta con cinco minijuegos cuyos protagonistas abordan cinco problemáticas que afectan actualmente a los océanos: el turismo masivo, la pesca irresponsable, la extracción de minerales en el fondo marino, el cambio climático y la contaminación por basura. “Para jugar, los niños se convierten en animales marinos, los que deben sortear una serie de obstáculos a los que se ven enfrentados en su diario vivir. La meta es sobrevivir, comer y lograr reproducirse para mantener el equilibrio del ecosistema”, dice Magdalena Gatta, directora de contenidos del proyecto.
No es todo. Mientras juegan, Acuáticos calcula la huella ecológica de sus usuarios, gracias a un salvavidas que tiene tres preguntas sobre los hábitos cotidianos del jugador. “Si respondes el cuestionario, el salvavidas te entrega pistas para ir avanzando en el juego. Y al finalizar los cinco juegos, te calcula tu huella”, dice Gatta.
El videojuego es gratuito y está pensado para ser usado por profesores como herramienta pedagógica, pues toca temáticas del currículum escolar de niños entre 9 y 13 años.
Martin Thiel, doctor en Oceanografía y director de Acuáticos, dice que este videojuego es una pieza más en el trabajo de sensibilización y educación ambiental que realizan desde hace casi una década con Científicos de la Basura, programa que también dirige. “En Científicos de la Basura hacemos ciencia en los colegios de todo el país. Con este videojuego buscamos educar sobre los ecosistemas del océano. Que el niño sepa que la gaviota que ve en las playas viaja 10 mil kilómetros de ida y de vuelta entre sus sitios de nidificación. O que el jurel debe aprender a distinguir entre su alimento y los trozos de plástico que flotan en el mar”, dice.
Por eso, Acuáticos mide la huella ecológica, dice el docente de la UCN, pues lo que se busca fomentar es que -aunque todos contaminamos y somos parte del problema- también somos parte de la solución. “El niño conoce en el juego los impactos negativos de las actividades humanas en el océano. Pero a la vez aprende que puede hacer algo en la vida real. Se puede ser un consumidor consciente, lo que significa que uno hace una selección ¿Compro una bebida en botella desechable o retornable? ¿Voy a comprar con una bolsa de género o uso bolsas de plástico? Si logramos despertar esa conciencia y que los niños sean actores que toman decisiones, cumplimos los objetivos”, dice.
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. Fuente:La Tercera www.chiledesarrollosustentable.cl