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Nace El Parque Astronómico Atacama
En lo que constituye un hito para el país, hoy se inaugura oficialmente el Parque Astronómico Atacama, ubicado en un terreno de 36 mil hectáreas, a 5.000 metros de altura al interior de San Pedro de Atacama, en el llano de Chajnantor, y cuya concesión fue otorgada a Conicyt por el Ministerio de Bienes Nacionales por un período de 50 años.
El objetivo del Parque es proveer de un lugar excepcionalmente bien dotado para la instalación de observatorios astronómicos -adicionales a los que ya se encuentran funcionando en el terreno de la concesión- que permita continuar el acelerado desarrollo de esa disciplina científica en nuestro país, aprovechando las economías de escala y de ámbito que resultan de la acumulación de proyectos de ese tipo en un mismo lugar.
De hecho, en el cerro Toco, al interior del Parque, ya están instalados el Atacama Cosmology Telescope (ACT), un proyecto colaborativo de un grupo de universidades extranjeras y chilenas de primer nivel; el PolarBear, apoyado por varias instituciones científicas y fundaciones privadas, encabezadas por la National Science Foundation de EE.UU., ambos orientados a desentrañar los misterios del origen del universo estudiando la Radiación de Fondo de Microondas, y ya se ha presentado el interés del proyecto CLASS, de The Johns Hopkins University, para ubicarse en el Parque (aparte de ALMA y los futuros CCAT y TAO ubicados en concesiones cercanas). Además, Conicyt ha recibido el interés de otros proyectos, que no solo aprecian la calidad de nuestros cielos, sino también las ventajas de estar instalados en un parque que alberga a otros proyectos de la misma disciplina.
Por otra parte, Chile también se beneficia, tanto al incrementar la densidad de proyectos astronómicos instalados en su territorio como por la construcción de una institucionalidad de clase mundial -siguiendo el ejemplo de lo hecho por Hawai en el monte Mauna Kea- para cobijar ese tipo de proyectos, con un esquema de condiciones similares para todos quienes postulen a utilizarlo. Se trata de un avance notable, y muestra la visión con que Conicyt y el Ministerio de Bienes Nacionales están abordando el moderno desarrollo de la astronomía para aprovechar las magníficas condiciones que nuestro país ofrece para ello.
El Parque Astronómico Atacama será administrado por una fundación sin fines de lucro, cuyos miembros son Conicyt y Fundación Chile. Su directorio también considera a personeros del sector privado, que no solo le otorguen agilidad a su trabajo, sino también contactos y vínculos más allá del ámbito científico, para impulsar su desarrollo con la agilidad y flexibilidad que este proyecto merece. Para darle al parque una visibilidad mundial, se prevé la construcción del Centro de Interpretación Astronómica Chajnantor a la entrada del Parque, un edificio icónico, que procure impactar su entorno con una arquitectura de vanguardia y un contenido de excelencia -como lo han sido el museo Guggenheim de Bilbao o el Opera House de Sydney, guardando las proporciones- y constituirse así en un faro de atracción turística y de identidad astronómica para el país.
Asimismo, el Centro considera un recorrido turístico del Parque, en el Llano de Chajnantor, que permita apreciar a la distancia los observatorios allí instalados, así como el espectacular paisaje, incluidos los cerros considerados sagrados por los pueblos originarios que habitan la zona.
La astronomía está llamada a transformarse en un gran impulsor de la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento para nuestro país. Los esfuerzos científicos involucrados no solo incluyen la recepción de trillones de datos del espacio -Chile tendrá dos tercios de la capacidad recolectora de datos del mundo hacia el fin de esta década-, sino que además su almacenamiento, su procesamiento mediante algoritmos de alta complejidad utilizando supercomputadores de alta performance , y su transmisión por fibra óptica, sin considerar los desarrollos tecnológicos asociados a la instrumentación de precisión que todo ese esfuerzo conlleva.
Toda esa actividad, realizada a un nivel de clase mundial y en la proporción recién indicada, permitirá que nuestro país sea identificado con la astronomía, así como con la tecnología de punta y las preguntas fundamentales que ella genera sobre el origen y destino del universo, elementos que caracterizarán al siglo XXI. Los cielos del norte de Chile, y este Parque, constituyen un laboratorio natural de carácter único, cuya importancia será apreciada, sin duda, en los próximos años y décadas.
Por Álvaro Fischer Abeliuk, Presidente Fundación Chile.
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