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NI SIQUIERA EL 1% DE LAS EMPRESAS EN CHILE MIDE SU HUELLA DE CARBONO

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En el Reino Unido, el 96% de las empresas que lideran el principal índice bursátil de Londres mide y reporta su huella de carbono. Una situación muy distinta ocurre en nuestro país, ya que sólo 132 empresas realiza esta medición, lo que representa cerca de un 0,01% del total de las compañías que registraron ventas en Chile durante 2013 (es decir, más de 800.000).


La información es entregada por el Comité de Cambio Climático de la Cámara Chileno Británica de Comercio, entidad que nace con el propósito de crear conciencia en torno a la existencia y los problemas que implica el cambio climático, además de las acciones que pueden implementar las empresas para mitigarlo.

El vicepresidente de esta instancia, Mathieu Vallart, explica que esta medición estima cuántas son las emisiones de gases efecto invernadero que genera una empresa en un año, o las emisiones generadas para fabricar un producto, o proveer un servicio. «La huella sirve para identificar las principales fuentes de emisiones y hacer gestión, por ejemplo, para reducir el consumo de energía, lo cual también implica beneficios en la disminución del costo para la empresa».

No hay obligación

Arturo Errázuriz, presidente del Comité, comenta que son pocas las empresas que realizan esta medición en Chile, debido a que aún no existe la obligatoriedad para que las empresas midan sus emisiones y las reporten periódicamente, como sí sucede en Europa bajo la forma del Inventario de Emisiones. De esta forma, las compañías industriales tales como cemento, vidrio, química, o firmas relacionadas con la energía y minería, entre otras, tienen que medir sus emisiones y reportarlas una vez al año. De manera adicional, en el Reino Unido y otros países cuentan con una legislación climática, la que establece un plan nacional de reducción de emisiones que incluye a las empresas.

«Hay un desconocimiento (en un nuestro país) de la problemática del cambio climático o la falta de recursos para hacerlo, tanto internos como externos (tiempo, información, financiamiento, entre otros). Esta última barrera tiende a reducirse cuando la estrategia climática de la empresa se vincula directamente con la gestión del negocio y especialmente con la estrategia comercial», sostiene.

En Chile, las empresas con mayores emisiones son las que generalmente reportan su huella de carbono, principalmente en el rubro minero, productivo, generadoras de energía y en algunos casos, por requerimiento del mercado. Es el caso de las viñas, ya que les sirve como un factor diferenciador en el mercado europeo y/o constituye una obligación para ingresar a ciertos mercados. Algunas de las 132 firmas que lo hacen son Collahuasi, Gerdau Aza, Viña Concha y Toro, Puerto Mejillones, Masisa, Terminal Puerto Arica, Enaex, Anglo American Chile, Endesa y Minera El Tesoro, entre otras.

Ventajas e importancia de la huella de carbono

Según Errázuriz, los beneficios que trae esta medición para las empresas son tres: Mayor conocimiento de sus propias operaciones en materias referente a energía y otros procesos que generan gases de efecto invernadero (GEI), lo que ha permitido la implementación de varios procesos de eficiencias operaciones, tales como eficiencia energética, mejora en logística, entre otras, que son proyectos que reducen no sólo emisiones, sino también costos de su operación.

Aumento de satisfacción y confianza en clientes y trabajadores, debido a una exposición clara de las operaciones en cuánto a emisiones de GEI. Esto conlleva a un mayor reconocimiento de marca y valoración de la misma por parte de los consumidores, por un lado, y un mayor compromiso de los trabajadores con la empresa, por otro.

Posibilidad de superar barreras de mercado, al cumplir con determinados requerimientos. Sin huella de carbono, hay ciertos mercados a los cuales no se puede ingresar, ya que en sus licitaciones incluyen requerimientos de tipo ambiental y social. Por lo tanto, deben tener reporte de sustentabilidad y huella de carbono. El mercado apunta a la incorporación paulatina de este tipo de requerimientos.

Reporta beneficios de diferenciación, porque al calcular su huella de carbono pueden agregarle un plus diferenciador a su producto, ya sea para el mercado local como regional. Apunta a una estrategia de marketing, pese a que el consumidor chileno aún es relativamente poco sensible a estos temas.

Anticipación a posibles futuras regulaciones sobre emisiones. El impuesto a las emisiones de CO2 es el mejor ejemplo. La reforma tributaria considera estos impuestos y aquellas empresas que estén actuando en forma proactiva tendrán que pagar menos impuestos.

A nivel país, reducir las emisiones contribuye a caminar hacia la meta fijada por el gobierno, lo cual debería, a mediano plazo, estar regulado. La huella de carbono también aplica a las instituciones públicas, colegios, universidades y personas.

Para Mathieu Vallart, «el tema no es que por sólo realizar la huella de carbono se logren resultados, sino de que después de calcularla se haga gestión dentro de la empresa, la que puede establecer metas de reducción de un año a otro para ver los resultados».

Y agrega que «las consecuencias del cambio climático en un escenario ‘no controlado’ han sido modeladas por estudios científicos y económicos mostrando consecuencias muy significativas sobre los PIB de los países y amenazando numerosas poblaciones vulnerables. Un escenario de este tipo representa tremendos desafíos de adaptación para evitar daños, discontinuidad operativa y afectación a la población».
Por/emol
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