Conversación
PRESIDENTE DEL CÍRCULO DE INNOVACIÓN DE ICARE: «PARA SUBIR LA PRODUCTIVIDAD HAY QUE ABATIR LOS MIEDOS»
«Cuando nos organizamos y creamos confianza, los chilenos somos brillantes, yo lo he comprobado», afirma el empresario Pablo Bosch.
«Innovar es cambio tecnológico, sin duda. Pero es mucho más que eso», afirma el empresario Pablo Bosch, quien asumió esta semana la presidencia del Círculo de Innovación de Icare con el propósito, según cuenta, de promover durante su mandato una mirada más amplia sobre este tema.
«Para mí, la innovación no es más que la evolución de la sociedad, de la empresa, de cómo nos relacionamos. Es cada vez que cambias algo y lo empiezas a hacer de otra manera», argumenta.
Uno de los aspectos que espera poner con más fuerza sobre la mesa es «cómo adaptamos los métodos de gestión de la empresa y de las organizaciones a la realidad actual, con una sociedad mucho más empoderada, más transparente y donde predomina una velocidad del cambio que no se había visto nunca antes».
-El gobierno acaba de presentar una Agenda de Innovación, ¿qué le pareció?
-La estoy estudiando y trataremos de reunirnos con las autoridades de Economía y Corfo para ver cómo podemos colaborar.
-¿No tiene un juicio sobre ella?
-No quiero opinar hasta no tenerlo bien estudiado y haber conversado con las autoridades, porque una de las cosas en que deberíamos innovar es no opinar tanto.
-Algo en lo que hay bastante consenso es que Chile debe elevar su productividad, y que en eso la innovación es crucial.
-Sin duda, nuestra productividad es muy baja respecto de los países más desarrollados y respecto del nivel de salarios que consideramos justo. En Estados Unidos un trabajador produce 64 dólares por hora; en Chile, 16. Y además tenemos el problema de que competimos con países, como los asiáticos, que tienen niveles salariales muchísimo más bajos que nosotros y una productividad también menor, pero con respecto a su salario están más en equilibrio.
-¿En Chile los salarios están desequilibrados?
-Afortunadamente hemos podido subir los salarios, pero debemos sostenerlos con una productividad mayor.
-¿Hoy hay sectores que corren riesgo?
-Prefiero ponerlo en positivo: el desafío es subir la productividad. ¿Cómo? Innovando, cambiando procedimientos, y resulta que lo que frena ese cambio en Chile es una cultura tremendamente autoritaria y donde se castiga mucho el error. Cuando alguien sabe que si se equivoca será castigado, no corre ningún riesgo, no cambia nada y la productividad no crece. Para subir la productividad hay que ir a las raíces: al castigo al error y al miedo. Aquí estamos llenos de miedo. No sólo el trabajador, también el mando medio, el directivo. Eso tenemos que trabajarlo.
-¿Y ese proceso como se inserta en su gestión en Icare?
-Debemos poner un sentido de urgencia y convencer. Poner el acento en que para subir la productividad hay que abatir los miedos. En los mejores grupos de trabajo no hay miedo, y ahí se dispara la productividad. Eso es innovar en gestión.
Los chilenos cuando nos organizamos y creamos confianza somos brillantes, yo lo he comprobado. El chileno, cuando logras tenerlo en un ambiente adecuado, es comprometido, ingenioso, perseverante, cree en el trabajo, no es flojo. Hay flojos, pero con las condiciones adecuadas, son muy pocos.
-¿Usted aplica estas ideas a su empresa?
-Sí, y nos va muy bien. Sacamos el miedo y creamos un sistema de confianza que es absolutamente creativo. Cuando la gente está tratando de mejorar algo, comete errores, y lo que hicimos fue decir ‘ya decláralo y cuenta qué aprendiste’.
-¿También en Brasil?
-Sí, pero con una idiosincrasia distinta.
Educación: «El diálogo que deberíamos tener es otro»
-¿Qué sectores pueden empujar estos cambios, la innovación?
-La información y la tecnología. Una manifestación o una fiesta se organizan en un dos por tres. Vienen muchos cambios y muy acelerados.
-¿En qué otros sectores?
-En las llamadas ciencias de la vida, la medicina; la educación. Estamos muy escandalizados porque nuestro sistema educacional requiere una reforma, ¡pero si todo el mundo está en lo mismo! Hay que leer «El Elemento» de Ken Robinson. Ahí entiendes que la educación está mal porque el sistema tal como lo entendemos se hizo en el tiempo de la revolución industrial y se decidió que había dos inteligencias que desarrollar: los números y las letras. Y todos los artistas quedaron fuera. Nos pusieron como cadena de montaje. Eso ya no resiste más. Hoy con la cantidad de información que existe, eso va a cambiar. Es una ola que nos sobrepasa por mucho. El diálogo que deberíamos tener es otro. ¡De qué me sirve que me enseñen la Guerra del Peloponeso, si está todo en internet! Enséñame a buscar, a trabajar en equipo.
-¿Cómo ve entonces la reforma educacional?
-Con preocupación. Me parece que hay cosas que están bien, que hay necesidad de mejorar la educación, pero no sé si se está llevando en los puntos críticos. Creo que la calidad está por encima de quién sea el dueño. ¿Y qué pasa con los profesores? Esta es la primera vez en que los alumnos saben más que el profesor, por ejemplo para usar computadores.
Pero no es mi tema, espero que lo hagan bien.
-¿Y la innovación en la macro?
-Hay que pensar que en el tiempo las cosas degeneran, y algo que era bueno, más de eso, ya no lo es.
En el mundo hace muchos años se puso de moda la maximización. Hay que maximizar todo: la edad, los ingresos, el rendimiento de los accionistas. Lo que se perdió es el sentido del equilibrio.
-¿Eso significa crecer menos?
-No es crecer menos, es crecer sostenidamente. Una empresa para crecer en forma sostenida tiene que guardar ciertos equilibrios: con los clientes, con los proveedores, con la comunidad.
Fuente:lasegunda.com