UNA MATRIZ ENERGÉTICA INNOVADORA

Los proyectos ERNC, en particular los de biomasa, permiten compatibilizar la disponibilidad de energía que la economía requiere con el cuidado al medioambiente, teniendo como foco una matriz sustentable.

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Hoy Chile tiene 1.600 MW de ERNC en operación, donde la biomasa juega un rol clave, al ser la fuente que más aporta a la generación eléctrica, concentrando prácticamente la mitad de la inyección a los sistemas interconectados. Los proyectos ERNC, y en particular los de biomasa, permiten compatibilizar la disponibilidad de energía que la economía requiere con el cuidado al medioambiente, teniendo como foco una matriz sustentable, a precios razonables por la que trabaja el gobierno.

El desarrollo de la industria energética renovable conectada a red no es antagonista de aquella destinada al autoabastecimiento industrial o comercial. Al menos, ésta es una mirada que desde el sector público consideramos esencial para dar robustez a la matriz en su conjunto. Se ha trabajado en identificar opciones de autoconsumo energético, que puedan ser una alternativa rentable y eficiente para la industria. Eso va de la mano de la innovación y la capacidad de detectar oportunidades de negocio, eficiencia y ahorro desde las propias empresas. Por ejemplo, la industria lechera tiene grandes desafíos en el manejo de residuos y la respuesta está en la producción de biogás con purines. Lo mismo vale para industrias agrícolas, como la vitivinicultura y la de aceite de oliva, que pueden utilizar sus residuos para generación de energía, o el caso de la generación de biocombustible en una planta de algas que consumen CO2 de una termoeléctrica.

La clave es equilibrar la rentabilidad con la disponibilidad de recursos naturales para generar energía eléctrica o térmica. Un ejemplo: un estudio del Ministerio de Energía y la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) sobre Zonas de Foco de Autoconsumo Fotovoltaico cruzó datos de la radiación solar disponible en el territorio nacional y los precios de la energía, de modo de identificar las zonas geográficas con mejor rendimiento o rentabilidad. El resultado demostró que consumidores que están sujetos a tarifas comerciales en la zona norte de la Región de Valparaíso y en localidades de Atacama y O’Higgins tendrían mejores rentabilidades al instalar sistemas de autoabastecimiento solar, ya que la energía que se paga en esas áreas geográficas es más cara que en el Norte.

El mensaje para el sector es que el autoabastecimiento no es más atractivo por la venta de sus excedentes, sino por los ahorros y las externalidades positivas que genera. Y hay sectores productivos que tienen ventajas comparativas que están relacionadas con la ubicación geográfica, la distancia a las líneas de distribución, las horas de consumo, la infraestructura subyacente o los precios que se pagan por contratos, y, por supuesto, por la disponibilidad del recurso. Simplemente, es hora de hacer los cálculos y atreverse.
Por Fernando Hentzschel, Gerente técnico, Centro de Energías Renovables (CER).

 Fuente/quepasamineria
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