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“UNO DE NUESTROS FOCOS PARA ESTE AÑO ES POTENCIAR CADA VEZ MÁS LA INNOVACIÓN SOCIAL”

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Juan Larraín: Entre los hitos de 2014, está la creación de la Dirección de Transferencia y Desarrollo y el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini.

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Definitivamente, 2014 fue el año de la innovación para la Universidad Católica (UC): en enero inauguró la Dirección de Transferencia y Desarrollo (DTD), creada en el marco del Convenio de Desempeño que se adjudicó en 2013 desde el Ministerio de Educación (Mineduc) para impulsar la innovación basada en ciencia en las áreas de biomedicina, astroingeniería y educación; en marzo inició el primer programa Acelerador; y en abril estrenó el reglamento de Transferencia de Resultados de Investigación con foco en la creación de spin off.

Ya en junio inauguró oficialmente el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, que abrió sus puertas tres meses antes; y el último trimestre, obtuvo un segundo Convenio de Desempeño para impulsar la innovación en temas de investigación y desarrollo provenientes de la industria en las áreas de minería, alimentos y energía.

«Ha sido un año para la puesta en marcha y consolidación de proyectos en los que hemos ido viendo muy buenos resultados», enfatiza Juan Larraín, vicerrector de Investigación de la UC. Destaca que desde la DTD están trabajando en dos nuevos spin off: ObsTech de Vicent Suc y Andrés Jordán, y GeneproDX de Hernán González; y que cerraron 2014 con 70 solicitudes de patente (20 en Chile y 50 en el extranjero), 25 protecciones de derecho de autor y dos nuevas licencias.

– ¿Cómo evalúa el primer año de operación de la DTD?
– Hemos dado dos pasos importantes con la creación de la DTD. El primero es que, gracias a la obtención de un Convenio de Desempeño de $ 2.500 millones para tres años, se contrató a un grupo de especialistas que conocen tanto el mundo de la academia como el de los negocios, por lo que son capaces de relacionarse de mejor forma con ambas esferas. Y, en segundo lugar, hemos generado una forma de organizarnos distinta a la que teníamos antes.

Inspirados en modelos extranjeros como el de la universidad de Harvard, nos concentramos en tres áreas temáticas para focalizar el trabajo de nuestros equipos.

Antes teníamos distintos equipos para distintos procesos de la cadena de la innovación, pero ahora tenemos equipos especializados en cada una de las áreas estratégicas, los cuales son capaces de acompañar a los investigadores durante todo el proceso de principio a fin.

– ¿Ya se visualizan resultados del programa Acelerador y del nuevo reglamento de spin off?
– Todo lo que estamos haciendo es gracias al Mineduc y algunos programas de Corfo que han fortalecido a la DTD. Parte del financiamiento que hemos recibido de ellos lo hemos utilizado para crear el programa Acelerador, que busca ayudar a los académicos a pasar el valle de la muerte.

La idea es que al cabo de 9 o 12 meses su hallazgo tecnológico esté en condiciones de salir al mercado y, de hecho, los resultados han sido tan positivos que ya estamos ejecutando la segunda versión.

Los proyectos son seleccionados por expertos extranjeros en transferencia, además de representantes del mundo de venture capital, lo que le da al programa una mirada de negocios más allá de lo académico.

En ese sentido, entre los nueve proyectos que apoyamos en 2014, GeneproDX y ObsTech, son dos spin off para los que estamos tratando de levantar capital.

Esto es importante, porque una cosa es crear un spin off y otra atraer financiamiento. Nuestra meta por Convenio de Desempeño es que a partir del tercer año seamos capaces de generar dos spin off por año y levantar US$ 3 millones para ellos.

– La innovación en educación ha sido otro foco ¿Cómo miden el éxito?
– Nos pone muy contentos la decisión que tomamos de escoger educación, lo que tiene que ver con nuestro plan estratégico. Estamos muy interesados en potenciar cada vez más la innovación social y será uno de nuestros focos en 2015.

La innovación en educación tiene la ventaja de que los tiempos de impacto son mucho más rápidos, y que tenemos una planta de investigadores amplia e interdisciplinaria, liderada por la facultad de educación y las escuelas de psicología e ingeniería.

En el caso de biomedicina, la innovación es más lenta, cara y riesgosa, con tiempos que incluso pueden alcanzar los 15 años y no funcionar, mientras que en educación basta uno o dos años para saber si vamos bien encaminados o no.

En este caso, los indicadores de éxito se miden en cuanto a colegios, profesores y alumnos que han incorporado las nuevas metodologías a sus planes de estudio, donde hemos tenido muy buenos resultados.

Estos esfuerzos en parte están centrados en nuestro campus en Villarrica, donde estamos desarrollando una sala demostrativa para prototipar nuevas formas de enseñar, y pronto inauguraremos el EduLab en el Centro de Innovación.

Centro de Innovación
Hace seis meses empezó a operar formalmente el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini. Con once plantas por un total de 9 mil m2, y una inversión de US$15 millones, aspira a ser el lugar para «inspirar, conectar y orquestar» la innovación y el emprendimiento, creando un puente entre la universidad, la empresa y el sector público.

Distintos actores como Google, Sonda, Codelco, Entel, Arauco, Start-Up Chile, Co Work, y el centro de excelencia Fraunhofer Chile Research, ya han empezado a llenar sus pisos en conjunto con iniciativas internas como Incuba UC, el Centro de Astro-Ingeniería, el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales, el laboratorio de diseño FabLab y EduLab, cuyos espacios se espera que estén operativos entre enero y abril.

– ¿En qué enfocarán el segundo Convenio de Desempeño ligado al Centro de Innovación?
– Su objetivo es promover el trabajo en conjunto con el sector público y productivo, que es justamente la función del Centro de Innovación.

Queremos generar proyectos de investigación aplicada donde la industria ponga el problema y la universidad intente atraer a sus académicos y alumnos para darles una respuesta.

Para esto crearemos una oficina de investigación por contrato -como existe en todas las universidades de clase mundial- donde empresas y organismos interesados en trabajar con la UC pueden hacer llegar sus propuestas.

A diferencia del otro convenio fundado en la «science push» (empujado por la ciencia) -que es tomar nuestro conocimiento y transferirlo- el nuevo convenio apunta al «demand pull» (atraído por la demanda), donde vemos las necesidades de la industria y el sector público en las áreas de minería, energía y alimentos, e intentamos darles solucióncon nuestras capacidades internas.

– ¿Las mismas empresas financiarán estas nuevas líneas de investigación?
– Exacto. No iniciaremos una investigación sin una empresa detrás que esté interesada.
El convenio de desempeño nos da personas, una plataforma, estrategia, pero ahí no está el financiamiento para la investigación, que es de otra escala.

A través del convenio podemos poner un pequeño capital semilla para crear el primer vínculo o el primer experimento que genere las confianzas pero, luego, la empresa interesada en el proyecto lo financiará con capital propio o haciendo uso de otras herramientas como la Ley I+D (Investigación y Desarrollo) o concursos de organismos públicos.

De este modo, apuntamos a generar contratos de investigación específicos por un total de US$ 7 millones al año tres del convenio (hoy son por menos de US$ 500 mil al año).

-¿Cómo se da actualmente esta relación con el sector privado?
-En las universidades líderes en el mundo, por lo menos 2/3 de su investigación están sujetas a contratos de investigación con la industria. Hoy, en Chile, esos números son bastante bajos y de hecho, en nuestro caso particular, no es más del 5% de nuestro financiamiento de investigación.

Tenemos mucho trabajo con la industria a través de los consorcios tecnológicos y otro tipo de proyectos, pero son con recursos apalancados en su mayoría del Estado. Y cuando hablamos de contratos de investigación, lo que queremos es que sean entre la universidad y la empresa, sin el Estado de por medio.

Los privados deben participar del financiamiento en I+D. Del 0,35% del PIB que se gasta hoy, un 90% viene del Estado y eso no puede ser porque Chile y la industria necesitan empezar a sofisticar sus procesos productivos.

De esta forma queremos lograr que la investigación que se realiza en la UC pueda resolver problemas de la sociedad y ayudar al desarrollo del país.

Fuente:Diario Financiero

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