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PANELES SOLARES, LA ENERGÍA DEL FUTURO
La universidad históricamente fue un lugar de iluminación, dentro de la edad media. Un lugar donde la búsqueda de la verdad y el conocimiento era clave en una era oscura intelectualmente.
Escuchamos a detractores de la energías renovables criticar que son caras, que no son capaces de abastecer nuestros requerimientos, que para cubrir estos requerimientos debemos tapar Chile con paneles. Y acá estamos en pleno Santiago, no en Calama, no en Alemania. En Santiago, demostrando que podemos generar energía limpia y que reducirá los costos operacionales de la Universidad. Veamos si podemos iluminar con este acto el oscurantismo energético., que nos define todo como un binominal entre megaelectricidad o carbón.
Este proyecto de Casona Sustentable no es sólo los paneles. Es un proyecto cotizado a 4USD/watt, con el que recuperaremos la inversión (asumiendo que los costos energéticos no suben) en cerca de 10 años. Sin embargo lo mezclamos con un proyecto mucho más barato, pero más rentable. Cambiamos 100 lavamanos (70%) de ahorro y 35 duchas (40% de ahorro). Ahorraremos cerca de 3.000.000 de pesos al año en energía eléctrica, pero cerca de 6.000.000 al año, con alrededor de 5.000 m3 de ahorro de agua al mes. Algo que cada chileno debería implementar en casa. Algo con el que recuperaremos la inversión entre 1 a 2 meses.
Combinados ahorraremos cerca de 9.000.000 de pesos al año con nuestra inversión, gastando alrededor de 38 millones para lograrlo. Recuperaremos la inversión en 5 años. Más rápido que meter la plata en un APV.
Hacemos uso de la ley 20.571 que permite inyectar a red los excesos evitando la necesidad de tener baterías que encarecen el sistema. Si replicamos los costos de instalación de Alemania (que son la mitad de lo que pagamos nosotros) podremos hablar de que un hogar en el norte podría cubrir sus requerimientos energéticos en cerca de un millón de pesos. En Santiago con un millón y medio de pesos una cuenta de luz de 20.000 podria ser cubierta con energía solar. Porcentualmente podría ser alrededor de 2% del costo de una casa en este sector. O bien podremos ver empresas que te ofrezcan energía solar en tu techo, con el sólo compromiso que les compres, sin la necesidad de pagar la inversión.
Con esta energía solar podremos hablar de electromobilidad. Podremos cargar el auto de nuestro decano Federico Sánchez, o el Veló que diseñó Hector Novoa y la escuela de Diseño. Podemos evaluar la generación energética en el curso de Chris Whitman. Podremos instalar estacionamientos de bicicletas eléctricas para nuestros alumnos.
Son muchas cosas las que podemos lograr. Pero esta instalación, concreta como el sol que nos pega todos los días, nos invita a soñar con las posibilidades. Soñar con un país que puede transformar el sol que nos sobra en energía para nuestra economía, para los motores que nos mueven por la ciudad. Soñar con la independencia energética de los combustibles fósiles que no tenemos. Y nos permite estar más preparados, como universidad, para abordar los desafíos en capital humano para poder transformar este sueño en realidad.
por dgutierrez
http://ambiental.unab.cl/