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Resolución de problemas hídricos plantea un nuevo rol a la ciencia
SEGÚN THOMAS HATTON, EJECUTIVO DEL GRUPO ENERGÍA DE CSIRO – La cuenca de Murray-Darling, Australia, es un caso de éxito en la aplicación de la ciencia al estudio del caudal de los ríos y de aguas subterráneas.
Se calcula que la población mundial aumentará de cerca de 7 mil millones de habitantes a 9 mil millones al año 2050 y que, al mismo tiempo, será necesario producir la misma cantidad de alimentos en los próximos cincuenta años como se hizo en los últimos 500 años, se proyecta una demanda exponencial del recurso hídrico. Un escenario que se intensificaría con fenómenos meteorológicos que han sido causantes de extremas inundaciones y sequías.
Uno de los países que se encuentra enfrentando este desafío es Australia, donde a raíz de la severa sequía que lo afecta a escala nacional, han podido dominar el recurso hídrico mejorando su gestión, implementando diferentes innovaciones e incorporando la ciencia en el uso del agua, asevera Thomas Hatton, ejecutivo del Grupo Energía de Csiro: “Estas medidas han permitido llevar el recurso hídrico a un nuevo nivel”, asegura.
El experto participará en Water Week Latinoamérica que organiza DF junto a Fundación Chile y que se realizará entre el 17 y 22 de marzo en el Hotel Sheraton Miramar de Viña del Mar. Su exposición tratará sobre “El rol de la ciencia en la resolución de conflictos por el agua: la perspectiva australiana”. Para Hatton, el debate respecto a estos temas ha cambiado de punto de vista: de cuánta agua hay o habrá, se ha pasado a cómo se comparte el recurso entre los regantes, las ciudades y el medio ambiente. “A pesar de que esta discusión es difícil o amarga, al menos ya no es confusa porque las dudas han sido resueltas por la ciencia”, precisa Hatton. Pone como ejemplo el caso exitoso de la cuenca de Murray-Darling, en Asutralia, una de las más grandes e importantes para la producción de alimentos. Ahí, explica, se hizo una evaluación comprensiva y robusta del caudal de los ríos y de las aguas subterráneas, en escenarios plausibles de desarrollo y cambio climático, utilizando los datos disponibles y equipos científicos.
“Fuimos capaces de resolver discusiones de larga data sobre cómo funcionan estos sistemas hidrológicos y los volúmenes de agua disponibles para el uso de modo abierto y transparente”, afirma, añadiendo que es tal el éxito obtenido en la cuenca de Murray-Darling, que ya se ha puesto en marcha en otras partes del país y en importantes cuencas fluviales alrededor del mundo.
Modelo replicable en Chile
Según Hatton, quien en 2008 fue premiado con Public Service Medal en Australia por sus contribuciones en el manejo de los recursos hídricos de ese país, Chile y Australia tienen similitudes en cuanto a la presión de los recursos hídricos locales y regionales. Por lo mismo, para él sería una opción compartir y replicar las diferentes soluciones e iniciativas que se han puesto en marcha.
“Chile parece tener desafíos similares en conseguir el máximo valor de sus recursos hídricos, en un paisaje físico y en una cultura enorme y diversa. Con capacidades y retos parecidos, estoy entusiasmado con las perspectivas de colaboración entre nuestros países”, comenta Hatton, puesto que tanto en Chile como en Australia existe una fuerte demanda hídrica en los extremos del país: en el norte de Chile no existen grandes fuentes de agua desarrolladas, como en el sur, a lo que se suma el fuerte auge que están experimentando sectores productivos como la minería y agricultura, que son muy demandantes del recurso.
Fuente:df.cl