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RSE Y CULTURA

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En vez de aprender de y respetar las culturas antiguas, la mayoría de los negocios de forma activa y/o pasiva las destruyen. La destrucción activa normalmente ocurre cuando las tierras son compradas o expropiadas para la extracción, cultivo o transporte. La destrucción pasiva se produce a través de maneras más sutiles de lo más variado; en última instancia impulsado por una devaluación profunda de lo que hace a las culturas antiguas sostenibles y hermosas.

Las empresas, del mismo modo que las personas, por lo general prestan poca atención a la cultura. Mezclar el sector privado y la palabra “cultura” podría invocar pensamientos tan diversos como la cultura corporativa de la empresa hasta la explotación de las comunidades indígenas. En todos los casos, persiste una falta colectiva de aprecio dado el enorme valor de este término ambiguo: cultura. ¿Qué significa? Y ¿qué significa para la evolución del sector privado?

Entre sus muchos significados, cultura se refiere a los comportamientos y creencias de un grupo determinado, social, étnico o de edad. La cultura también es considerada como el desarrollo o la mejora de la mente a través de la educación o de la formación. Ambas definiciones tienen implicaciones importantes para cualquier empresa, y las dos están íntimamente ligadas. Aparte de la palabra que definen, existe un elemento común en circulación en estas dos definiciones: algo compartido.

¿Se ha preguntado alguna vez qué creencias y comportamientos compartidos existen en su empresa? Más allá de los más comunes, como el deseo de ganar un cheque de pago, o el acto de sentarse frente a la computadora. ¿Existen elementos compartidos que conformen la cultura de su organización? Ahora pregunta ¿Cuántos de estos elementos compartidos reflejan una mejora para la sociedad?

La cultura, en el sentido ancestral, cuenta con la sostenibilidad en su núcleo. Las culturas indígenas se desarrollaron durante cientos o incluso miles de años. La longevidad de estos sistemas de creencias culturales deben hacerlas interesantes para todos nosotros, y especialmente para las compañías que aspiran a la longevidad. Podemos aprender mucho de ellas. Y debemos prestar especial atención a los errores de aquellas culturas que se desviaron de sus raíces sustentables y las condujeron hacia su propio colapso.

En vez de aprender de y respetar las culturas antiguas, la mayoría de los negocios de forma activa y/o pasiva las destruyen. La destrucción activa normalmente ocurre cuando las tierras son compradas o expropiadas para la extracción, cultivo o transporte. La destrucción pasiva se produce a través de maneras más sutiles de lo más variado; en última instancia impulsado por una devaluación profunda de lo que hace a las culturas antiguas sostenibles y hermosas.

Una manera excelente de construir una fuerte cultura corporativa es resaltar y aprovechar los elementos sustentables de culturas antiguas. Inculca el concepto de cosmovisión. Crea una cultura de compartir y los trabajadores aprenderán más y más rápido. Estas son algunas herramientas para integrar una forma real de la RSE en el ADN corporativo.

Por Felipe Custer

http://opinion.lasegunda.com/

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