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Sequía afecta a 226 mil personas y expertos prevén aumento de precipitaciones el 2013

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Ausencia del El Niño y La Niña anticipa lluvias en rango normal:

Más de $120 mil millones invierten organismos públicos en medidas como reparto de agua, construcción de obras de riego y mejoramiento de sistemas de agua potable rural.

«Necesitamos agua para que la gente pueda beber», dice Pedro Castillo, alcalde de Combarbalá (Región de Coquimbo).

Su preocupación refleja el drama de miles de personas que, debido a la severa sequía que azota al país, tienen que esperar hasta 25 días para que un camión aljibe los pueda abastecer.

Según la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), entre Coquimbo y Los Lagos hay 226.195 afectados por la falta de agua para consumo humano. En 2012, el organismo repartió 1.852.000 m³ del líquido en 233 vehículos arrendados para ese propósito.

Los déficits de precipitaciones en 2012 se acrecentaron respecto de 2011. En Atacama -donde la sequía es menos evidente debido a la presencia del desierto y cuyas cuencas están sobreexplotadas- y en Coquimbo las cifras negativas fluctuaron entre el 50% y 95%. Mientras que desde la Región de Valparaíso hasta la de Los Lagos «el déficit de lluvia anual fue de moderado a severo y varió entre un 15% y 35%», dice un informe de la Dirección General de Aguas.

La escasez de precipitaciones, también impacta en los caudales de ríos, que bajaron hasta en 25% en la zona central, y en el almacenamiento de los embalses. En promedio, los tranques, tanto de riego como de generación, guardan sólo el 36% de su capacidad máxima, 22% menos que en diciembre de 2011.
Al finalizar la temporada de riego en abril, advierte el ministro de Agricultura, Luis Mayol, el embalse La Paloma -el más importante de la IV Región- podría secarse por primera vez desde que entró en operación en la década de 1960. La autoridad informó que 108 comunas siguen bajo emergencia agrícola.

Llegarían lluvias

Pero este año podría ser más auspicioso: la Dirección Meteorológica de Chile y los especialistas consultados por «El Mercurio» informan sobre la presencia de una fase neutra, es decir, sin fenómenos de El Niño ni La Niña. O sea un año normal en cuanto a lluvias.

En 2012 se esperaba la llegada débil y breve de El Niño, pero no ocurrió. «Las precipitaciones, en particular en la zona central, estarían entre lo normal y por debajo de lo normal para los próximos tres meses. Más allá de eso, las proyecciones muestran las tendencias con poca claridad», dice Jaime Leyton, jefe de la oficina de pronósticos de la Dirección Meteorológica.

Pese a la dificultad de pronosticar con precisión qué ocurrirá en 2013, Leyton cree que al analizar los modelos «como año total, las cantidades de precipitaciones, al menos en la zona central y parte de la sur, se manifestarán en torno a lo normal».

Cristóbal Juliá, meteorólogo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza), coincide en que este año las condiciones pluviométricas serían normales «en la costa, los valles centrales y la cordillera».
Recién en abril, añade, podría pronosticarse, en base a los modelos, un eventual aumento de las condiciones, pero «sí podríamos esperar que las condiciones sean mucho mejores o más favorables que el año pasado».
El experto, quien dice que ésta es la sequía más extensa de los últimos 30 años, explica que en 2012 las precipitaciones se concentraron más hacia la costa y se redujeron en la cordillera, lo que es vital para la acumulación de nieve y la recuperación del sistema hídrico.

Los profesionales agregan que, en base al nivel de lluvias que se espera, no sería posible recuperar acuíferos y embalses artificiales. Para eso se requieren uno o dos años con muchas precipitaciones, como en 1997.

El director del Instituto de Investigaciones Agropecuarias Intihuasi, Francisco Meza, afirma: «lo desfavorable es un estrés mayor al del año pasado (…) si el invierno no se apega a lo que estamos esperando (la situación) va a ser extremadamente grave. Ahora es grave, pero estamos asegurados con el manejo de los caudales disponibles».
El problema, añade, es que se suma el cambio climático, que aumenta las temperaturas promedio, lo cual impacta sobre la nieve acumulada en la cordillera, que se derrite más rápido.

José Rutllant, climatólogo del Departamento de Geofísica de la U. de Chile, es más cauto en sus pronósticos. Dice que la situación de sequía es «grave» y que el invierno sería «pobre» en cuanto a precipitaciones. «En el mejor caso sería una condición similar a la de 2012″, asegura.
»Las cantidades de precipitaciones, al menos en la zona central y parte del sur, se manifestarán en torno a lo normal».

Ejecutivo impulsa política hídrica para paliar efectos actuales y futuros en agricultura
Las regiones más complicadas por la sequía, en términos agrícolas, son las del Norte Chico, detalla el ministro de Agricultura, Luis Mayol. También hay problemas en el sur y norte del Biobío, Valparaíso y O´Higgins, aunque en menor porcentaje.
«Estamos haciendo un trabajo lo más fino y preciso posible para hacer durar el agua embalsada lo más posible», explica el secretario de Estado.

Para enfrentar la sequía y sus efectos el Ejecutivo, a través de los ministerios de Agricultura y Obras Públicas, está desarrollando una Estrategia Nacional de Recursos Hídricos con medidas a largo y mediano plazo.
Entre ellas está la construcción de 15 embalses al año 2022. Cuatro de ellos ya están más avanzados: Chacrillas (Valparaíso), Valle Hermoso (Coquimbo), Chironta (Arica-Parinacota) y Punilla (Biobío).
«Hemos vivido una situación compleja de déficit hídrico durante tres temporadas, pero estamos mejor preparados que en años anteriores», enfatiza la ministra de Obras Públicas, Loreto Silva. A su juicio, la Política Hídrica «nos permite, entre otras cosas, tener un plan de embalses, mejorar la institucionalidad y la fiscalización», dice.

En el corto plazo, se ha tecnificado el riego en 60 mil hectáreas y revestido 700 km de canales en los últimos dos años. Además, se levantan tranques intraprediales, zanjas de infiltración, se instala telemetría en ríos y se capacita a las juntas de vigilancia.

En 2013 se invertirán, sólo desde Agricultura, cerca de $80 mil millones para enfrentar la sequía, destaca el ministro. También, dice Mayol, se repetirá el programa de «bombardeo de nubes», que tuvo buenos resultados en Valparaíso y O’Higgins.
Pese a ello, Mayol reconoce que aunque en menor medida respecto a 2012, en Coquimbo y Valparaíso existen agricultores que han dejado hectáreas sin plantar para poder salvar otros cultivos. «Hay paltos que están fundamentalmente plantados en laderas de cerros y se cortaron para poder salvar el árbol. Éste se recupera en 2 a 3 años si se hace esa práctica», dice.

La ministra Silva detalla que están invirtiendo más de $40 mil millones desde 2012 en obras de canalización, bombeo de pozos y mejoramientos de agua potable rural (APR) en las zonas con más déficit, que continuarán durante este año. Además, están trabajando con regantes para optimizar el uso del agua.

En tanto, el director nacional de Onemi, Ricardo Toro, detalla que en 2012 se invirtieron $7.282.032.720 por concepto de déficit hídrico. Montos que, asegura, podrían aumentar de acuerdo a cómo evolucione el fenómeno y las condiciones meteorológicas.
Además del reparto de agua, las medidas incluyen la entrega de contenedores del líquido, adquisición de motobombas y, en casos excepcionales, profundización de pozos.

FOMENTO AL RIEGO
En el Congreso se tramita un proyecto que modifica la Ley de Fomento al Riego y aumenta techo para iniciativas de organizaciones de usuarios de aguas.
Foto: Embalse Culimo, que está en el Valle de Quilimarí (Coquimbo) tiene capacidad para almacenar 10 millones de m3. Por la sequía, está totalmente vacío.

Fuente: diario.elmercurio.com

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